Febrero es el Mes de la Historia Negra en los Estados Unidos y para honrarlo la revista Time publicó un dossier dedicado al arte afroamericano, que coordinó Ibram X. Kendi, el escritor cuyo libro How to Be an Antiracist fue best seller. La estrella de la asunción del presidente Joe Biden, la poeta Amanda Gorman, mereció la portada de la edición, entrevistada por la ex primera dama Michelle Obama.
La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) eligió a Gorman para que lea un poema original antes del Super Bowl LV, que este domingo 7 de febrero se dirimirá entre los Kansas City Chiefs y los Tampa Bay Buccaneers. La primera joven poeta laureada (2017) de los Estados Unidos había electrizado al público con la performance en la que leyó “The Hill We Climb” (La colina que subimos), el 20 de enero en Washington DC. Fue lo más comentado en las redes sociales, incluso por figuras de alto perfil que la escucharon en la toma de posesión de Biden, como el ex presidente Barack Obama.
“En un día para los libros de historia, Amanda Gorman recitó un poema que estuvo más que a la altura del momento. Los jóvenes como ella son prueba de que ‘siempre hay luz, si solo somos lo bastante valientes para verla, si solo somos lo bastante valientes para ser la luz’”, la citó el mandatario 44. También su esposa Michelle la celebró: “Con sus palabras fuertes y conmovedoras, Amanda Gorman nos recuerda el poder que cada uno de nosotros tiene para defender nuestra democracia. ¡Sigue brillando, Amanda! No veo la hora de saber qué haces a continuación”.
La ex primera dama comenzó por entrevistar a Gorman para el número doble de Time dedicado a la cultura afroamericana. Ya la había tratado en dos ocasiones antes —en 2016, en un evento en la Casa Blanca parte del Programa Nacional de Estudiantes Poetas, y en 2018 en un acto de la organización Black Girls Rock— pero había quedado muy impresionada por el recitado.
—Como el resto del país, me emocioné profundamente al verte leer tu poema “The Hill We Climb” en la asunción, el mes pasado. La potencia de tus palabras me deslumbró, pero fue algo más allá de eso: tu presencia en el escenario, la confianza que exudabas como una joven afroamericana que ayudaba a pasar a un capítulo más esperanzado del liderazgo nacional. Debo decir que también me sentí orgullosa; siempre has tenido mucha desenvoltura y gracia, pero al verte hablarle de esa manera al país entero no pude evitar pensar: “Bueno, esta niña ha crecido mucho”. Me dio mucha felicidad. ¿Cómo te preparaste para un momento así?
—Cada vez que nos encontramos tengo la secreta esperanza de que te hayas olvidado de mí, así puedo empezar de cero. Pero siendo la persona extraordinaria que eres, siempre te acuerdas —comenzó Gorman—. Cuando escribí el poema por primera vez, pensaba que en la semana previa a la asunción iba a ensayar todos los días. Pero pasaron cosas tan velozmente que en realidad no logré sentarme con el texto hasta la noche anterior. La mayor parte de mi preparación consistió en meterme en la emoción del poema, preparar mi cuerpo y mi mente para ese momento. Hubo mucha representación frente al espejo la noche anterior.
Obama le señaló que el público la ve “como una suerte de prodigio: una poeta que hizo arder al país”. Ella, sin embargo, no se siente así, dijo. Muchas veces la gente imagina que un “cambio de vida tan astronómico” como el que le sucedió a ella es instantáneo. Pero no: es un trabajo “de una vida entera, y también un trabajo colectivo”.
Gorman desarrolló: “Algo que no le he contado a nadie es que, durante los seis últimos años, cada vez que escribí un poema que sabía que se iba a publicar o a recitar, me dije: ‘Escribe el poema para la asunción’. Y lo que eso significaba para mí no era necesariamente que escribiera un poema sobre un presidente. Era: ‘Escribe un poema que esté a la altura de un nuevo capítulo en el país. En todo lo que escribas, escribe algo que sea lo suficientemente valiente como para ser esperanzador. En todo lo que escribas, escribe algo que te supere’. No creo que hubiera podido escribir el poema de la asunción si no hubiera vivido cada día de mi vida como si ese fuera el lugar al que llegaría”.
La ex primera dama señaló que el poema, en sí mismo, “puso el dedo en la llaga, en particular luego del caos y la violencia que vivimos días antes de la asunción”, recordó el asalto al Capitolio. “Luego de tanta división, escucharte llamar a la unidad fue una especie de bálsamo”. Y le preguntó qué significaba la idea de unidad para ella.
Gorman aclaró que no la concebía como algo que simplemente olvida lo que pasó para seguir adelante: “Para mí, la unidad sin un sentido de justicia, de igualdad y de equidad es simplemente una mentalidad tóxica de turba. La unidad que de verdad nos impulsa al futuro implica que aceptemos nuestras diferencias: que las acojamos y que nos inclinemos hacia esa diversidad. No se trata de que nos demos la mano sin cuestionar por qué lo hacemos. Es la unidad con un propósito”.
—¿Cuál fue tu experiencia de la asunción en sí misma? ¿Pudiste prestar atención a las presentaciones y los discursos o estuviste concentrada solamente en lo que habías ido a hacer?
—Víví en dos esferas mentales. Por un lado, “Wow, el discurso de Joe Biden fue fantástico. Lady Gaga estuvo brutal”. Pero al mismo tiempo el 66% de mi cerebro se concentraba en preguntas: “¿Cómo voy a ascender al podio sin tropezar? Tengo las manos frías. ¿Podré dar vuelta las páginas si mis dedos se entumecen?”.
En algunas de las entrevistas que dio el mismo 20 de enero, Gorman contó que tiene un mantra. Y Michelle Obama le preguntó sobre él: “¿Puedes compartirlo aquí, y decirme cómo llegaste a la elección de esas palabras?”.
La inspiración surgió de la letra de la “Canción de los ancestros”, que Lin-Manuel Miranda —cuya obra Hamilton deslumbró a Gorman— compuso para la película Moana. “La canción dice: ‘Soy la hija del jefe de la aldea. Descendemos de viajeros que atravesaron el mundo’. Algo así. Disculpa, Lin. Realmente quería algo que pudiera repetir porque me aterra cada vez que recito. Así que mi mantra es: ‘Soy la hija de escritores negros que descienden de combatientes que rompieron sus cadenas y cambiaron el mundo. Ellos me llaman’. Lo digo para recordarme a mí misma que mis ancestros están a mi alrededor cada vez que recito”.
—Has hablado mucho sobre tus trastornos del habla, algo que compartes con el presidente Biden y con la poeta legendaria Maya Angelou, que me impactó tanto cuando yo era joven —le planteó Obama—. ¿Qué significa para ti el haberlo superado?
—El presidente Biden ha contado que tuvo un tartamudeo. Maya Angelou fue muda durante varios años. Yo no podía pronunciar algunos sonidos, como la erre, así que decía cosas como póetui [en lugar de poetry] o dola [en lugar de dollar]. Mi apellido es Gorman, y no pude realmente pronunciarlo hasta hace tres años. Durante mucho tiempo lo percibí como una debilidad. Ahora verdaderamente lo veo como una fuerza, porque atravesar ese proceso me convirtió en una escritora, por un lado, porque tuve que encontrar una forma de comunicarme que no fuera por la boca, y por otro, cuando tuve el coraje suficiente para tratar de llevar esas palabras de la página al escenario, llevé conmigo este entendimiento de la complejidad del sonido, la pronunciación y el énfasis.
Como el tema de la edición de Time era el arte afroamericano, en particular el gran despliegue de creatividad que se ha visto en los últimos años, la ex primera dama le preguntó a la poeta de Los Angeles si ella utilizaría el término “renacimiento” para el periodo y si ella se veía como parte de él.
“Vivimos un momento importante en el arte afroamericano porque vivimos un momento importante en la vida afroamericana”, observó Gorman. “Sea eso pensar en lo que significa en términos políticos haber tenido un presidente afroamericano antes de [Donald] Trump o en lo que significa que Black Lives [Matter] se haya convertido en el mayor movimiento social de los Estados Unidos”. Para ella lo mejor de ese fenómeno es que logra “absorber y vivir” en ese ambiente de creación afroamericana, de artistas a los que ella admira, explicó. “Y también me toca hacer arte y participar de este registro histórico”.
—“The Hill We Climb” menciona que eres descendiente de esclavos. ¿Qué papel cumple la poesía para ayudarte a dar sentido a nuestra historia?
—Quise que los estadounidenses accedieran a algo de mí. Mucha de la inspiración provino del discurso que tú diste en la Convención Nacional Demócrata cuando dijiste: “Cada mañana me despierto en una casa que fue construida por esclavos”. La poesía es el lente que usamos para interrogar la historia sobre la que nos apoyamos y el futuro que representamos. No es una coincidencia que en la base de la Estatua de la Libertad haya un poema. Nuestro instinto es recurrir a la poesía cuando buscamos comunicar un espíritu que nos supera. Cuando escribo, estoy frente a la historia de las palabras. La historia específica de las palabras en el poema de la asunción fue: “Hemos visto las maneras en que se ha violado al lenguaje y se lo ha usado para deshumanizar. ¿Cómo puedo yo reivindicar el idioma para que podamos verlo como una fuente de esperanza, purificación y concientización?”.
Michelle Obama quiso entonces saber si la joven poeta se considera una optimista. “Sin dudas. El optimismo no se debería entender como lo opuesto al pesimismo sino algo que dialoga con él. Tu optimismo nunca será tan potente como en el momento exacto en el que quieres bajar los brazos. La manera en la que todos podemos tener esperanzas no es negar los sentimientos de temor o de duda, sino preguntarnos: “¿Qué nos trajo hasta esta oscuridad? ¿Y qué puede sacarnos de las sombras?”, cerró Gorman.
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