Un violador y asesino serial fue estrangulado en su celda en California

Roger Reece Kibbe, conocido como “el estrangulador de la autopista I-5”, fue hallado sin vida junto a su compañero. Tenía 81 años

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El asesino serial Roger Reece
El asesino serial Roger Reece Kibbe (AP)

Un asesino serial que según las autoridades estranguló y violó a por lo menos siete mujeres en California fue asesinado de esa misma manera en la celda de la prisión estatal en la que se encontraba, informaron este miércoles las autoridades penitenciarias.

Roger Reece Kibbe, conocido como el “Estrangulador de la I-5” en las décadas de 1970 y 1980, fue encontrado el domingo con su compañero de celda de 40 años de pie a un lado. Tenía 81 años.

Mediante la autopsia se determinó que quien estranguló a Kibbe lo hizo con sus manos, dijo la policía del condado Amador, que calificó a la muerte como un homicidio.

Jason Budrow, sospechoso de la
Jason Budrow, sospechoso de la muerte de su compañero de celda, Roger Reece Kibbe (AP)

No se han presentado cargos por el fallecimiento de Kibbe.

En 1991, Kibbe fue declarado culpable inicialmente de estrangular a Darcine Frackenpohl, de 17 años, que había huido de su casa en Seattle. El cadáver casi desnudo de la chica fue encontrado en septiembre de 1987 al oeste de South Lake Tahoe, al pie del desfiladero Echo Summit.

Los investigadores dijeron entonces que sospechaban que estaba implicado en otros homicidios similares.

Sin embargo, no fue sino hasta 2009 que un investigador de la oficina del fiscal federal del condado San Joaquin aprovechó nuevos avances en la determinación de evidencia para vincularlo con otros seis homicidios en diversos condados del norte de California, donde los cadáveres de varias víctimas fueron encontrados en la Interestatal 5 u otras carreteras en 1986. Antes de que lo asesinaran, Kibbe purgaba múltiples cadenas perpetuas por los homicidios.

Las autoridades afirmaron no haber cesado nunca en su intento de mostrar que él era responsable de otros homicidios. Los investigadores lo sacaban de la prisión para hacer varios recorridos por el campo con la esperanza de que revelara el paradero de más víctimas.

Solían comprarle un huevo McMuffin y una Coca Cola para el desayuno, otra Coca Cola, una hamburguesa y papas fritas para la comida, dijo Vito Bertocchini, detective retirado del sheriff e investigador del fiscal federal del condado San Joaquín, al The Sacramento Bee.

Bertocchini persiguió durante casi dos décadas a Kibbe y cree que asesinó a otras personas en el lapso de 10 años entre su primer y último homicidios conocidos.

Los investigadores han dicho haber encontrado otras mujeres asesinadas cuyos cadáveres fueron arrojados en carreteras. Los cuerpos presentaban la marca característica de Kibbe: cortar la ropa de las víctimas en patrones extraños.

Fue capturado después de que la policía de Sacramento dijera que una posible víctima escapó y los agentes recuperaron un garrote fabricado con piezas cilíndricas de madera, así como una cuerda de paracaídas, unas tijeras y otros objetos.

(Con información de AP)

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