El secretario interino de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Chad Wolf, renunció este lunes a su puesto. La decisión tiene lugar menos de una semana después de que partidarios del presidente Donald Trump irrumpieran en el Capitolio del país norteamericano, causando graves disturbios que dejaron cinco muertos.
De esta manera, Wolf se convierte en el tercer miembro del gabinete saliente en dejar su puesto luego de los incidentes y antes del final del mandato de Trump. Antes que él lo hicieron la ahora ex secretaria de Transporte, Elaine Chao, y la de Educación, Betsy DeVos.
En una carta al personal de la cartera de Seguridad Nacional, Wolf evitó vincular directamente su renuncia a los hechos de la semana pasada. Dijo que su decisión era consecuencia de “eventos recientes”, pero mencionó específicamente “las continuadas e infundadas sentencias de las cortes sobre la validez de mi autoridad como secretario interino”.
“Estos eventos y preocupaciones implican un desvío cada vez mayor de recursos y atención del importante trabajo del Departamento en este momento crítico de transición de poder”, agregó el funcionario en otro párrafo.
Wolf hacía referencia al hecho de que se ha visto envuelto en distintas batallas legales sobre la legalidad de su mandato. El pasado 15 de noviembre, un juez de Nueva York determinó que no tenía la autoridad para limitar los permisos de trabajo de los llamados DREAMers porque su designación no parecía ser legítima.
Dijo estar “triste de tomar esa decisión”, dado que tenía la intención de permanecer en el gobierno “hasta el final”. Su renuncia entrará en vigor justo antes de la medianoche (hora local) y lo reemplazará el administrador de la agencia federal para el manejo de emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), Pete Gaynor.
Los nueve días restantes de la administración de Donald Trump estarán cargados de tensión, considerando que el FBI advirtió sobre planes de sus partidarios para llevar a cabo protestas armadas en todo el país en protesta contra los resultados de las elecciones presidenciales.
Wolf estuvo entre los miembros del gabinete que condenó la violencia en el Capitolio, y urgió al mandatario a hacerlo también. “Esto es inaceptable. Estas acciones violentas son un exceso y le imploro al presidente y todos los funcionarios electos que condenen fuertemente la violencia que tuvo lugar”, expresó en ese entonces.
“Cualquier indicio de incitación a la violencia por parte de un funcionario electo va en contra de quienes somos como estadounidenses. Todos los ciudadanos tienen el derecho a protestar pacíficamente, pero una vez que esas protestas se vuelven violentas, deberíamos aplicar nuestras leyes y hacer que los responsables rindan cuentas más allá de las motivaciones políticas”, agregó.
De hecho, los demócratas en la Cámara de Representantes anunciaron que acusarán a Trump de “incitación a la insurrección”, por decirle a sus seguidores que fueran al Capitolio y “pelearan endemoniadamente”.
Tras ese discurso, los fanáticos de Trump tomaron por asalto a la sede del Legislativo obligando a los diputados a huir o esconderse justo cuando realizaban el acto en que oficializaban la victoria electoral de Joe Biden.
“El presidente Trump puso bajo grave peligro a Estados Unidos y a sus instituciones de gobierno”, dice el acta de acusación redactada por los representantes demócratas David Cicilline (Rhode Island), Ted Lieu (California), Jamie Raskin (Maryland) y Jerrold Nadler (Nueva York).
El documento añade además que Trump amenazó “la integridad del sistema democrático, interfirió con la transición pacífica del poder” y “traicionó” la confianza de la ciudadanía. “Seguirá siendo una amenaza a la seguridad nacional, a la democracia y a la Constitución si sigue en el cargo”, agrega.
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