Johnson & Johnson reducirá en un 86 por ciento las dosis de su vacuna contra el COVID-19 que entregará en los Estados Unidos la semana que viene. La información se desprenden de la base de datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), y amenaza con ralentizar la fluida campaña de inoculación que tiene lugar desde hace semanas en el país norteamericano.
La distribución del inoculante ha sido inconsistente desde que la farmacéutica entregó su primer lote a principios de marzo, enviando 2.8 millones de dosis a todo el país antes de caer por debajo de 400.000 durante las siguientes semanas.
La semana pasada envió alrededor de 1,9 millones de dosis y esta semana la cifra se elevó a 4,9 millones. Pero la semana que viene ese número se reducirá a solo 700.000.
La disminución en la entrega se produce días después de que los funcionarios federales se enteraran de que un error humano en Emergent BioSolutions, un fabricante contratado que ha estado fabricando las vacunas de Johnson & Johnson, arruinó hasta 15 millones de dosis.
Esa confusión llevó a los reguladores a retrasar la autorización de las líneas de producción de la planta y a que la administración de Biden pusiera a Johnson & Johnson a cargo de la planta. No obstante, todavía falta determinar con certeza cuanto influyen los problemas en la fábrica de Baltimore en las fluctuaciones totales de la distribución de vacunas.
Los administradores federales dividen las dosis en todo el país según la población adulta de cada estado. Eso significa que California sufrirá la peor parte de la reducción, después de recibir 572.700 vacunas en los últimos días, solo recibirá 67.600 la próxima semana.
En Texas, la asignación se reducirá a 46.300 de 392.100; Florida, que recibió 313.200 vacunas esta semana, recibirá solo 37.000 los próximos días. Guam, que recibió 16.900 dosis, no recibirá ninguna la próxima semana.
A pesar de que Johnson & Johnson realizó estimaciones conservadoras sobre la cantidad de dosis que produciría al principio, aún así quedó por debajo de sus objetivos de producción en los Estados Unidos, entregando menos de lo que había prometido en febrero y marzo.
El suministro inicial de vacunas de Johnson & Johnson asignado en los Estados Unidos provino de una planta holandesa y se entregó en un calendario desigual. Eso llevó a la administración de Biden a advertir a los funcionarios de salud estatales que el suministro de la vacuna sería variable.
Pero los funcionarios federales esperaban que con la ayuda de la fábrica Emergent hubiera un flujo constante de dosis de la compañía en abril. Ahora, considerando que esa planta aún no cuenta con autorización, el calendario de entrega es aún más incierto.
El secretario de salud de Maryland -donde está Baltimore- Dennis R. Schrader dijo a los proveedores de vacunas que la “disminución significativa sin previo aviso es una sorpresa y una decepción”. El estado recibirá 78.300 vacunas menos la próxima semana en comparación con la actual.
El gobernador de Ohio, Mike DeWine, dijo que le habían dicho que la reducción de dosis no era el resultado de “lo que sucedió en la fábrica”. La entidad recibirá 151.600 vacunas menos la próxima semana.
No obstante los faltantes de Johnson & Johnson, en Estados Unidos se siguen aplicando a gran velocidad numerosas dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna. Según los últimos datos de los CDC dijeron que alrededor de 112 millones de personas en los Estados Unidos habían recibido al menos una dosis de una vacuna, incluidas alrededor de 66,2 millones de personas que han sido completamente inoculadas (casi el 20 por ciento de la población) ya sea con la vacuna de dosis única de Johnson & Johnson o la serie de dos dosis de Pfizer/BioNTech o Moderna.
The New York Times.
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