Durante el último año, uno de los grandes interrogantes frente a la pandemia era el nivel de propagación del virus en las escuelas. Por ese motivo, en un principio la mayor parte de los países decidieron cerraron los establecimientos educativos para contener el avance del coronavirus. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) concluyeron ahora que el nivel de contagios en las escuelas es bajo si se toman las precauciones sanitarias recomendadas por las autoridades.
Luego de los estudios realizados en el país, y en el extranjero, los CDC encontraron una escasa transmisión del virus en aquellos establecimientos que respetaron el uso de mascarillas y el distanciamiento social. No obstante, los investigadores aclararon que algunos deportes de interior sí han dado lugar a infecciones y recomendaron que éstos deberían reducirse al máximo posible para que las escuelas puedan continuar operando de forma segura.
“La preponderancia de las pruebas disponibles del semestre escolar de otoño ha sido tranquilizadora (…) Hubo pocas pruebas de que las escuelas hayan contribuido de forma significativa al aumento de la transmisión comunitaria”, escribieron tres investigadores de los CDC en un artículo de opinión publicado estemartes en el Journal of the American Medical Association.
Los CDC analizaron 17 escuelas rurales del estado norteamericano de Wisconsin. Los especialistas descubrieron que sólo siete de los 191 casos de coronavirus se produjeron por transmisión escolar.
“La conclusión es que con los esfuerzos de prevención adecuados podemos mantener la transmisión en las escuelas y los entornos educativos en un nivel bastante bajo”, manifestó Margaret A. Honein, autora principal del informe de JAMA, citada por The Washington Post.
La investigadora comentó, además, que los estudios mostraron que incluso en lugares con altas tasas de infección, no hay pruebas de que las escuelas transmitan el virus a niveles más altos que los observados en la comunidad. Aclaró, sin embargo, que esto siempre va a depender de que se sigan tomando todas las precauciones sanitarias.
En esa línea, los CDC recomiendan que todas las escuelas apliquen las siguientes medidas: uso de mascarillas, distancia de dos metros entre las personas, y que asistan a clases los mismos grupos de estudiantes para limitar el número de personas que deben estar en cuarentena en caso de surgir casos de COVID.
“Con una buena prevención, podemos reabrir con seguridad y mantener abiertas más escuelas”, agregóHonein, líder del equipo de trabajo contra el coronavirus de los CDC para los departamentos de salud estatales y locales.
Los investigadores norteamericanos expresaron su mayor preocupación en la práctica de deportes de interior que no permiten distanciamiento ni uso de mascarillas.
El informe de los CDC detalló que en dos torneos de lucha libre de escuelas secundarias celebrados el pasado mes de diciembre en Florida, el 30% de los 130 atletas, entrenadores y árbitros que participaron fueron diagnosticados con coronavirus. Según el estudio, las tasas reales podrían ser aún mayores, ya que se hicieron pruebas a menos de la mitad de los participantes.
Luego de los torneos, también fueron testeadas las 95 personas que tuvieron contacto estrecho con los infectados. El 43% de ellas dieron positivo.
Honein consideró que ante el contexto actual lo fundamental “es dar prioridad al entorno educativo presencial y tomar decisiones difíciles, tanto en las comunidades como en las escuelas, sobre otras actividades que podrían tener que posponerse para no poner en peligro la educación de nuestros hijos”.
La investigación de los CDC incluye otros dos estudios nacionales. El realizado entre niños en el estado de Mississippi reveló que asistir a reuniones y actos sociales fuera de casa, y tener gente en casa, aumenta el riesgo de infección, no así asistir a la escuela.
En tanto, el análisis llevado a cabo en 11 distritos escolares de Carolina del Norte, con más de 90.000 alumnos y personal, descubrió que las transmisiones del coronavirus en las escuelas eran “muy raras”.
En los últimos meses el regreso a las aulas fue un fuerte foco de discusión. Mientras algunos padres exigen que eso ocurra, otros temen enviar a sus hijos a las escuelas. En especial los padres de aquellas comunidades que más se han visto afectadas por el virus.
Algunos sindicatos también han ejercido una fuerte presión. En Chicago, por ejemplo, los miembros del Sindicato de Profesores rechazan las órdenes de volver mientras las escuelas públicas intentan reanudar la enseñanza presencial.
De cualquier forma, el presidente Joe Biden fue enfático en su intención de que los niños norteamericano retornen a las aulas. En el marco de su estrategia para reabrir las escuelas, el mandatario anticipó la presentación de un plan de USD 130.000 millones para garantizar la posibilidad de realizar testeos periódicos a alumnos y maestros. El plan también contempla apoyo tanto para centros de cuidado infantil como aquellos de educación superior.
La idea es utilizar pruebas rápidas, cuyo resultado está listo en minutos, y que sean los propios empleados de las escuelas quienes las hagan. Para esto, previamente debería haber un período de entrenamiento para miles de personas en todo el país.
La iniciativa surge de una recomendación de la Fundación Rockefeller, que realizó un estudio en los 50 estados y determinó que se necesitan miles de millones de dólares para generar una red masiva de testeo que controle particularmente las escuelas. Durante la campaña, y tras ganar la elección, Biden prometió que reabriría las escuelas durante sus primeros 100 días de gobierno. Influido fundamentalmente por la opinión de su esposa, la Doctora en educación Jill Biden, así como también por de otros expertos, el presidente de Estados Unidos ha declarado que entiende el costo psicológico y educativo de mantener a los menores fuera de las aulas.
Más allá del elevado costo económico, otro obstáculo del proyecto tiene que ver con la capacidad de producir semejante cantidad de pruebas rápidas. Por el momento, el país no las produce y se desconoce si existe la capacidad de fabricarlas en un período corto de tiempo, aunque se sabe que el equipo de transición de Biden ya ha iniciado conversaciones con varios laboratorios al respecto.
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