El gobierno de Joe Biden en Estados Unidos mantendrá la semana próxima su primera reunión de alto nivel con su homólogo chino. El encuentro tendrá lugar en Alaska el 18 y 19 de marzo y Washington estará representado por el secretario de Estado Antony Blinken y el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, mientras que por el lado de Beijing asistirán el ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi y el diplomático Yang Jiechi.
“El objetivo será comparar las expectativas y planes de cada uno en lo que respecta a la política doméstica, y nuestros objetivos en el plano internacional, regional y global”, indicó el funcionario que anunció la reunión pero cuya identidad no fue revelada, según reportó The Wall Street Journal.
Entre los principales asuntos que se abordarán se cuentan la pandemia de COVID-19, el cambio climático y otros más contenciosos como el avance de China sobre Hong Kong y su creciente presión sobre Taiwán, así como los “embargos económicos no declarados” que Beijing impuso a Australia.
La reunión se dará luego de que los máximos funcionarios de la administración de Biden mantengan encuentros de similar naturaleza con aliados regionales. Este viernes, Biden mantendrá una reunión virtual con los jefes de Estado de Australia, Japón e India, un grupo conocido como Quad y visto como un eje que busca contrarrestar la influencia de China en esa región.
De hecho, China se ha pronunciado sobre la incipiente alianza. El “Quad” “debe alinearse con las tendencias imperantes de desarrollo pacífico y cooperación”, advirtió ante la prensa en Beijing el portavoz de la cancillería china, Zhao Lijian.
Blinken, por su parte, llegará a Anchorage -la capital de Alaska- luego de un viaje de cuatro días a Japón y Corea del Sur. Ese, de hecho será el primer viaje internacional del funcionario desde asumir su puesto. Hasta ahora solo ha mantenido conversaciones telefónicas y virtuales con delegaciones internacionales.
Los líderes de ambas potencias no estarán presentes, pero ya mantuvieron una conversación telefónica. Fue el 11 de febrero, y según la Casa Blanca, Biden expresó sus “profundas preocupaciones” por las prácticas económicas “injustas y coercitivas” de Beijing, por la represión en Hong Kong y por las “violaciones a los derechos humanos en Xinjiang, región donde habita la minoría musulmana de los uigures.
Los dos líderes también hablaron, según el comunicado de la Casa Blanca, sobre la pandemia de COVID-19 y los “desafíos comunes” que representan la seguridad sanitaria mundial y el cambio climático.
En una entrevista previa, Biden advirtió que la rivalidad entre China y Estados Unidos se transformará en una de “extrema competencia”, aunque al mismo tiempo aseguró que quiere evitar un “conflicto” entre los dos países. Este equilibrio es el que buscará continuar Blinken durante la reunión.
Consultado sobre su homólogo chino, Biden señaló: “No tiene, y no lo digo como una crítica, sino que es una realidad, un solo hueso democrático en su cuerpo”.
Biden también busca imprimirle una impronta propia al abordaje militar sobre la relación con la la formación de un grupo de trabajo especial del Departamento de Defensa sobre China. En esa línea, ordenó una revisión inmediata del enfoque estratégico del ejército ante Beijing.
Durante una visita al Pentágono, Biden dijo que la revisión era crucial para “poder trazar un camino sólido hacia adelante en asuntos relacionados con China que requerirán un esfuerzo de todo el gobierno”.
“Tenemos que hacer frente a los crecientes desafíos que plantea China para mantener la paz y defender nuestros intereses en el [océano] Indo-Pacífico y a nivel mundial”, añadió.
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