Un pasajero que falleció de manera repentina a bordo de un avión, pudo haber expuesto al contagio de coronavirus a casi 200 personas en un vuelo de United Airlines, y ahora los funcionarios de salud están tratando de encontrar a los viajeros, según un informe.
El incidente aterrador se desarrolló el pasado lunes cuando el vuelo 591 de la aerolínea viajaba de Orlando con destino a California en los Estados Unidos, según reportó el medio local TMZ.
El hombre, que le había informado a la aerolínea que no presentaba ningún síntoma de COVID-19 y que por lo tanto, según él, estaba libre de haber contraído la enfermedad, se descompensó repentinamente cuando la aeronave ya se encontraba en el aire. Empezó a temblar y a sudar hasta que finalmente perdió el conocimiento.
Algunos pasajeros se apresuraron en intervenir para praticarle RCP, con la intención de reanimarlo.
“Desde el momento en que intervine hasta que el equipo de bomberos subió a bordo, pasaron al menos 45 minutos”, dijo uno de los pasajeros al medio TMZ. “No hubo contacto boca a boca, estábamos haciendo compresiones en el pecho”.
Se utilizó una bolsa de oxígeno comprimible unida a una máscara para ayudarlo a respirar mientras el aspecto de la víctima era cada vez peor, “se veía moribundo” comentaron algunos de los presentes.
El avión realizó un aterrizaje de emergencia en Nueva Orleans, en el estado de Luisiana, donde la víctima fue trasladada a un hospital local. Se permitió que el vuelo continuara. El hombre murió poco tiempo después.
La esposa de la víctima habría dicho en el avión, según atestiguaron algunos de los pasajeros, que su marido tenía síntomas de COVID, y el personal del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) por sus siglas en inglés, se acercaron luego a las oficinas de la aerolínea United Airlines, en un intento de localizar a las personas que habían estado en el avión.
Se le pidió a todos los pasajeros que completaran un cuestionario en el que certificaran que no tenían COVID-19, pero nadie está obligado a mostrar pruebas, según publicó en una nota el medio estadounidense New York Post.
Esto sucede en momentos en que, con la ayuda de las Fuerzas Armadas y de operadores logísticos de Estados Unidos se están enviando miles de cajas ultrafrías con las vacunas de Moderna contra el COVID-19 para empezar a distribuirlas este domingo a más de 3.700 puntos del país y comenzar el lunes las primeras inyecciones.
“Las cajas se están preparando y cargando hoy mismo”, anunció en una rueda de prensa el sábado el general del Ejército, Gus Perna, responsable de la Operación Warp Speed (Máxima Velocidad), organizada por la Casa Blanca con la ayuda del Pentágono para acelerar la campaña de inmunización de la población.
Moderna, con sede en Cambridge (Massachusetts), ya ha transportado las vacunas desde sus plantas de fabricación a los almacenes del gigante estadounidense McKesson, dedicado a la distribución de medicamentos y que se encargará de transportar la vacuna de Moderna.
En las instalaciones de McKesson, los trabajadores están ahora mismo empaquetando las vacunas en cajas refrigeradas, detalló Perna en su rueda de prensa.
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