El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se refirió este martes al veredicto en contra de Derek Chauvin, el ex policía que mató a George Floyd en mayo de 2020 y cuyas acciones, tras ser capturadas en video, catalizaron una masiva ola de protestas contra el racismo tanto en los Estados Unidos como en otras partes del mundo.
“Nada lo puede traer de vuelta, pero esto puede ser un paso gigante en la marcha hacia la justicia en los Estados Unidos”, expresó el mandatario. Biden indicó además que si bien está conforme con el veredicto, es uno “demasiado poco común” en casos de esa naturaleza. “Para muchos, requirió una convergencia única de factores para que se llegara a este resultado. Fue un homicidio que se extendió durante casi 10 minutos a plena luz del día”, dijo.
En otro pasaje de su locución, Biden anunció que designó a una serie de funcionarios del departamento de Justicia para que se encarguen de “restaurar la confianza entre las fuerzas de seguridad y las comunidades que han jurado proteger”.
También llamó al Congreso a aprobar reformas del sistema policial, en especial aquella presentada por la legisladora demócrata Karen Bass en febrero, que lleva el nombre de Floyd y efectivamente busca reformar el sistema policial y de derechos civiles. Parte de la iniciativa busca combatir el sesgo racial en las fuerzas de seguridad.
“No debería tardar tanto en ser aprobada”, expresó el mandatario, quien durante la tarde había mostrado la misma voluntad de ratificar el proyecto lo antes posible durante una llamada telefónica con la familia de Floyd.
“Lograremos hacer mucho más, mucho más. Y seguiremos hasta que lo logremos”, dijo Biden, quien se encontraba junto a la vicepresidenta Kamala Harris y la Primera Dama, Jill Biden. “Esta podría ser nuestra primera oportunidad para abordar genuinamente el racismo sistémico”, agregó.
El jurado del caso decidió por unanimidad declarar culpable a Chauvin de los tres cargos que enfrentaba: asesinato involuntario en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio involuntario en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
Tras la lectura del veredicto, Chauvin fue esposado en la sala y puesto bajo custodia por la Oficina del Sheriff del Condado de Hennepin. El juez Peter Cahill dijo que la sentencia se conocerá en un plazo de ocho semanas.
El mandatario ya había dado a entender cuáles eran sus expectativas durante el transcurso del día, al asegurar que la evidencia era “abrumadora” y que “rezaba por la decisión correcta”.
Numerosos otros actores políticos estadounidenses -la mayoría de ellos funcionarios demócratas- celebraron la noticia. El fiscal general del estado de Minnesota Keith Ellison, quien lideró el equipo legal que litigó contra Chauvin y su defensa, destacó el resultado pero aclaró que no lo calificaría como un hecho de “justicia”.
“Esto así porque la justicia implica un acto de restauración, y ese no es el caso. Esto es una rendición de cuentas, lo que representa el primer paso hacia la justicia. Ahora queda en las manos del pueblo generar justicia verdadera. Y no a través de un caso, sino a través de una transformación social mediante la cual nadie esté por sobre la ley y nadie esté por debajo”, dijo Ellison en un mensaje público poco después del veredicto.
En la misma línea se expresó el ex presidente Barack Obama, quien celebró la decisión del jurado que halló culpable a Chauvin, pero advirtió que el país debe tomarlo como envión para “seguir con las reformas que eliminen el sesgo racial”.
“Aunque el veredicto de hoy puede haber sido un paso en el camino del progreso, dista mucho de ser suficiente. No podemos descansar. Tendremos que seguir con las reformas concretas que reduzcan y finalmente eliminen el sesgo racial en nuestro sistema de justicia penal”, señaló en el texto publicado apenas minutos después del veredicto de la justicia de Minneapolis.
La decisión de la justicia llegó luego de que el lunes la Fiscalía del estado de Minnesota y la defensa de Chauvin expusieran sus alegatos finales durante unas cuatro horas frente al jurado. Tras escuchar los argumentos de ambos lados y las instrucciones que les ha dado el juez para su deliberación, los miembros del jurado, seis personas blancas y seis personas negras o de otras etnias, se aislaron y encerraron en un hotel para repasar todas las pruebas presentadas en el juicio y llegar a la sentencia. La deliberación duró menos de 11 horas.
Chauvin fue grabado en video arrodillado durante más de nueve minutos sobre el cuello de Floyd, quien estaba esposado e inmovilizado boca abajo en el suelo y suplicaba: “No puedo respirar”.
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