La secretaria de prensa del Gobierno de Estados Unidos, Kayleigh McEnany, dijo este jueves que “toda la Casa Blanca” condena “en los términos más fuertes posibles” la irrupción en el Capitolio de partidarios del presidente Donald Trump. “Es inaceptable y aquellos que rompieron la ley deberían ser procesados”, dijo.
En una breve declaración, la funcionaria dijo además: “Todos los que violentamente asediaron nuestra capital son la antítesis de lo que esta administración representa”. “Nuestro valor central es el derecho de todos los ciudadanos a vivir con seguridad, en paz y en libertad”, agregó.
McEnany también aseguró: “Aquellos que estamos en el edificio estamos trabajando para asegurar que haya una transición de poder ordenada”. Y concluyó: “Este es el momento para que Estados Unidos se una y rechace la violencia que hemos visto. Somos un pueblo ante dios”. La funcionaria luego se retiró sin aceptar preguntas.
La declaración fue la primera en todo el día desde que a la mañana Trump, a través de un comunicado, prometiera también una “transición ordenada”, después de que el Congreso sesionara tras los incidentes y ratificara la victoria del mandatario electo Joe Biden.
El comunicado de Trump tuvo que ser difundido a través de la cuenta de uno de sus asesores, ya que sus cuentas de Facebook y Twitter continúan bloqueadas por los mensajes inflamatorios de la víspera. Si bien no reconoció la derrota de noviembre, dejó claro que abandonará la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
No obstante los mensajes de este jueves, las autoridades de Washington DC anticiparon que el mandatario podría ser investigado por arengar a sus seguidores que irrumpieron en la sede del Legislativo.
Michael Sherwin, el fiscal federal a cargo de investigar los hechos, no descartó la posibilidad de hacerlo, considerando que Trump arengó a sus simpatizantes a “pelear endemoniadamente” minutos antes de que asaltaran el edificio del Congreso.
“Estamos investigando a todos los actores, no solo a aquellas personas que ingresaron en el edificio, sino también otras que podrían haber asistido o facilitado sus acciones, o haber jugado un rol auxiliar en esto. Vamos a indagar en todos los actores y todos los cargos criminales”, explicó Sherwin al Washington Post.
Preguntado específicamente si esto incluía los dichos de Donald Trump a sus seguidores durante un mitin celebrado minutos antes de la sesión especial del Congreso para certificar la victoria el demócrata Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre, Sherwin insistió en que estaban estudiando “a todos los actores”. “Cualquiera que haya tenido un rol, si la evidencia indica la presencia de un crimen, será acusado formalmente”, agregó.
Desde que el demócrata Joe Biden resultara ganador de las elecciones del 3 de noviembre, tanto en el voto popular como en voto electoral, Trump ha estado denunciando una campaña sistemática de fraude en diferentes estados, a pesar de no haber podido, hasta el momento, presentar evidencias y de que sus muchas denuncias judiciales fueran descartadas por los tribunales.
El mandatario republicano se ha negado, por tanto, a reconocer la derrota, y en los últimos meses ha estado arengando continuamente a sus seguidores y a sus aliados políticos para intentar revertir el resultado. Su última apuesta consistía en que su vicepresidente, Mike Pence, se negara a certificar la victoria de Biden durante la sesión especial que tuvo lugar el miércoles. Pero Pence indicó ese mismo miércoles por la mañana que no haría tal cosa, eliminando la última chance real de Trump.
Poco antes de que la sesión especial comenzara, Trump celebró un mitin político en Washington DC frente a sus seguidores y a pocos metros del capitolio. Allí volvió a asegurar que la victoria de Biden en las elecciones estaba basada en el fraude y proclamó haber ganado los comicios.
Minutos después, miles de personas avanzaron hacia el Capitolio, superaron las dos barreras perimetrales, hiriendo a numerosos policías, y ocuparon las escalinatas del edificio. Desde ese punto comenzaron a forcejear hasta romper ventanas y puertas e ingresaron en el recinto del Congreso, que contiene al Senado y a la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
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