Un estadounidense de 21 años asumió la responsabilidad por los tiroteos que dejaron ocho muertos, entre ellos seis mujeres de origen asiático, en varios salones de masajes cercanos a Atlanta, pero negó un móvil racista, informó el miércoles la policía de esta ciudad del sureste de Estados Unidos.
Robert Aaron Long, que insinuó durante los interrogatorios que padece “adicción al sexo”, “afirma haber actuado sin motivación racista”, explicó un responsable de la policía local en conferencia de prensa, precisando que el joven había “asumido su responsabilidad” por los tiroteos.
Long dijo a la policía que solía frecuentar salones de masaje y que realizó los ataque como venganza contra “una tentación que quería eliminar”, dijo Jay Baker, capitán de la oficina del sheriff de Cherokee.
Por el ataque en ese condado fue acusado de cuatro delitos de homicidio y uno de ataque agravado, dijo la policía.
Los tres ataques fueron perpetrados el martes en un contexto de crecientes preocupaciones entre la población estadounidense de origen asiático, que denuncia un alza de las agresiones racistas en su contra.
Long fue detenido el martes tras una persecución a unos 240 km al sur de Atlanta, capital del estado de Georgia.
El joven es acusado de haber atacado primero un salón de masaje asiático a unos 50 km de Atlanta, donde los servicios de emergencia encontraron cuatro muertos y dos heridos.
Por este ataque, Long quedó acusado de cuatro cargos de asesinato y uno de asalto agravado, según las autoridades.
Más tarde, abrió supuestamente fuego en otros dos salones de masajes cercanos a la ciudad, dejando otras cuatro víctimas. Por ese ataque, la policía le atribuyó cuatro cargos de homicidio.
“Al llegar, los agentes encontraron dentro a tres mujeres muertas por disparos” en el primer salón de masaje. “Mientras seguían allí, los policías fueron informados de otros tiros efectuados del otro lado de la calle”, donde hallaron a otra mujer fallecida, precisó la policía en un comunicado enviado a la AFP.
El presidente Joe Biden aseguró el miércoles que la violencia contra personas de origen asiático es muy “preocupante”.
“Sé que los estadounidenses de origen asiático están muy preocupados porque, como ustedes saben, hemos hablado de la brutalidad contra estadounidenses asiáticos en los últimos meses”, afirmó.
“Estamos horrorizados por esta violencia que no tiene lugar en Estados Unidos ni en ninguna parte”, había reaccionado por su parte el secretario de Estado, Antony Blinken, de visita en Corea del Sur.
El expresidente Barack Obama llamó igualmente a poner “fin” a la violencia contra los asiáticos, en un mensaje en Twitter.
Cuatro de las personas abatidas son de origen surcoreano, según informaciones del ministerio de Relaciones Exteriores del país asiático recogidas por la agencia de prensa Yonhap.
“Durante el año pasado, constatamos racismo, discriminaciones y un resurgimiento de la violencia contra los estadounidenses de origen asiático, considerados como chivos expiatorios de la pandemia”, lamentó Sam Park, representante local de la comunidad.
“Ahora tengo un poco de miedo”, admitió de su lado Alice Hung, una estudiante californiana de 22 años y originaria de Taiwán, de vacaciones en Atlanta.
Este miércoles comenzaban a conocerse las primeras informaciones sobre Robert Aaron Long, descrito como un hombre introvertido, apasionado por las armas, además de un cristiano muy religioso. Según los investigadores, el acusado deseaba seguir su trayecto mortal hasta Florida.
Militantes antirracistas consideran que el resentimiento hacia la comunidad asiática fue alimentado por el discurso del expresidente Donald Trump, quien calificaba frecuentemente el coronavirus como “virus chino”.
La noticia de los ataques se produjo apenas unas horas después de la publicación de un informe de la oenegé Stop AAPI Hate, en el que el 70% de los asiático-estadounidenses encuestados dijeron que habían sufrido acoso verbal y algo más de uno de cada diez dijo haber sido víctima de agresiones físicas, entre marzo de 2020 y febrero de 2021.
Aunque la motivación racial puede ser difícil de determinar, un estudio del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo en la universidad CSU San Bernardino encontró que los crímenes de odio reportados contra asiáticos se han casi triplicado en 16 grandes ciudades estadounidenses -entre ellas Nueva York y Los Ángeles-, a pesar de que los delitos de odio en general se redujeron un 7%.
De los poco más de 10,6 millones de habitantes de Georgia, alrededor de 500.000 son de origen asiático, según el Asian American Advocacy Fund.
El Partido Demócrata en este estado sureño calificó los tiroteos de “horribles”.
El martes por la noche, la policía de Nueva York anunció “por prudencia” el envío de patrullas de refuerzo a las zonas que concentran habitantes de origen asiático.
Con información de AFP
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