Cómo es el millonario proyecto de Joe Biden para que todos los menores vuelvan a las aulas en Estados Unidos

El equipo del presidente electo desarrolló un plan para que todos los estudiantes del país, desde primer grado hasta secundaria, reciban pruebas de COVID-19 de manera periódica para asegurar que las escuelas sean sanitariamente seguras

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Las inmediaciones de una escuela en Nueva York, Estados Unidos. Foto: REUTERS/Brendan McDermid
Las inmediaciones de una escuela en Nueva York, Estados Unidos. Foto: REUTERS/Brendan McDermid

Con el repunte del COVID-19 a lo largo de los Estados Unidos, la vuelta a clases presenciales tras el receso de navidad está en duda en varias regiones. Hay estados que todavía manejan un sistema híbrido de clases presenciales y virtuales, pero el equipo de educación designado por el presidente electo Joe Biden quiere revertir esta situación.

La futura administración planea que el gobierno federal se haga cargo de los miles de millones de dólares que costaría realizarle la prueba de COVID-19 a todos los estudiantes de primaria, escuela media y secundaria del país, al menos una vez por semana. Los profesores y empleados de las escuelas también serían examinados con la misma frecuencia.

La idea es utilizar pruebas rápidas, cuyo resultado está listo en minutos, y que sean los propios empleados de las escuelas quienes las hagan. Por ende, previamente debería haber un período de entrenamiento para miles de personas en todo el país.

La idea surge de una recomendación de la Fundación Rockefeller, que realizó un estudio en los 50 estados y determinó que se necesitan miles de millones de dólares para generar una red masiva de testeo que controle particularmente las escuelas. Durante la campaña, y tras ganar la elección, Biden prometió que reabriría las escuelas durante sus primeros 100 días de gobierno. Influido fundamentalmente por la opinión de su esposa, la Doctora en educación Jill Biden, así como también por de otros expertos, Biden ha declarado que entiende el costo psicológico y educativo de mantener a los menores fuera de las aulas.

El cálculo inicial indica que costaría entre USD 8 y 10 mil millones montar este operativo para los primeros tres meses de clases de 2021. Pero más allá de la astronómica cifra, otro obstáculo del proyecto tiene que ver con la capacidad de manufacturar semejante cantidad de pruebas rápidas. Por el momento, el país no las produce y se desconoce si existe la capacidad de fabricarlas en un período corto de tiempo, aunque se sabe que el equipo de transición de Biden ya ha iniciado conversaciones con varios laboratorios al respecto.

El presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden. Foto: REUTERS/Leah Millis
El presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden. Foto: REUTERS/Leah Millis

El dinero no está previsto en el actual presupuesto federal, pero Biden prometió aprobar un nuevo paquete de estímulo monetario para enfrentar la crisis del coronavirus apenas asuma. Para ello debe contar con el apoyo del Congreso, lo que se espera no sería tan difícil puesto que los demócratas tendrán control de la Cámara de Representantes y pueden llegar a controlar también el Senado, dependiendo del resultado de las elecciones de segunda vuelta en Georgia que se llevarán a cabo el 5 de enero próximo.

Miguel Cardona, el latino escogido por Biden para secretario de educación, estaría en línea con este plan. Durante los últimos meses Cardona fue comisionado de educación para el estado de Connecticut, y desde allí fue una de las voces más fuertes abogando por la necesidad de la vuelta de los estudiantes a las aulas.

Miguel Cardona, nominado por el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, para liderar el Departamento de Educación. EFE/Archivo
Miguel Cardona, nominado por el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, para liderar el Departamento de Educación. EFE/Archivo

Según fuentes cercanas al proyecto, de implementarse, las pruebas masivas comenzarían tan pronto como a comienzos febrero para las escuelas primarias, incorporando exámenes para los estudiantes de escuela media a mediados de febrero y estudiantes de escuela secundaria en marzo.

Este proyecto, liderado por el gobierno federal, difiere de la estrategia utilizada hasta ahora por la administración Trump, que dejó en manos de los estados las decisiones con respecto a las pruebas de coronavirus. En los últimos meses de 2020 el gobierno federal compró 150 millones de pruebas rápidas que envió a los estados, aconsejando que sean usadas para estudiantes. Sin embargo, la mayor parte de los gobernadores hicieron un uso más amplio de dichas pruebas, sin implementar una política particular para las escuelas.

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