Los habitantes del estado de Georgia ya se encuentran votando en la segunda vuelta de las elecciones al Senado de Estados Unidos, en unos comicios vitales para el presidente electo, Joe Biden, porque si los demócratas ganan los dos escaños en juego contará con mayoría de su partido en la Cámara Alta, lo que le posibilitará implantar su agenda presidencial con más facilidad.
El estado sureño ya celebró un proceso electoral para elegir a sus dos senadores en las elecciones del 3 de noviembre de 2020, donde, además de votar candidatos a la presidencia estadounidense, los ciudadanos debieron escoger a 34 miembros del Senado.
Los republicanos David Perdue y Kelly Loeffler defienden sus escaños, como en noviembre pasado, ante los mismos aspirantes demócratas: el documentalista y exaspirante a congresista Jon Ossoff y el reverendo Raphael Warnock. Ninguno logró superar el 50% de los votos en la primera vuelta.
En caso de que los demócratas ganen ambas bancas, conseguirían empatar a 50 senadores con los republicanos, por lo que el voto de calidad que permitiría romper empates de la futura presidenta del Senado, Kamala Harris, ayudaría a que los demócratas tengan el control efectivo del Senado, como ya lo tienen en la Cámara de Representantes.
Biden y el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, viajaron a Georgia para hacer campaña por sus candidatos.
Desde un autocine de Atlanta, el demócrata aseguró que “todo el país tiene los ojos puestos en Georgia” porque está en sus manos la posibilidad de ayudarle a “implementar su agenda progresista”, según informó la cadena de televisión estadounidense NBC News.
Además, señaló que esta elección “puede trazar el curso no sólo para los próximos cuatro años, sino para la próxima generación”, y aseguró que, de obtener una mayoría demócrata en el Senado, se aprobarían los cheques de 2.000 dólares, incluidos en el paquete de estímulo para hacer frente al coronavirus, que han sido motivo de disputa entre ambos partidos en las últimas semanas.
Por su parte, Trump viajó a la ciudad de Dalton, en el noroeste del país, un enclave especialmente importante para avivar el voto republicano y que la base electoral del partido acuda a las urnas.
El actual mandatario también insistió en que “todos los ojos están puestos en Georgia”, al tiempo que volvió a repetir que las elecciones estuvieron “arregladas”. “No hay forma de que perdiéramos Georgia”, expresó pero aseguró que continuarán “luchando”, según recogió The Hill.
Estas afirmaciones de un supuesto fraude electoral preocupan entre las filas de los republicanos ante la posibilidad de que desincentiven el voto entre sus partidarios.
Los republicanos sólo necesitarían uno de los dos escaños disputados, con el que les alcanzaría para revalidar la mayoría por una holgada diferencia y permitiría al líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, bloquear las iniciativas de Biden, como por ejemplo, sus candidatos a ocupar los cargos de la nueva Administración.
CON INFORMACIÓN DE EUROPA PRESS
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