El Gobierno de Estados Unidos anunció este jueves nuevas sanciones contra Irán. En concreto, impuso medidas contra la empresa iraní Shahid Meisami Group, así como a su director, por su supuesta participación en un programa de desarrollo de armas químicas de Teherán.
“El desarrollo de armas de destrucción masiva es una amenaza a la seguridad de sus vecinos y del mundo”, dijo el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, en un comunicado. “Estados Unidos seguirá luchando contra cualquier esfuerzo del régimen de Irán para desarrollar armas químicas que puedan ser usadas por el régimen o grupos aliados para avanzar su maligna agenda”, agregó.
Estados Unidos acusó a la empresa y a su director, Mehran Babri, de estar vinculadas a la Organización Iraní de Innovación e Investigación Defensiva, previamente sancionada.
“Shahid Meisami Group fue designada por ser propiedad o estar controlada por la Organización Iraní de Innovación e Investigación Defensiva, involucrada en actividades que han generado preocupaciones con respecto a las obligaciones de Irán bajo la Convención de Armas Químicas, incluyendo proyectos que incluyeron el testeo y la producción de agentes químicos para ser usados como ‘agentes incapacitantes’. Mehran Babri fue designado por actuar en representación del grupo”, explica el documento.
En consecuencia, el departamento del Tesoro congeló los activos que la entidad puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíbe las transacciones financieras con ciudadanos o empresas del páis.
En una nota paralela, Mike Pompeo, el secretario de Estado estadounidense, había manifestado “su preocupación de que la verdadera intención del régimen respecto a las pruebas y producción de los llamados agentes químicos incapacitantes podría ser su uso tanto para oprimir aún más a los ciudadanos iraníes o para propósitos ofensivos”.
Esta nueva ronda de sanciones se enmarca en la campaña de “máxima presión” lanzada por el presidente saliente estadounidense, Donald Trump, y se anuncian dos meses antes de que sea sucedido por el mandatario electo, el demócrata Joe Biden.
Las últimas medidas de esta naturaleza tuvieron lugar a finales de octubre, cuando la administración de Donald Trump impuso sanciones al sector petrolero iraní, incluyendo las ventas a Siria y Venezuela. Bajo nuevas medidas el lunes, la administración dijo que estaba designando a la Compañía Nacional de Petróleo de Irán, el Ministerio de Petróleo de Irán y la Compañía Nacional de Cisterna Iraní en una lista de la autoridad antiterrorista, lo que significa que cualquier futuro gobierno deberá tomar medidas legales para revertir la decisión.
El Departamento del Tesoro emitió las sanciones vinculando a las tres entidades con la Guardia Revolucionaria iraní, que ya ha sido designada como organización terrorista por Estados Unidos y cuyo comandante Qasem Soleimani murió en un ataque estadounidense en el aeropuerto de Bagdad en enero.
Estados Unidos inició en agosto un procedimiento ante la ONU para restablecer todas las sanciones internacionales contra Irán que se levantaron con el acuerdo nuclear de 2015 (del que Washington se retiró en 2018), argumentando que Teherán había incumplido sus obligaciones.
Sin embargo, la mayoría del Consejo de Seguridad -incluidas el resto de potencias con derecho de veto- consideran que EE.UU. no tiene derecho a utilizar este mecanismo, pues abandonó el pacto en 2018, con lo que ese órgano de la ONU no ha tomado ninguna medida. Biden, ha criticado este abordaje de las relaciones bilaterales y manifestado su voluntad de volver al acuerdo nuclear.
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