Es algo difícil de comprender dado el colapso económico y el aumento de los desempleados, las personas sin hogar y aquellos que pasan hambre. Pero hay una clase de personas que han tenido que preocuparse poco por tales asuntos.
Para los más ricos de Estados Unidos, no solo ha sido relativamente fácil trabajar desde casa. Además, las medidas de emergencia sin precedentes de la Reserva Federal, incluida la reducción de las tasas de referencia a cero, también engordaron sus billeteras. Han refinanciado sus hipotecas a tasas históricamente bajas, han comprado segundas viviendas para alejarse de las ciudades y el valor de las acciones y los bonos en sus cuentas de inversión se ha disparado.
El enorme cúmulo de riqueza está, en gran parte, ocultando el impacto que han sentido todos aquellos que no tienen el mismo acceso fácil al crédito o a los mercados financieros. A medida que el patrimonio neto de los hogares subió a un nuevo récord, se estima que cientos de miles de empresas cerraron definitivamente, más de 10 millones de estadounidenses siguen desempleados y casi tres veces más pasan hambre.
“Es probable que no haya habido un mejor momento para ser rico en Estados Unidos que hoy en día”, dijo Peter Atwater, profesor adjunto de William & Mary que popularizó la noción de una recuperación “en forma de K” para describir la profunda desigualdad en las fortunas. “Gran parte de lo que los formuladores de política hicieron fue permitir que los más ricos se recuperaran más rápidamente de la pandemia”.
En los últimos 10 meses, las personas con mayores ingresos, relativamente hablando, tuvieron resultados muy positivos.
El nivel de empleo en el cuartil superior de los trabajadores, aquellos que ganan más de USD 60.000 al año, ya se recuperó y superó los niveles de hace un año, según datos de Opportunity Insights, un instituto de investigación no partidista con sede en la Universidad de Harvard.
Además, a medida que los cierres se apoderaron del país, millones de personas, especialmente aquellas en el extremo superior de la escala socio-económica de EE.UU., pudieron redirigir el dinero que de otro modo habrían gastado en cosas como entretenimiento, cenas y viajes hacia ahorros o, mejor aún, inversiones.
Para muchos, ha valido la pena. Gracias a los esfuerzos de la Fed para apuntalar la economía, las acciones estadounidenses han subido a niveles récord después del brote, mientras que los bonos registraron la mayor ganancia en más de una década.
(Con información de Bloomberg/Por Davide Scigliuzzo)
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