El líder de la bancada republicana en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, condenó este miércoles los intentos de sus colegas de bloquear la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, asegurando que “negarla sumiría a la democracia en un espiral mortal”.
“Los votantes, las cortes, los estados, todos se han pronunciado. Si los desautorizamos, eso dañaría la república para siempre. Esta elección no fue inusualmente cerrada”, dijo McConnell durante una sesión extraordinaria del Congreso que cuenta los votos electorales de los comicios, pero cuya legitimidad está siendo debatida tras las objeciones de dos legisladores republicanos a los resultados en el estado de Arizona.
De esta manera, McConnell se situó junto al vicepresidente Mike Pence en las antípodas del presidente Donald Trump, que los instó a rechazar los resultados certificados por el colegio electoral y proclamarlo vencedor.
Minutos antes de la locución de McConnell, Pence publicó una carta en la que rechazó las presiones del mandatario saliente y expresó que no cree que “los Padres Fundadores hayan buscado darle autoridad unilateral al vice presidente para decidir que votos electorales deberían ser contados durante la Sesión Conjunta del Congreso, y ningún vice presidente ha hecho uso de esa autoridad”.
No obstante la postura de McConnell, un grupo de legisladores efectivamente objetó el resultado de Arizona, por lo que ambas cámaras debieron retirarse para debatir las alegaciones durante un máximo de dos horas. El encargado fue el congresista del estado, Paul Gosar, quien dijo que él y “60 colegas” objetan el resultado. La declaración generó aplausos de pie de sus partidarios, al tiempo que sus detractores -entre ellos numerosos republicanos- permanecieron en sus asientos.
Sin embargo, el debate debió ser interrumpido pocos minutos después, después de que violentos incidentes con un grupo de manifestantes alrededor del Capitolio obligaran a la Policía a cerrar el edificio.
Según informó la agencia AP, a los periodistas presentes en la sesión parlamentaria se les dijo que permanecieran en la sala de prensa mientras se clausuraban las puertas del edificio.
Varios cientos de manifestantes derrumbaron este miércoles las barricadas de metal que rodeaban la parte trasera del Congreso de Estados Unidos en Washington. Según The Washington Post, alrededor de la 01:00 pm un grupo de hombres con banderas de apoyo al presidente Donald Trump ingresaron violentamente a los jardines del Capitolio.
Decenas de policías se encontraban haciendo guardia alrededor del edificio pero no pudieron contener la arremetida de cientos de personas que escalaron y patearon el vallado, gritando “¡Adelante!” mientras corrían hacia la escalinata del Capitolio. Algunos intentaron llegar a la puerta de entrada, pero fueron detenidos por la policía. La prensa local informó varios arrestos.
La Policía local ordenó la evacuación de dos edificios del campus del Capitolio: el James Madison Memorial Building de la Biblioteca del Congreso y el Cannon House Office Building, ambos al otro lado de la Avenida Independencia.
La alcaldesa de Washington DC declaró un toque de queda que comenzará a regir a las 6:00 PM debido a los disturbios en el Capitolio. Las autoridades de la capital del país norteamericano activaron al menos a 340 soldados de la Guardia Nacional para proteger a la capital federal ante la manifestación convocada para este miércoles por partidarios de Donald Trump que el presidente saliente ha descrito como “salvaje”.
La policía conminó a los legisladores a ponerse máscaras de gas, luego de que agentes arrojaran gases lacrimógenos dentro del Capitolio.
Trump, por su parte, se mantuvo en silencio durante el comienzo de los hechos. Su primer mensaje público fue una crítica a Pence por no apoyar su demanda -”no tuvo el coraje de hacer lo que se debería haber hecho para proteger a nuestro país- y luego expresó: “Por favor apoyen a la policía del Capitolio y las fuerzas de seguridad. Realmente están del lado de nuestro país. ¡Manténganse pacíficos!”
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