El legislador demócrata Jamie Raskin, que actúa como fiscal en el juicio político contra el exmandatario Donald Trump, lo acusó este miércoles de ser el “incitador en jefe” de la toma del Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero pasado, que dejó un saldo de al menos cinco muertos y decenas de heridos y detenidos.
La evidencia “va a demostrar que el expresidente Trump no fue un espectador inocente” y que él “renunció a su rol de comandante en jefe y se convirtió en el incitador en jefe de una peligrosa insurrección”, afirmó Raskin en el proceso ante los 100 senadores que ejercen como jurados. “Incitador en jefe” (inciter-in-chief) es un juego de palabras ya que los presidentes estadounidenses son considerados los “comandantes en jefe” (commander-in-chief).
El martes comenzó el segundo juicio político contra Trump, tras haber sido acusado durante los últimos días de su mandato de incitar la insurrección del 6 de enero, cuando miles de los seguidores del republicano atacaron e ingresaron violentamente en el Capitolio, el edificio donde se encuentran la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos.
El asalto se dio mientras los legisladores certificaban al victoria del candidato demócrata Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre, actual presidente tras su asunción del 20 de enero, y luego de que Trump llamar a sus partidarios a movilizarse para exigir el rechazo de los resultados en los comicios, a los que consideró fraudulentos a pesar de no ofrecer evidencia alguna.
La persistente acusación de Trump de fraude y su negativa a reconocer la derrota electoral, sumado al asalto al Capitolio ocurrido el 6 de enero y la posterior acusación de juicio político, han sacudido a la política estadounidense en los primeros meses de 2021.
Se trata del cuarto juicio político o impeachment en la historia del país. Además, es el segundo contra Trump, quien fue acusado en 2019 de intentar dar ayuda militar a Ucrania a cambio de información presuntamente incriminatoria sobre las acciones del hijo de Joe Biden, entonces rival político del magnate republicano, en aquel país.
En esa oportunidad Trump fue finalmente absuelto de los cargos de “abuso de poder” por el Senado, controlado en ese entonces por los republicanos.
En esta ocasión, sin embargo, el Senado se encuentra bajo control de una mayoría simple demócrata tras los resultados del 3 de noviembre y el impeachment tiene más posibilidades de prosperar, aunque aún es poco probable que se alcance el voto de dos tercios de la Cámara Alta requerido. Tratándose, además, de un presidente que ya ha dejado el poder, la pena sería una inhabilitación permamentne a ocupar otros cargos públicos en lugar de una destitución.
Este segundo juicio político contra Trump comenzó formalmente el martes, cuando el Senado aprobó por mayoría la constitucionalidad del proceso luego de que semanas atrás la acusación fuera realizada en la Cámara de Representantes.
Los alegatos de los fiscales, legisladores de la mayoría demócrata elegidos por la Cámara de Representantes, comenzaron a ser escuchados este miércoles. Luego será el turno de los abogadores defensores de Trump, previo a la votación de los senadores para definir el proceso.
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