El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le pidió este jueves a todas las empresas que participan en la construcción del gasoducto Nord Stream 2 que abandonen “inmediatamente” el proyecto, destinado a suministrar gas ruso a Alemania, bajo riesgo de ser sancionadas.
Biden mantiene la misma postura sobre el gasoducto que su antecesor, el republicano Donald Trump (2017-2021), quien urgió a las compañías involucradas en el proyecto, la mayoría rusas y alemanas, a dejar las obras.
Este jueves, en un comunicado, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, “reiteró el aviso de que cualquier entidad vinculada al Nord Stream 2 corre el riesgo de ser sancionada por Estados Unidos y debe abandonar inmediatamente su trabajo en el gasoducto”.
El secretario de Estado norteamericano consideró que Nord Stream 2 es un “mal acuerdo” para Alemania, Ucrania y el resto de Europa Central y del Este.
Asimismo, siguiendo la tradicional postura de Washington, consideró que el “gasoducto es un proyecto geopolítico ruso destinado a dividir Europa y debilitar la seguridad energética europea”.
Por último, afirmó que el Departamento de Estado está vigilando de cerca los intentos para completar las obras y está evaluando la implicación de diferentes empresas.
El gigante gasístico ruso Gazprom tiene intención de completar el proyecto a pesar de las sanciones que Washington impuso en 2019 y, además, en febrero anunció que preveía acabar en abril la construcción del tramo que pasa por las aguas territoriales de Dinamarca.
Los trabajos llevaban suspendidos desde diciembre de 2019, cuando la compañía suiza Allseas, encargada hasta entonces de la construcción del tramo submarino de Nord Stream 2, anunció su retirada definitiva del mar Báltico después de que Estados Unidos anunciara sanciones contra el proyecto gasístico.
Tras un año de pausa y búsqueda en vano de otras alternativas, Rusia asumió finalmente la construcción del tramo final de la obra.
Hasta la fecha se ha completado el 94% de los dos hilos del gasoducto (2.300 de 2.460 kilómetros), que podrá llevar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año a Europa.
En Europa, el gasoducto despierta inquietudes en varios países, sobre todo en el este del Viejo Continente, al considerar que incrementa la dependencia de Rusia para suministrar energía a la Unión Europea (UE).
Para Estados Unidos, el gasoducto Nord Stream 2 aumentará la dependencia europea del carburante ruso y minará la seguridad e independencia del continente, además de privar a Ucrania de la importante fuente de ingresos que le supone el canon de tránsito que cobra a Rusia por transportar su gas a través de suelo ucraniano.
Mientras tanto, Rusia ha acusado a Washington de querer sustituir el carburante ruso por su gas natural licuado, más caro que el ruso.
Por su parte, las relaciones entre Moscú y Berlín se han complicado en los últimos años. Ambos países están implicados en un proyecto común, el del gasoducto Nord Stream 2. Pero varios casos de espionaje que se imputaron a Rusia, la situación de Crimea o el envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni, que fue hospitalizado en Alemania, fueron fuente de tensiones.
Incluso en las últimas horas el gobierno de Angela Merkel elogió “el lenguaje muy claro” del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien calificó a Vladimir Putin de “asesino”.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, manifestó: “Queremos seguir manteniendo la ventana de diálogo abierta con Moscú sobre los temas mayores, el desarme o el cambio climático”. No obstante, en una entrevista con la Deutsche Welle, prefirió “no comentar o evaluar” el calificativo de “asesino” usado por Biden hacia su homólogo ruso.
Con información de EFE
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