La irrupción de los partidarios de Donald Trump en el Capitolio de los Estados Unidos dejó varias imágenes impactantes que quedarán en la historia de la nación. Entre ellas se destacan aquellas que tienen en el centro a un joven semidesnudo con el rostro pintado, el torso cubierto de tatuajes y un gorro con cuernos de búfalo, un accesorio típico de los guerreros sioux, uno de los pueblos nativos más icónicos de América del Norte.
Este manifestante fue identificado por la prensa estadounidense como Jake Angeli o Q-Shaman, un miembro del movimiento que gira alrededor de la teoría conspirativa QAnon, originada en 2017 a raíz de unas supuestas revelaciones secretas sobre una elite pedófila y satánica que rige el mundo desde las sombras, con Hillary Clinton, Barack Obama y el papa Francisco en la cima. Angeli ha levantado su perfil en estos círculos al llamar la atención con su look en muchas protestas de la derecha en el estado de Arizona durante el 2020.
Q-Shaman fue captado este miércoles en varias escenas de los incidentes en Washington, DC. El diario Arizona Republic observó sus movimientos durante los disturbios y notó que, luego de ingresar al Capitolio con otros manifestantes, en un momento fue visto en el estrado del Senado posando para una foto sosteniendo con su mano izquierda una lanza de la que colgaba una bandera de los Estados Unidos.
Además del gorro de piel de búfalo y cuernos, típico de la cultura sioux, Angeli mostró en todo momento sus tatuajes, entre los cuales se ve una triqueta de origen celta, el martillo Mjolnir del dios germánico Thor y un árbol de la vida.
El Arizona Republic explicó que, desde 2019, Angeli suele instalarse frente al Capitolio del Estado de Arizona gritando sobre varias teorías conspirativas, la mayoría respaldadas por el movimiento QAnon. Y en una entrevista con este diario en 2020, el joven señaló que usa el gorro de piel, se pinta la cara y camina sin camisa como una forma de llamar la atención a la gente que quiera oírle hablar sobre distintas verdades que, dice, permanecen ocultas por una supuesta elite que controla al mundo.
En febrero de 2020, Angeli estuvo junto a una multitud que asistió a un mitín de Trump en Phoenix. Allí lució un cartel que decía “Q me envió” y preguntó a muchos presentes si sabían de la conspiración; varios le respondieron que sí. “La bola de nieve ha estado rodando y sólo se está haciendo más grande. Ahora somos la corriente principal”, dijo Angeli en aquel momento.
También estuvo en las protestas de Arizona para exigir que reabran los negocios cerrados por el gobierno como medida para prevenir la propagación del COVID-19 y ha estado en otras marchas que cuestionaban los resultados de las recientes elecciones de EEUU.
Angeli ha dicho que descubrió muchas conspiraciones a través de su propia investigación en internet. Ese estudio de textos incluye vínculos entre el satanismo, la pedofilia, el poder y el “Estado profundo” -los funcionarios estables de áreas sensibles, como seguridad interior e inteligencia-. “En un cierto punto, todo encajaba de alguna manera. Y me dije: Oh, Dios mío. Ahora veo la realidad de lo que está pasando”, señaló al Arizona Republic, y explicó que el movimiento QAnon validó las creencias que había mantenido hasta el 2016.
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