La fatiga de Zoom llegó a las clases: las nuevas estrategias de los maestros

Usan las redes sociales como TikTok o Instagram, se pegan stickers en la cara, integran video juegos como Minecraft: para conseguir la atención de los estudiantes, que muchas veces pasan clases enteras sin encender el micrófono, los educadores intercambian datos y consejos en Redit y Twitter

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Los maestros recurren a las redes para lograr la atención de los estudiantes.

Los ojos se cansan de fijar la vista en la pantalla llena de caritas; sin captar los matices de la comunicación no verbal, la concentración se tensa para entender las palabras; tener la mirada constante de alguien tan cerca activa las alarmas instintivas de la reacción de huida o lucha. Al cabo de una sesión de Zoom, la gente queda extenuada. Y al cabo de meses de clases en la plataforma, por la suspensión de las clases presenciales debida a la pandemia de COVID-19, los estudiantes también han comenzado a sufrir la llamada fatiga de Zoom.

Los maestros, que normalmente luchan por obtener su atención, han buscado estrategias alternativas: algunos usan TikTok o Instagram, otros recurren a plataformas de juegos. “No es de extrañar que los maestros de todo el mundo intenten animar sus clases virtuales encontrándose con sus alumnos allí donde ellos eligen dedicar su tiempo libre y su atención: en las redes sociales y en los video juegos”, analizó MIT Technology Review. En Reddit hay conversaciones sobre cómo integrarlos a las clases; Minecraft tiene una edición para los maestros y Among Us también se ha sumado a las clases.

Mackenzie Adams, maestra de kindergarten del estado de Washington, eligió TikTok: las expresiones faciales exageradas y las grandes gesticulaciones “los mantiene enganchados y mirándome”, dijo a The New York Times, sobre los niños. En una recorrida por la plataforma, el periódico encontró que “el TikTok de los maestros se ha convertido en un nuevo género”, y apuntó a algunos hashtags, como #teacherlife2020 o #teachersoftiktok que tienen millones de visualizaciones.

TikTok es un recurso que usan muchos maestros: hashtags como #teacherlife2020 o #teachersoftiktok tienen millones de visualizaciones.

Diane Moon, que enseña matemática a niños de primaria en Prospect Heights, Illinois, probó usar nombres especiales, hacer recreos, organizar competencias para sumar puntos. Pero nada animó a los estudiantes, cuya atención durante las clases remotas bajaba drásticamente. “A veces siento que hablo sola”, dijo a The Washington Post. Entonces una colega le envió un clip en el que una maestra se pegaba un sticker en la cara cada vez que un estudiante participaba.

“De inmediato, notó que los niños no podían resistirse. Aquellos que normalmente permanecían toda la clase en ‘mute’ de repente hablaban y participaban”, resumió el periódico. “Les encantó”, dijo Moon. “Armamos una competencia entre mis tres clases de matemáticas. La clase que lograra poner más stickers en mi cara sería la ganadora”.

Moon lo contó en Twitter y pronto la tendencia se multiplicó en distintas redes sociales. Ron Nober, de 48, profesor de tecnología de Southampton, Nueva Jersey, lo adaptó: sus estudiantes compiten por ser el que elija de qué colores se teñirá la barba los viernes.

Vincent Buyssens, que enseña a jóvenes en la Universidad Tomás Moro de Bélgica, eligió Instagram: su clase, sobre narrativa en redes sociales, iba obviamente mejor allí que en Zoom, dijo a la publicación del MIT. Sus estudiantes miran historias, agregan comentarios en los perfiles y participan en discusiones —las clases propiamente dichas— en el chat mientras él está en Instagram Live. Si se pierden el vivo, no hay problema: Buyssens sube notas que quedan como historias.

“Para mí es muy importante que no sea un truco. Los estudiantes se darán cuenta si lo hago sólo para que vayan a Instagram. Hay que mostrarles que el tema que uno enseña funciona en Instagram, TikTok o Twitch”, dijo.

Muchos maestros, sin embargo, no confían en las plataformas, porque no las asocian con el trabajo o la escuela. Una encuesta de Education Week halló que el 63% de los profesores de lengua y el 57% de los de matemática consideraban que Zoom y Google Docs eran efectivos, pero a la hora de evaluar los video juegos eran más recelosos: el 27% y el 46%, respectivamente, los consideraron útiles.

Los maestros usan TikTok o Instagram, otros recurren a plataformas de juegos: intentan animar sus clases virtuales encontrándose con sus alumnos allí donde ellos eligen dedicar su tiempo libre. (Shuttertock)
Los maestros usan TikTok o Instagram, otros recurren a plataformas de juegos: intentan animar sus clases virtuales encontrándose con sus alumnos allí donde ellos eligen dedicar su tiempo libre. (Shuttertock)

Los que enseñan a niños pequeños enfrentan otros desafíos al trabajar en videochat: “La parte académica se va a cumplir, pero me preocupan la socialización y la motricidad fina”, dijo al Times Arielle Fodor, maestra de jardín de infantes de California. “¿Cómo sostienes un lápiz? ¿Cómo haces amigos nuevos?”, ilustró. Ella es una de las educadoras que recurre a TikTok para intercambiar datos y consejos con los colegas.

Luego está el problema de la conexión de los alumnos. Muchos no tienen una para ellos, o una que funcione bien, o siquiera una en la casa. Esa es una de las razones por las cuales, si bien todos los niños están atrasados en comparación con lo que hubiera sido un año de enseñanza normal, aquellos en las comunidades pobres lo están aún más, según el Post.

“Lo más duro de enseñar en una pandemia, para mí, es saber que a muchos de nuestros niños les faltan la seguridad y la consistencia que les brinda la escuela. Todos los niños pierden mucho este año, pero están aquellos que realmente necesitan la escuela por las relaciones, la consistencia y la seguridad que provee”, dijo Emily Tait, maestra de primaria de Grass Valley, a The Bold Italic. Coincidió Julianna Flores, que enseña a niños pequeños en San José: “Por ejemplo, la madre de una de mis alumnas murió. No poder abrazarla y ayudarla como hubiera hecho en un año escolar típico ha sido muy duro”.

Los que enseñan a niños pequeños enfrentan otros desafíos más allá de los contenidos académicos: cómo ayudar a los niños en la socialización, por ejemplo. (Shuttertock)
Los que enseñan a niños pequeños enfrentan otros desafíos más allá de los contenidos académicos: cómo ayudar a los niños en la socialización, por ejemplo. (Shuttertock)

Para algunos, los experimentos del 2020 podrían extenderse más allá de la pandemia. Philip Williams, bibliotecario de una escuela de Singapore, recurrió a los juegos de Roblox, una plataforma popular entre los pre-adolescentes, para enseñar conceptos de física, dijo a MIT Technology Review. “El experimento tuvo tanto éxito que Williams piensa que seguirá usando Roblox para enseñar en el nuevo año escolar”.

La ventaja extra del juego es que estimula la participación de los estudiantes. “Enseño muy poco de manera directa”, dijo. “En cambio, apunto a crear una comunidad vivaz para la práctica. Participo cuando hace falta algún apoyo para mantener las interacciones constructivas, para formular preguntas que los hagan pensar más allá y para alentarnos a seguir expandiendo sus habilidades de maneras novedosas”.

Y eso lo aplica a él mismo: “Las oportunidades de aprendizaje están frente a nuestros ojos”, cerró Williams. “Sólo tenemos que prestar atención y apoyar a los estudiantes”.

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