Cuatro personas murieron este miércoles y al menos 14 policías resultaron heridos durante el asalto al Capitolio de EEUU, aseguraron a última hora de la jornada las autoridades locales, que informaron, además, de por lo menos 52 arrestos.
Las autoridades de Washington habían informado inicialmente de la muerte de una mujer, que falleció como consecuencia del disparo de la Policía del Capitolio, pero después actualizaron esa cifra.
La mujer, una veterana de la Fuerza Aérea, presentaba una fuerte hemorragia ocasionada por un disparo en el cuello efectuado por un miembro de la seguridad de la sede legislativa durante el asalto, que se prolongó varias horas y que obligó a interrumpir la sesión.
Otras tres personas, que no identificaron, fallecieron como consecuencia de “urgencias médicas” que sufrieron en las instalaciones del Capitolio, dijo el jefe de la Policía Metropolitana de Washington, Robert Contee, en una rueda de prensa nocturna.
Contee no dio más detalles sobre esas muertes y agregó que 14 agentes de policía resultaron heridos durante los incidentes en el Capitolio, dos de ellos de forma “grave”.
Las autoridades han detenido al menos a 52 personas tanto en el Capitolio como en otros rincones de la capital estadounidense, de las cuales unas 30 fueron arrestadas por violaciones del toque de queda que impuso la Alcaldía de Washington a partir de las 18:00 horas (23:00 GMT).
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, extendió durante quince días más el estado de emergencia pública en la capital, hasta después de la investidura del presidente electo, Joe Biden, prevista para el 20 de enero.
Contee aseguró, además, que las autoridades encontraron y desactivaron dos bombas caseras en las inmediaciones de las sedes de los comités nacionales (secretariados) de los partidos demócrata y republicano (DNC y RNC, respectivamente).
También hallaron un vehículo en el terreno del Capitolio donde había un rifle y hasta diez cócteles molotov, informó la cadena CNN.
El asalto al Congreso se produjo poco después de que los manifestantes hubieran sido arengados frente a la Casa Blanca por el presidente saliente, quien les repitió la retahíla de denuncias de fraude infundadas en las que insiste desde que se confirmó su derrota en las elecciones de noviembre pasado, sin demostrarlas.
“No cederemos nunca, nunca concederemos (la victoria)”, dijo Trump a los miles de congregados a las afueras de la Casa Blanca para la marcha “Salvar a EEUU”, que partió al Capitolio.
En la sede del Congreso, los legisladores se encontraban reunidos para celebrar la ceremonia de validación formal del resultado de las elecciones de noviembre, en las que el demócrata Joe Biden se impuso a Trump.
A partir de su llegada al Capitolio se registraron las primeras escaramuzas entre los revoltosos y los agentes que custodiaban el lugar, que en inferioridad numérica y armados solo con aerosoles de gases lacrimógenos no pudieron contener a la multitud.
En el momento del asalto al emblemático edificio, los legisladores habían suspendido su reunión para debatir las objeciones presentadas por los republicanos a los resultados en las elecciones en Arizona, uno de los primeros por orden alfabético.
A partir de ahí, el caos y escenas nunca vistas en Washington, con cristales rotos, puertas quebradas y peleas con disparos en el interior del Congreso entre seguidores de Trump y la policía, que desalojó a los legisladores a tiempo y los llevó a un lugar seguro.
El presidente saliente Donald Trump había instado a sus aliados a interferir en ese proceso y a su vicepresidente, Mike Pence, a arrogarse un poder que no le otorga la Constitución, y arengó a sus simpatizantes a que siguieran luchando durante un mitin por la mañana en Washington.
Los seguidores del presidente se dirigieron luego al Capitolio y entraron por la fuerza en el edificio, hasta que las autoridades consiguieron desalojarlos más de tres horas después, en las que vandalizaron el lugar.
(Con información de EFE y AFP)
MÁS SOBRE ESTE TEMA: