El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este martes al Pentágono una nueva retirada de tropas de Afganistán e Irak, que tendría lugar antes de que el gobernante deje la Casa Blanca, el próximo 20 de enero, y sea reemplazado por el presidente electo Joe Biden.
El secretario de Defensa interino, Chris Miller, dijo que alrededor de 2.000 soldados serían retirados de Afganistán para el 15 de enero y que 500 más regresarían de Irak, dejando 2.500 en cada país.
Varios medios habían adelantado la noticia esta semana. Según la cadena CNN, que citó dos fuentes estadounidenses familiarizadas con el asunto, el Pentágono difundió un aviso denominado “orden de advertencia” para empezar a planificar la reducción de su pie de fuerza a 2.500 soldados, tanto en Afganistán como en Irak.
Actualmente Estados Unidos mantiene cerca de 4.500 militares en Afganistán y 3.000 en Irak. Con la retirada anunciada este martes, Afganistán quedará con el número de soldados más bajo en dos décadas de guerra.
La cadena ABC News señaló, por su parte, que la reducción de las tropas en esos países está en linea con lo que el asesor de seguridad nacional, Robert O’Brien, anunció a mediados de octubre pasado. Ese mes, Trump dio a conocer la retirada de la totalidad de las tropas estadounidenses desplegadas en Afganistán para Navidad.
“¡Para Navidad, deberíamos tener en casa al pequeño número de Hombres y Mujeres Valientes que quedan en Afganistán!”, dijo el mandatario en Twitter, sin ofrecer más detalles.
Ya a comienzos de septiembre, Trump había señalado que se reduciría en “un corto periodo de tiempo” hasta 4.000 la cifra de soldados desplegados en Afganistán.
La noticia sobre la nueva salida de tropas se conoció después de que el mandatario estadounidense anunció el pasado 9 de noviembre el cese fulminante del jefe del Pentágono, Mark Esper, una decisión esperada después de que el jefe militar se opuso este verano al plan de Trump de desplegar militares en la represión de las protestas contra la violencia policial que sacudieron el país.
Trump, quien se ha negado a reconocer el triunfo del candidato demócrata, Joe Biden, en los comicios del pasado 3 de noviembre, anunció por Twitter al hasta entonces director de Contraterrorismo, Christopher C. Miller, como sustituto de Esper.
En un mensaje que dio a conocer el viernes pasado, Miller ratificó el compromiso de EEUU de “terminar la guerra que Al Qaeda trajo” a las costas estadounidense en 2001, en alusión a los atentados del 11 de septiembre de ese año contra las torres gemelas en Nueva York y contra el Pentágono.
“Esta guerra no ha terminado. Estamos a punto de derrotar a Al Qaeda y sus asociados, pero debemos evitar nuestro error estratégico pasado de no poder ver la pelea hasta el final”, apuntó Miller, aunque admitió que “muchos están cansados de la guerra”, entre ellos -confesó- él mismo, pero animó a continuar en esta “fase crítica” de transición de un “papel de liderazgo a uno de apoyo”.
A finales de febrero, los talibanes y EEUU firmaron un histórico acuerdo en Doha por el que los estadounidenses anunciaban la retirada de sus tropas en un periodo de 14 meses, al tiempo que los insurgentes se comprometían a evitar que el territorio afgano pudiera prestar apoyo alguno a actividades terroristas en el futuro.
Además, los talibanes se comprometieron a liberar a un millar de miembros de las fuerzas de seguridad afganas y Kabul debería hacer lo propio con otros 5.000 insurgentes, un proceso que tras sucesivos desacuerdos se completó en septiembre, lo que dio inicio ese mismo mes a las ansiadas conversaciones intraafganas en Doha.
Con información de EFE
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