Una de las grandes prioridades de Joe Biden en sus primeros 100 días de gobierno es la reapertura de las escuelas en medio de la pandemia de coronavirus. Este miércoles los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) aseguraron que los establecimientos podrán abrir con seguridad sin la necesidad de vacunar a los profesores.
“Cada vez hay más datos que sugieren que las escuelas pueden reabrir con seguridad y que la reapertura segura no sugiere que los profesores deban ser vacunados”, manifestó Rochelle Walensky, directora de los CDC, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.
“La vacunación de los profesores no es un requisito previo para la reapertura segura de las escuelas”, agregó.
Jeff Zients, coordinador de la respuesta de la Casa Blanca para el covid-19, remarcó durante la rueda de prensa que el presidente Biden “ha sido muy claro en que quiere que las escuelas reabran y permanezcan abiertas”.
Para eso, sostuvo que todos los establecimientos educativos deben contar “con el equipo y los recursos para abrir con seguridad”. En esa línea, instó al Congreso a “hacer su parte” aprobando el plan de rescate propuesto por el Gobierno. Y aclaró: “No sólo las escuelas privadas o las de zonas ricas, sino todas las escuelas”.
Anteriormente Walensky aseveró que las escuelas deberían ser las primeras en abrir y las últimas en cerrar en el marco de la pandemia.
El viernes pasado el principal epidemiólogo del Gobierno de Estados Unidos, Anthony Fauci, expresó estar de acuerdo con el programa de reapertura de las escuelas presentado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Según indicó, el planteo de los CDC “se basa en datos”.
“Respaldaría las recomendaciones de los CDC porque realmente se basan en datos. Tenemos que intentar que los niños vuelvan a la escuela y ese es el objetivo del presidente, Joe Biden”, afirmó Fauci, en diálogo con la cadena MSNBC.
El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos explicó, además, que “es menos probable que un niño se infecte en el entorno escolar que en la comunidad”.
La semana pasada los CDC publicaron un informe en el que avalaban la reapertura de los centros escolares tan pronto como fuera posible si se aplicaban correctamente las medidas de distanciamiento social y el uso obligatorio de la mascarilla. No obstante, los investigadores aclararon que algunos deportes de interior sí han dado lugar a infecciones y recomendaron que éstos deberían reducirse al máximo posible para que las escuelas puedan operar de forma segura.
“La preponderancia de las pruebas disponibles del semestre escolar de otoño ha sido tranquilizadora (…) Hubo pocas pruebas de que las escuelas hayan contribuido de forma significativa al aumento de la transmisión comunitaria”, escribieron tres investigadores de los CDC en un artículo de opinión publicado en el Journal of the American Medical Association.
“Las decisiones que se tomen hoy pueden ayudar a garantizar el funcionamiento seguro de las escuelas y brindar servicios esenciales a niños y adolescentes en Estados Unidos”, añadieron.
En concreto, los CDC recomiendan que todas las escuelas apliquen las siguientes medidas: uso de mascarillas, distancia de dos metros entre las personas, y que asistan a clases los mismos grupos de estudiantes para limitar el número de personas que deben estar en cuarentena en caso de surgir casos de COVID.
La idea del ambicioso plan de Biden es utilizar pruebas rápidas, cuyo resultado está listo en minutos, y que sean los propios empleados de las escuelas quienes las hagan. Por ende, previamente debería haber un período de entrenamiento para miles de personas en todo el país.
La idea surge de una recomendación de la Fundación Rockefeller, que realizó un estudio en los 50 estados y determinó que se necesitan miles de millones de dólares para generar una red masiva de testeo que controle particularmente las escuelas.
El Gobierno dio a conocer un plan de rescate que incluye proporcionar a las escuelas y universidades 170.000 millones de dólares para que vuelvan a abrir. El dinero se utilizaría en parte para aumentar las pruebas. Sin embargo, éstas aún no están ampliamente disponibles para satisfacer la enorme demanda que se requerirá. Además, las autoridades son conscientes de que hasta el momento la campaña de vacunación no ha sido tan efectiva como se preveía.
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