En septiembre de 2018, Elizabeth Kilgore y su ex marido estaban en medio de una acalorada disputa por su reciente divorcio cuando sucedió lo impensable.
La estadounidense de 35 años fue condenada el pasado fin de semana por matar a su ex pareja, con el propósito de quedarse con la custodia de su hijo de dos años. Sin embargo, el medio que utilizó, según la acusación, fue bastante inusual: su propio padre.
La mujer habría convencido a su papá, quien padecía una enfermedad terminal, de matar a su ex y luego suicidarse.
Un jurado del condado de St. Clair alegó que ella manipuló a su propio padre para que asesinara a su yerno y luego volviera el arma contra sí mismo, según la Oficina del Fiscal General de Missouri en Facebook.
Según KTTN, Lance Kilgore, también de 35 años, acudió en 2018 a una cita en el poblado vecino de Osceola creyendo que iba a buscar a su hijo de dos años, centro de la disputa por el divorcio de la pareja en 2017. Cuando llegó a la tienda Port, que operaba una gasolinera Shell, lo esperaban su ex suegro y su ex suegra para arreglar algunos temas del divorcio.
Sin embargo, mientras platicaba con su suegra, Sanders, de 77 años, accionó un arma 9 milímetros contra su yerno y luego se disparó a sí mismo. El incidente fue capturado por la cámara de vigilancia de la tienda. Poco después de los disparos Elizabeth Kilgore llegó con el niño, alegando que se le había hecho tarde.
Después de que la pareja se separó, Elizabeth se mudó con su madre y comenzó a trabajar en la cárcel del condado de St. Clair. Mientras estaba allí, pidió ayuda a dos reclusos para matar a su esposo, de acuerdo con un sargento de la Patrulla de Carreteras del Estado de Missouri. Sin embargo, fue despedida porque uno de los internos la denunció.
Un testigo dijo durante el juicio que la acusada prometió que si Lance Kilgore seguía peleando por la custodia de su hijo, ella se iba encargar de matarlo o conseguir alguien que lo hiciera por ella.
La policía también cuenta con una llamada grabada en la que Elizabeth le dice a uno de los reclusos que ya no es necesaria su ayuda porque al parecer su padre se había ofrecido para “resolver su problema”. Otro testigo dijo que el día anterior al asesinato llamó a la mujer para ofrecerle ayuda si quería escapar con su hijo, pero que ella lo rechazó diciéndole que la cuestión “ya se había resuelto”.
Los fiscales dijeron que ella también sugirió que quería metanfetamina para su padre, un delincuente convicto con un extenso historial de arrestos relacionados con drogas.
Los investigadores describieron al señor Sander como un “enfermo terminal”, pero no detallaron qué condición médica sufría, según KY3. Se había quedado con su hija en casa de su ex mujer, donde la acusada vivía desde hacía un año, y con ella partió a la cita con Lance Kilgore.
Elizabeth Kilgore fue condenada por asesinato en primer grado, además de introducir un instrumento peligroso a la cárcel del condado y poseer metanfetamina. Su sentencia está programada para abril.
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