Por la pandemia aumentó considerablemente el número de balseros cubanos tratando de llegar a Florida

Las noticias desde la isla indican altísimos índices de pobreza, debido a la caída en el turismo, que están desesperando a la población y que han sentado las bases para un nuevo éxodo

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La guardia costera cubana detiene
La guardia costera cubana detiene a un grupo de balseros que intentaban llegar a Florida en 2016 (AP/Archivo)

Los datos los ha dado la guardia costera de los Estados Unidos. El número de ciudadanos cubanos interceptados en el mar en embarcaciones precarias e intentando arribar a los Estados Unidos ha sido superior en los cinco meses, desde octubre de 2020 hasta hoy, que en los 12 previos. Más de 100 cubanos fueron hallados en el mar en ese tiempo, mientras que en el año anterior había sido 49. Estas son sólo las personas encontradas en el mar, se desconoce el número de aquellos que lograron tocar tierra firme.

El número es menor que el que se ha visto en otras crisis en el pasado, pero igual hay una clara indicación de que la tendencia está en alza, inclusive cuando las leyes migratorias de Estados Unidos han cambiado y ahora los balseros que toquen tierra no consiguen inmediatamente papeles en los Estados Unidos.

Desde 1995 los cubanos podían calificar para una residencia bajo la ley popularmente conocida como Pies Secos, Pies Mojados. La legislación indicaba que todo ciudadano que tocara suelo estadounidense podía calificar inmediatamente para la ley de ajuste cubano, que les permitía obtener residencia legal en los Estados Unidos. La parte de pies mojados hace alusión a que no tenían este mismo beneficio aquellos que eran interceptados en el mar antes de llegar a tierra firme. Este beneficio migratorio, que incentivó a miles de balseros (tal como se conoce a los cubanos que se lanzan al mar en embarcaciones improvisadas) por años, terminó el 12 de enero de 2017 bajo decisión de la administración Obama. Desde entonces quienes llegan a tierra firme pueden ser deportados.

Este cambio en la legislación ha desanimado la modalidad, pero al parecer la actual situación social y económica en la isla bajo la dictadura comunista ha llevado a muchos de sus residentes a intentar lo imposible. Además, las conversaciones en Estados Unidos acerca de cambios en la política migratoria (que no necesariamente darían un estatus diferente a Cuba), también han generado esperanza.

La pandemia de coronavirus ha
La pandemia de coronavirus ha frenado el turismo a la isla, principal fuente de divisas extranjeras en Cuba (EFE/ Yander Zamora/Archivo)

El martes la guardia costera anunció que habían interceptado en el mar a seis hombres y dos mujeres embarazadas a bordo de una balsa hecha con espuma de poliestireno, barras de metal y propulsada por el motor de un automóvil. Semanas atrás conmocionó al mundo el relato de tres hombres que quedaron varados por 33 días en una isla de las Bahamas, sobreviviendo a base de cocos, ratas, conchas y caracoles. La desesperación tiene caras concretas.

Muchos de aquellos interceptados en el mar quedan en un limbo migratorio por meses, algunos pasan una temporada en terceros países y otros son devueltos a la isla. Una vez allí, quedan marcados por haber intentado escapar y pasan a estar bajo la mira de el comité revolucionario de defensa.

Pero en una dictadura que lleva más de 60 años, ¿qué es lo que ha cambiado en los últimos meses como para que la población esté más desesperada por irse? La pandemia.

Con la pandemia se cortó el turismo, que generaba buena parte de las divisas en la isla. La economía de la isla está en su peor momento desde la disolución de la Unión Soviética. El Producto Bruto Interno de Cuba se contrajo un 11 por ciento en el último año y la inflación ha aumentado. En un país donde la norma en las últimas seis décadas ha sido la falta de recursos, hoy hay escasez de productos básicos: no se consiguen alimentos.

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