La congresista republicana Marjorie Taylor Greene tiene en aprietos a los miembros de su partido por sus posturas y teorías conspirativas, que en muchos casos están cargadas de islamofobia y antisemitismo. Ahora se conoció una publicación de noviembre de 2018 en la que la política asegura que los incendios forestales de ese año en California fueron provocados por un laser espacial que fue puesto por la compañía Pacific Gas & Electric Company (PG&E).
Greene asoció también a la familia Rothschild a la provocación de los incendios, un apellido que es uno de los blanco preferidos de los grupos antisemitas. Supuestamente necesitaban construir un tren de alta velocidad en unos terrenos avaluados en 77.000.000.000 millones de dólares. Por supuesto, las afirmaciones de Greene, que en ese momento no era congresista pero que sí tenía un perfil alto e influencia en redes sociales, no tenien ningún fundamento.
“Luego, curiosamente, están estas personas que han dicho que vieron lo que parecían láseres o rayos de luz azul causando los incendios, e imágenes y videos”, escribió Greene en su cuenta de Facebook.
“No sé nada sobre eso, pero me parece realmente curioso la asociación de PG&E con Solaren en generadores solares espaciales a partir de 2009”, agregó.
Antes de incorporarse este mes a la Cámara de Representantes, Greene apoyó comentarios en Facebook que promovían el uso de la violencia contra los demócratas y el FBI. Uno hablaba de pegarle un tiro en la cabeza a la presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi. Al responder a un post que planteaba la posibilidad de colgar al ex presidente Barack Obama, Greene dijo que “se está preparando el escenario”.
Si bien algunos republicanos condenaron sus actitudes, no sorprendieron a nadie. Ya había apoyado las teorías conspirativas de QAnon, incluida la afirmación ya desvirtuada de que altos dirigentes demócratas participan en el tráfico sexual de menores, la adoración de Satán y canibalismo. El año pasado circularon videos en Facebook en los que aparece expresando puntos de vista racistas, antisemíticos y antimusulmanes. Varios líderes republicanos repudiaron esos comentarios en su momento, en la esperanza de impedir que ganase la nominación a la cámara baja en un distrito legislativo republicano del noroeste de Georgia.
La oposición se diluyó cuando Greene ganó la primaria, que básicamente la garantizaba una banca en el Congreso. Cuando finalmente asumió, ya había viajado con Donald Trump en el avión presidencial.
La conducción republicana enfrenta ahora un dilema. El partido le brindó su respaldo a Greene después de ganar la primaria y ahora le resulta difícil tomar distancia, sobre todo porque sus puntos de vista eran bien conocidas cuando la apoyó.
La situación plantea interrogantes acerca de hasta qué punto al partido le interesa, o está en condiciones, de hacer a un lado el estilo político de Trump, que por años promovió teorías conspirativas propias.
“El partido Republicano es hoy Donald Trump”, expresó Stuart Stevens, cofundador del Proyecto Lincoln, una agrupación conservadora que se opone firmemente a Trump. “Son unos radicales”.
CNN sacó a la luz los comentarios de Greene en Facebook, que ya fueron retirados. La legisladora tuiteó respuestas antes de que se publicase la noticia en las que no negó su autenticidad ni se retractó. “Muchos de esos comentarios cayeron bien. Muchos fueron compartidos. Algunos no representaban mis puntos de vista”, se limitó a decir.
De todos modos, aumentan las presiones para que los líderes políticos condenen los extremismos luego de que una turba trumpista tomase el Congreso y de que cinco personas muriesen en esa sublevación. El representante demócrata Jimmy Gómez anunció el miércoles por la noche que preparaba una resolución pidiendo la expulsión de Greene del Congreso por su actividad en las redes sociales.
En declaraciones a Axios un portavoz del líder del bloque republicano en la cámara baja Kevin McCarthy dijo que los comentarios eran “muy problemáticos” y que McCarthy “planea tener una conversación con la legisladora sobre ellos”.
La presidenta del Comité Nacional Republicano Ronna McDaniel dijo que los comentarios eran “repugnantes” y que “no tienen cabida en nuestro partido”.
“Sin duda hay que analizarlos”, añadió.
McDaniel sostuvo que QAnon es un tema que va más allá de Greene.
“Considero que es muy importante que, a la luz de lo que acaba de pasar en nuestro país, reflexionemos acerca de la violencia que sigue estallando”, manifestó en una entrevista. “QAnon es algo más que un grupo marginal. Es algo peligroso. Hay que investigar y asegurarnos de que no nos quedamos cortos cuando decimos que no podemos apoyar grupos que apelan a la violencia”.
El miércoles por la noche un periodista de WRCB-TV trató de preguntarle a Greene acerca de sus comentarios en las redes sociales durante una presentación en Dalton, Georgia. El reportero fue sacado del lugar y un policía amenazó con arrestarlo.
La Oficina del Sheriff del condado de Whitfield desistió de hacer comentarios y pidió que se preguntase a la gente de Greene por lo sucedido. Un portavoz de la oficina de Greene dijo en un comunicado que “se trató de una actividad con los votantes, sin declaraciones a la prensa”.
El FBI considera que QAnon representa una amenaza terrorista y el Departamento de Seguridad Nacional alertó el miércoles acerca de posibles actos de violencia de parte de sectores extremistas furiosos por la elección de Joe Biden como presidente, que estarían envalentonados por el ataque al Capitolio.
Pelosi cuestionó ese nombramiento el jueves. Señaló que Media Matters for America, una organización liberal, había dicho que Greene puso “me gusta” en comentarios en las redes que planteaban dudas acerca de las matanzas en escuelas de Newtown, Connecticut, y Parkland, Florida.
“La asignan al comité de educación, cuando se burló de la matanza de niños” en escuelas, expresó. “¿En qué pensaban?” los líderes republicanos, se preguntó. “O pensar es una palabra demasiado generosa para lo que pueden estar haciendo. Es escandaloso”.
Además de sus comentarios en Facebook, Greene hizo un video en el que planteó que una matanza en Las Vegas del 2017 en la que murieron 58 personas había sido parte de un plan para impulsar leyes que restrinjan la venta de armas.
Desde que consiguió una banca en la cámara baja, Greene ha tratado de ganar espacio entre los conservadores.
Critica con frecuencia a los demócratas y las medidas para contener la pandemia del coronavirus, incluido el uso de barbijos. También pidió al Congreso que desconociese la victoria de Biden en las elecciones presidenciales.
“Estoy cansado de los republicanos débiles que están a la defensiva. Yo me lanzaré al ataque”, declaró Greene el 18 de noviembre en un post. “¡Este es nuestro 1776!”, expresó un día antes de que la turba tomase el Congreso, aludiendo al año en que Estados Unidos se independizó de los británicos.
“Hay miembros del Congreso que no se sienten a salvo en el trabajo en estos momentos por el violento intento de golpe”, dijo Melissa Ryan, CEO de la consultora Card Strategies, que investiga la desinformación online y el extremismo de derecha. “Y también hay políticos como Marjorie Taylor Greene que no solo alientan el miedo, sino que lo usan como herramienta para recaudar fondos”.
Greene está pidiendo a sus partidarios que aporten dinero para “hacerle un juicio político a Biden”. La letra pequeña de su solicitud, no obstante, dice que los fondos serán depositados en la cuenta de su campaña.
Con información AP
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