El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, nominará a su antiguo rival en las primarias demócratas Pete Buttigieg como secretario de Transporte.
Buttigieg fue una revelación en la campaña electoral, pasando de ser el alcalde de South Bend, una pequeña localidad de Indiana, a una sensación mediática a nivel nacional, pese a que su campaña perdió fuelle y se retiró antes del “Super Martes” para dejar el camino libre a Biden.
Conocido como “el alcalde Pete”, impactó en la campaña con su perfil de alumno aventajado que combina sus credenciales de veterano de la Guerra de Afganistán con un estilo rompedor, que lo llevó a presentarse abiertamente como homosexual al entrar en la política, tras haber mantenido su orientación en secreto durante su etapa militar.
Si es confirmado por el Senado, Buttigieg se convertirá en la primera persona del colectivo LGBT en asumir un puesto permanente de alto rango en el ejecutivo, destacó la organización Victory Institute, que milita para que este grupo tenga mayores cuotas de representación. “La nominación de Pete es un hito en la lucha de décadas para asegurar que la población LGBT sea representada en nuestro gobierno y su impacto va a reverberar mucho más allá del departamento que va a liderar”, indicó la organización.
Al recibir el apoyo de Buttigieg, Biden dijo emocionado que le recordaba a su fallecido hijo Beau. “Para mí es el mayor cumplido que puedo hacer a cualquier hombre o mujer. Y, como Beau, tiene una columna vertebral como una baqueta”, dijo Biden durante un evento en marzo, mientras Buttigieg estaba de pie detrás de él, inclinando la cabeza. “Les prometo que, a lo largo de sus vida, acabarán viendo mucho más a Pete que a mí”, advirtió a sus seguidores.
Reformas por el medio ambiente
Biden se ha comprometido a gastar billones de dólares para realizar importantes mejoras en la infraestructura y en iniciativas de modernización que puedan ayudar a los Estados Unidos a combatir el cambio climático. También quiere ordenar inmediatamente el uso de máscaras en los aviones y en los sistemas de transporte público para frenar la propagación del coronavirus.
El gasto en infraestructura puede ser un tema bipartidista, y el presidente Donald Trump pasó años prometiendo impulsar un proyecto de ley importante a través del Congreso que nunca se materializó. En cambio, su administración se movió para suavizar los estándares de emisiones de carbono que el equipo de Biden probablemente trabajará para deshacer como parte del compromiso más amplio de frenar el calentamiento global.
A pesar de haber gobernado una ciudad de apenas 100.000 habitantes, a Buttigieg se le atribuyó la transformación del tráfico con su iniciativa Smart Streets, un proyecto de tres años de duración para convertir 12,9 kilómetros de vías de varios carriles en rutas de doble sentido que mejoraron el centro de South Bend. El proyecto recibió premios por la protección del medio ambiente.
Aunque a una escala mucho menor que los sistemas de transporte de la nación, el proyecto, así como la iniciativa de Buttigieg de convertir las alcantarillas de la ciudad en un sistema de flujo inteligente, demuestran lo que los partidarios elogiaron como una visión de infraestructura de próxima generación.
Con información de AP y AFP
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