Los futuros ministros del presidente electo de Estados Unidos Joe Biden se plantaron este martes con firmeza ante los regímenes de China e Irán, al tiempo que prometieron romper con la diplomacia unilateralista de Donald Trump.
“Podemos ganar la competencia con China”, dijo el nominado a secretario de Estado, Antony Blinken, al inicio del proceso de confirmación en el Senado de los escogidos por Biden para integrar su gabinete.
Blinken admitió que Trump, que nunca fue bien visto por los demócratas, “tenía razón al asumir una posición más firme ante China”.
Esas declaraciones se dieron mientras Trump subrayaba su estrategia ante Beijing como uno de los puntos fuertes de su gestión.
“Redinamizamos nuestras alianzas y unimos a los países del mundo para hacerle frente a China como nunca antes”, dijo el mandatario saliente en su discurso de despedida, un día antes de dejar la Casa Blanca.
Y, también en concordancia con Trump, Blinken dijo en el Congreso que no se revertirá la controvertida decisión del magnate republicano de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar la embajada hacia allí.
Con Trump, Estados Unidos se enfrascó en una confrontación sin pausa con China a la cual su secretario de estado saliente Mike Pompeo le dio la apariencia de una nueva Guerra Fría.
Y los conservadores estadounidenses multiplicaron las acusaciones de debilidad de Biden al que acusaron de ser parte de quienes desde hace años esperan en vano que la globalización favorezca la democratización de China.
A esos críticos, el equipo de Biden dejo en claro que el nuevo presidente quiere plantarle cara a Beijing.
Blinken dijo compartir la afirmación de este martes de Pompeo de que China esta perpetrando un genocidio contra los musulmanes uigures.
La nominada para secretaria del Tesoro, Janet Yellen, no se quedó atrás y retomó las acusaciones contra Beijing lanzadas por Trump en los últimos cuatro años. “Debemos atacar las prácticas abusivas e ilegales de China”, dijo Yellen.
La próxima directora de inteligencia nacional Avril Haines admitió por su parte que Estados Unidos debería “evolucionar y responder ante la realidad de una China más segura de sí misma y más agresiva”.
“Soy favorable a una posición agresiva”, dijo admitiendo implícitamente que los demócratas no fueron suficientemente enérgicos con Beijing durante la administración de Barack Obama de la cual Biden fue su vicepresidente (2009-2017).
No obstante, Antony Blinken prometió una diplomacia opuesta a la de Trump, que durante cuatro años desplazó a sus aliados históricos, coqueteó con autócratas, ha roto acuerdos internacionales y despreciado los organismos multilaterales.
“Debemos enfrentar a China desde una posición de fuerza, no de debilidad”, dijo en el Senado. Eso implica “trabajar con los aliados en vez de denigrarlos, participar y conducir las instituciones internacionales en vez de desligarse de ellas”, dijo.
Respecto a Irán, si bien Biden quiere renovar el diálogo, Blinken buscó tranquilizar a numerosos senadores, tanto demócratas como republicanos, que están preocupados por ese tema.
El presidente electo quiere que Estados Unidos vuelva rápidamente al acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní al cual Trump cerró la puerta por considerarlo insuficiente.
Blinken estimó que la salida de Estados Unidos reforzó la amenaza nuclear iraní y tornó “más peligroso” al gobierno de Teherán.
El diplomático de 58 años, un asesor de Biden durante años, prometió utilizar el retorno al acuerdo de 2015 “como un punto de partida” con los socios y aliados de Washington “para encontrar un acuerdo más fuerte y duradero”. Eso, indicó, debería incluir el programa de misiles balísticos del régimen Irán así como sus “actividades desestabilizadoras” en Medio Oriente.
Más allá de asuntos específicos, prometió “revigorizar” las “alianzas fundamentales” de Estados Unidos para volver así a la “primera línea” de la escena internacional.
“El liderazgo estadounidense aún cuenta”, afirmó. “Juntos, estamos en una posición mucho mejor para contrarrestar las amenazas planteadas por Rusia, Irán y Corea del Norte y defender la democracia y los derechos humanos”, aseguró.
Para poner en práctica ese “retorno” estadounidense, Biden dispondrá el mismo miércoles la vuelta de Estados Unidos al Acuerdo de París sobre el clima del cual Trump se retiró.
El dúo Biden-Blinken encara varias fechas límite inminentes que pondrán a prueba su firmeza y capacidad de diálogo.
La primera será con Moscú, su antiguo rival, con el que tiene hasta el 5 de febrero para extender el tratado clave de desarme nuclear New Start.
“Intentaremos prolongarlo”, dijo Blinken.
La administración Biden, que quiere dejar atrás la política de Trump de acercamiento al presidente ruso, Vladimir Putin, tendrá que encontrar la manera de negociar con la presión del calendario.
Con información de AFP
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