El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, reinstaló el viernes la prohibición de comer en el interior de los restaurantes en la Ciudad de Nueva York ante el continuado avance de una nueva ola de coronavirus en el estado y a nivel nacional.
A partir del lunes solo se permitirá comer en el exterior o comprar comidas para llevar, dijo Cuomo en una conferencia de prensa que tuvo lugar en Albany, la capital estatal.
El mandatario demócrata había insinuado que reinstalaría la prohibición y dijo que sólo esperaba para ver si se estabilizaban las tasas de hospitalización. El principal experto del gobierno en enfermedades infecciosas del gobierno federal, el doctor Anthony Fauci, dijo en una conversación con Cuomo el lunes que prevé que las hospitalizaciones sigan aumentando en el estado hasta mediados de enero.
Cuomo dio la orden a pesar de la oposición del sector gastronómico, el cual advirtió que habría despidos durante la temporada navideña mientras el gobierno federal aún no aprueba las medidas de alivio por las restricciones.
Además, ocurre cuando el clima invernal ha comenzado a llegar a la ciudad, donde las mesas al aire libre serán probablemente mucho menos populares, considerando los vientos helados y eventuales nevadas.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo que había anticipado la medida.
Los expertos en salud pública han advertido reiteradamente que cenar bajo techo en restaurantes, sobre todo en locales pequeños y atestados, incrementa el riesgo de la transmisión del coronavirus. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), comer en esos locales conlleva un “alto riesgo”.
Los restaurantes de Nueva York han tenido problemas desde que el estado cerró los negocios no esenciales en marzo, lo que obligó a los restaurantes a depender de la comida para llevar y la entrega a domicilio.
A medida que ese cierre se fue levantando gradualmente para muchos tipos de negocios, los restaurantes permanecieron restringidos. El estado comenzó a permitir la comida de interior en algunas regiones fuera de la ciudad de Nueva York en junio, y Cuomo permitió el acceso al interior de los restaurantes a una capacidad del 25% en la ciudad el 30 de septiembre. En otras partes del estado, se permite que los restaurantes tengan la mitad de sus mesas llenas.
Cuomo dijo que está considerando restricciones en otras partes del estado, pero no anunció ningún cambio el viernes. La propagación del virus en la ciudad de Nueva York ha sido menor que en otras partes del estado donde los restaurantes están menos restringidos. Cuomo dijo que la densidad de la ciudad de Nueva York la hacía diferente a otras partes del estado.
Los críticos señalaron las repetidas declaraciones de Cuomo de que las pequeñas reuniones y la “propagación en la sala de estar” parecen estar alimentando la segunda ola de infecciones de virus. Pero la administración del gobernador ha reconocido que Nueva York es incapaz de identificar una sola fuente de transmisión para cerca del 80% de los casos cuando ya termina el otoño.
Cuomo explicó este viernes que las hospitalizaciones en todo el estado habían aumentado a más de 5.300, muy por debajo del pico de casi 19.000 en abril, pero significativamente por encima del mínimo de poco más de 400 a principios de septiembre.
“Las hospitalizaciones no se han estabilizado, y con una tasa de infección en aumento y la densidad de la ciudad de Nueva York, esto significa que las comidas bajo techo son un riesgo demasiado alto”, dijo Cuomo.
El COVID-19 ha matado a más de 35.000 personas en el estado de Nueva York, la gran mayoría en la ciudad de Nueva York. La mayoría de las muertes ocurrieron en la primavera y a principios del verano, cuando el estado fue el epicentro del brote inicial de Estados Unidos.
El gobernador agregó que se espera que 346.000 dosis de la vacuna Moderna sean entregadas al estado de Nueva York la semana del 21 de diciembre, además de las 170.000 dosis de Pfizer que llegarán este fin de semana, pendientes de la aprobación de la FDA.
Con información de AP y AFP
Seguir leyendo: