El gobierno de los Estados Unidos se mostró este miércoles preocupado por las informaciones sobre un deterioro de la salud del líder opositor ruso Alexei Navalny en la cárcel.
“Estamos preocupados por los informes de que la salud del señor Navalny está empeorando”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, que añadió que Washington considera que el encarcelamiento del opositor está “políticamente motivado y es una gran injusticia”.
Navalny, de 44 años, continúa con tos y fiebre, según comunicó este miércoles su abogada, Olga Mijailova, tras una visita al centro donde permanece encarcelado.
“En cuanto a su estado de salud, anteayer tuvo 39 de fiebre, ayer la temperatura se mantuvo a nivel de 38 y hoy oscila entre 37 y 37,2 grados, al mismo tiempo está tosiendo”, señaló la abogada, que también ha detallado que Navalny aún padece dolor de espalda y en una pierna, según recogió la agencia de noticias rusa Sputnik.
“Por supuesto, está agotado, porque continúa su huelga de hambre y solo bebe agua. Claro que las condiciones son muy difíciles, no obstante está aguantando”, matizó Mijailova.
Un grupo de médicos que se había desplazado hasta la cárcel donde está Navalny, en huelga de hambre desde hace unos días para denunciar su situación y reclamar ver a un médico externo, alertaron el martes que las autoridades les impidieron acceder a él, a pesar de que supuestamente su salud ha empeorado en los últimos días. Su entorno ya había avanzado que el opositor tiene graves problemas de espalda, una pierna paralizada, fiebre y tos.
“Tiene mal aspecto y no se encuentra bien. Nadie tiene intención de curarle”, declaró a la agencia AFP Mijailova, precisando que el opositor pesa ahora 80 kg, cinco menos que cuando empezó la huelga de hambre; mientras que cuando llegó al campo penitenciario, en marzo, pesaba 93 kg.
Otro de sus abogados, Vadim Kobzev, declaró en Twitter que el opositor perdía “un kilo cada día” y que siente dolores al caminar. “La enfermedad avanza claramente en términos de pérdida de sensibilidad en las piernas (...), en las manos”, escribió.
Los aliados y allegados de Navalny exigen que sea transferido a un hospital.
El Kremlin, entretanto, ha negado cualquier trato discriminatorio hacia Navalny. “Si se trata de una enfermedad, el tratamiento se proporcionará al nivel apropiado”, declaró a los periodistas el portavoz presidencial, Dimitri Peskov.
Navalny, que en agosto de 2020 sobrevivió a un envenenamiento del que ha culpado al Gobierno de Vladimir Putin, fue detenido a su vuelta a Moscú en enero y obligado a cumplir la condena que se había dictado contra él por fraude en 2014. La Justicia entendió que había violado las condiciones de su libertad condicional.
Con información de AFP y EuropaPress
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