Johnson & Johnson anunció que comenzó ensayos de su vacuna contra el COVID-19 en menores: busca que se apruebe su uso en septiembre

La farmacéutica comenzó con los ensayos clínicos para controlar la seguridad del inoculante en este demográfico

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 REUTERS/Dado Ruvic/ilustración
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Johnson & Johnson es uno de los primeros laboratorios que ha desarrollado una vacuna contra el COVID 19 que manifiesta la intención de explorar la efectividad de su inoculante en menores de edad. La semana pasada solicitó autorización a los CDC de Estados Unidos (Centros para el Control de Enfermedades, según sus siglas en inglés) para que su vacuna de una dosis sea probada en adolescentes de entre 12 y 18 años.

Realizaremos varios estudios de inmunogenicidad y seguridad en niños desde los 17 años hasta recién nacidos”, declaró el Doctor Macaya Douoguih, director de desarrollo clínico y asuntos médicos de Janssen, el brazo médico de Johnson & Johnson, ante el comité asesor de los CDC.

Este miércoles, según ha declarado el propio CEO de J&J, Alex Gorsky, la compañía se siente en condiciones de poner fecha a la aprobación de la vacuna para menores de edad: septiembre de 2021.

“Creo que es probable que ocurra en estos meses. La buena noticia es que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos, que aprueba las vacunas) está trabajando con las compañías para establecer reglas regulatorias claras para poder recolectar la información necesaria”, declaraba ante la prensa Gorsky.

Según la propia empresa, la ventaja de su vacuna en comparación a otras en el mercado es que es un tipo que ya ha sido utilizada en menores de edad en el pasado.

“Las vacunas AdVac 26 han sido utilizadas de manera extensa en diferentes grupos de edad, jóvenes y mayores en África, mientras desarrollábamos este tipo de vacunas para otras patologías como el Ébola y el VIH. Eso nos da esperanzas de que son seguras en poblaciones de pacientes jóvenes, aunque todavía debemos hacer las pruebas clínicas”, agragaba Gorsky.

Viales de la vacuna de Johnson & Johnson contra el COVID-19. 
Foto: REUTERS/Shannon Stapleton
Viales de la vacuna de Johnson & Johnson contra el COVID-19. Foto: REUTERS/Shannon Stapleton

Cabe destacar que la vacuna de Johnson & Johnson utiliza una tecnología diferente a las otras. Las vacunas desarrolladas por Pfizer y Moderna utilizan una nueva modalidad llamada ARN mensajero. Entregan el material genético directamente a las células a través de partículas grasas. Ese código genético es absorbido por las células del músculo, que luego siguen las instrucciones genéticas para hacer pequeñas piezas que parecen parte del coronavirus. Esas pequeñas proteínas estimulan una respuesta inmune generando anticuerpos.

En el caso de la vacuna desarrollada por Johnson & Johnson, que es una sola dosis, se utiliza una tecnología más tradicional, similar a la de la mayor parte de las vacunas que se utilizan hasta ahora como la de la gripe, por poner un ejemplo. Se la denomina tecnología de vectores virales. El Adenovirus 26 (o AdVac 26) es un virus de resfriado común que está diseñado genéticamente para que pueda infectar células, pero no replicarse allí.

Este virus debilitado inyecta las instrucciones genéticas en las células y así se genera el proceso de inmunidad.

Además, la vacuna de J&J puede mantenerse hasta tres meses en refrigeradores comunes, facilitando su almacenamiento y transporte. Pero también existe una percepción de que se trata de una vacuna de segunda calidad, ya que según los ensayos clínicos, las vacunas de Pfizer y Moderna tienen una eficacia de hasta el 94 por ciento en dos dosis, mientras que la de J&J tiene una efectividad del 66 por ciento en casos moderados. Sin embargo, esta última vacuna, al haber sido aprobado más tarde, fue probada con diversas variantes del virus (como la de Brasil, el Reino Unido o Sudáfrica), mientras que los otros dos laboratorios completaron sus ensayos clínicos antes de que aparecieran estas variantes.

Por su parte, Pfizer y Moderna también iniciaron ensayos de sus vacunas en menores de 18 años.

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