Que Biden sea Ford. La idea circula por algunos ámbitos del círculo político de los Estados Unidos y la puso de manifiesto el ex director del FBI, James Comey, en una entrevista con el programa Newsnight de la cadena inglesa BBC. La referencia se remonta a 1974, cuando el por entonces presidente Gerald Ford decidió indultar a Richard Nixon por los delitos cometidos en torno al escándalo de Watergate que lo obligó a renunciar a la Casa Blanca el 9 de agosto de aquel año.
Comey cree que Joe Biden -quien asumirá la primera magistratura de los Estados Unidos el próximo 20 de enero- debería actuar en línea con lo hecho por Ford para pacificar el país y llevar aguas calmas a su población. Es decir, indultar a Donald Trump por los delitos que pudieran caberle. Al menos, asegura, debería evaluarlo junto a su equipo. “No lo sé, al menos debería considerarlo. Como parte de la sanación del país y de llevarnos a un lugar donde podamos concentrarnos en cosas que van a importar durante los próximos cuatro años, creo que Joe Biden tendrá que al menos pensar en eso”.
El ex director del FBI entre 2013 y 2017 no es particularmente un seguidor o simpatizante de Trump. Fue expulsado de ese organismo en mayo de 2017. En sus memorias, el también ex Fiscal General Adjunto de los Estados Unidos -bajo la presidencia de George W. Bush- calificó al actual mandatario de ser “un mentiroso compulsivo” y de comportamientos “mafiosos”. Incluso, en la misma entrevista con la BBC, Comey señaló que cree que Trump debería estar en prisión.
“Creo que la decisión más sabia sería no perseguirlo”, dijo Comey respecto a las múltiples causas judiciales que se le podrían abrir a Trump, pero dijo que cualquiera que sea la decisión que tome Biden, debería ser “transparente” con el pueblo estadounidense. Al mismo tiempo, el ex funcionario judicial insistió en el tema del perdón y consideró que no sabe si el propio republicano aceptaría un indulto presidencial teniendo en cuenta que la Corte Suprema ya estableció que la aceptación de la medida implicaba el reconocimiento del delito.
Trump se convirtió este miércoles en el primer presidente de Estados Unidos en ser sometido dos veces a juicio político, luego de que la Cámara de Representantes votara a favor de la acusación de que incitó a asaltar el Capitolio una semana atrás. La decisión final estará ahora en manos del Senado, que dará inicio al proceso. Los demócratas, con mayoría en la Cámara Baja, fundamentaron la acusación al mandatario del cargo de “incitación a la insurrección” y lograron aprobar la Resolución 24 de “juicio político a Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, por altos crímenes y delitos menores” por 232 votos contra 197 en contra.
La historia de Ford y Nixon
Nixon se convirtió en el único presidente de los Estados Unidos que tuvo que renunciar a la Casa Blanca. Fue en el verano de 1974 cuando el caso conocido mundialmente como Watergate arruinó su Presidencia. Al borde de la destitución y advertido por líderes republicanos sobre lo inminente de la condena, Nixon decidió dar un paso al costado el 9 de agosto de 1974. “Dejar el cargo antes de completar mi mandato es aberrante para cada instinto de mi cuerpo. Pero como Presidente, debo poner primero los intereses de Estados Unidos”, explicó en su despedida.
Ford, quien reemplazó a Spiro Agnew en la vicepresidencia -quien había dimitido a fines de 1973 por otro caso de corrupción- juró como nuevo presidente sin haber sido elegido para el cargo. Sería la primera vez en la historia de los Estados Unidos que aquello sucedería. En su mensaje de asunción trataría de llevar algo de tranquilidad a la población luego de las zozobras que se habían vivido en los últimos meses. “Nuestra Constitución funciona; nuestra gran República es un gobierno de leyes y no de hombres”, dijo para comenzar a dar vuelta la página de esa historia.
Un mes después, el 8 de septiembre, Ford ejecutó la decisión más difícil de su carrera política y firmó el decreto que daba un perdón total a Nixon por los delitos que pudiera haber cometido durante su participación en el escándalo Watergate. La pacificación y normalización de la nación fue su objetivo primordial.
El indulto -algo bastante usual en la política norteamericana- es una facultad del Poder Ejecutivo que funciona como un contrapeso del sistema de justicia penal federal que permite que un presidente conceda clemencia a los condenados. Por lo general, hacia el final de cada mandato, los presidentes norteamericanos suelen aplicarlos. Es la propia Constitución la que le otorga al presidente norteamericano la facultad de “otorgar indultos y amnistías por agravios contra Estados Unidos, excepto en los casos de juicios políticos”.
Incluso, un jefe de estado podría decretar indultos futuros antes de que se presenten acusaciones o condenas. Fue el caso de Ford hacia Nixon. Jimmy Carter también hizo algo similar hacia acusados de eludir sus responsabilidades durante la guerra de Vietnam. ¿Será el turno de Joe Biden?
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