El Departamento de Estado de Estados Unidos ordenó este martes a un número significativo de su personal restante en la embajada en Kabul que abandone Afganistán, alegando crecientes amenazas en un momento en que el ejército estadounidense se dispone a retirarse del país tras 20 años de guerra.
El Departamento dijo que había dado instrucciones a todo el personal para que abandonara el país, a menos que su trabajo requiriera su presencia física en Afganistán. La orden no especificaba el número de personas afectadas, pero iba mucho más allá del habitual recorte de personal por razones de seguridad y protección. Este tipo de órdenes se aplican normalmente sólo al personal no esencial.
En una advertencia de viaje actualizada para Afganistán, el departamento dijo que había ordenado la salida de todos los empleados del gobierno de Estados Unidos “cuyas funciones pueden ser realizadas en otro lugar”.
También dijo que los ciudadanos estadounidenses no debían viajar a Afganistán y que los que quisieran partir “debían hacerlo lo antes posible en los vuelos comerciales disponibles.”
La orden del Departamento de Estado se produjo sólo dos días después de que el principal general de Estados Unidos en Afganistán dijera que el ejército estadounidense había comenzado a cerrar sus operaciones en el país y que las fuerzas de seguridad afganas tenían que estar preparadas para tomar el relevo.
Aunque el inicio oficial de la retirada de los 2.500 a 3.500 soldados de Washington y de las 7.000 fuerzas aliadas de la OTAN es el 1 de mayo, el general Austin Miller dijo que la retirada ya había comenzado.
El ejército estadounidense y la OTAN enviarán parte del equipo militar fuera de Afganistán mientras deciden qué se quedará en la Fuerza de Defensa y Seguridad afgana, dijo.
En febrero del año pasado, el ejército estadounidense comenzó a cerrar sus bases más pequeñas. A mediados de abril, la administración Biden anunció que la fase final de la retirada comenzaría el 1 de mayo y se completaría antes del 11 de septiembre.
El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció hace una semana la decisión tras revisar durante semanas el histórico acuerdo alcanzado entre Washington y los talibanes en febrero del año pasado en Doha, promovido por su predecesor, que abrió el paso a las negociaciones de paz entre Kabul y los insurgentes.
Las fuerzas afganas son actualmente responsables del 96 % de las operaciones contra los talibanes, y el Gobierno afgano ha asegurado que sus 350.000 policías y soldados son capaces de defender el país de los talibanes por sí mismos.
Con información de AFP, AP y EFE
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