“Es hermoso”: una mujer encontró un diente gigante que pudo ser de un megalodón, uno de los mayores depredadores de la historia

Esta especie se extinguió hace más de 3 millones de años y llegó a medir más de 16 metros de largo

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(Foto: Missy Tracewell/Facebook)
(Foto: Missy Tracewell/Facebook)

En una playa de Carolina del Sur, una mujer hizo un hallazgo que de inmediato suscitó la incredulidad de sus allegados. Se trata de un diente gigante que encontró durante un viaje a Hunting Island; sin embargo, hasta el momento no se sabe cuál es la criatura a la que pertenece.

La pieza fue hallada por Missy Tracewell, cuyo pasatiempo es buscar dientes de tiburón en la playa. Ella compartió una fotografía en su perfil de Facebook en donde muestra que el colmillo es más grande que la palma de su mano. Además, da la apariencia de ser tan duro como una roca, debido a su color oscurecido.

“Odiaría encontrarme cara a cara con la boca de la que salió”, escribió una persona en la publicación de Facebook de Missy, en donde más entusiastas de la caza de dientes de tiburón la felicitaron por su gran descubrimiento. “¡Este es el sueño de todo cazador de dientes!”, comentó otro usuario de la red social.

Otras personas, por su parte, alimentaron la especulación en torno a la especie a la que pertenecía dicha pieza y algunos señalaron que se había salido de un megalodón, la cual que se extinguió hace 3,6 millones de años y fue uno de los mayores depredadores de la historia, de acuerdo con el Museo de Historia Natural de los Estados Unidos.

Las fauces del megalodón. (Foto: American Museum of Natural History)
Las fauces del megalodón. (Foto: American Museum of Natural History)

“Es hermoso”, dijo Tracewell al diario local The State, al cual también le puntualizó que este descubrimiento empequeñece todos sus hallazgos anteriores. Hasta el momento, no lo ha compartido con un experto para su confirmación o para que le dé más detalles, pero ella mantiene la esperanza de que sí se trata de un diente de megalodón.

La forma en que lo encontró fue casi fortuita, pues ella y su esposo estaban a punto de empacar después de un día infructuosos de cacería hasta que lo vio sobresalir de un hoyo lleno de agua a pocos metros de la costa. “No puedo creer esto. Dios mío, acabo de encontrar un diente de megalodón”, gritó con emoción, según la narración que dio al mismo medio.

Cabe mencionar que los hallazgos de este tipo de dientes no son extraños en las playas de Carolina del Sur. A inicios del 2020, otra mujer encontró un diente de medio kilo en la orilla de un río, cerca de Charleston.

En octubre, investigadores dieron con un vivero de tiburones megadentados, cuya edad podría ser de 30 millones de años, según datos que posteriormente proporcionó el Museo de Historia Natural de Mace Brown en el College of Charleston. El sitio estaba plagado de dientes fósiles de distintas especies de tiburones antiguas y extintas.

Dibujo esquemático que muestra la distribución de los tamaños máximos posibles de todos los 70 géneros (grupos) no planctívoros conocidos en el orden de tiburones Lamniformes. (Foto: Europa Press)
Dibujo esquemático que muestra la distribución de los tamaños máximos posibles de todos los 70 géneros (grupos) no planctívoros conocidos en el orden de tiburones Lamniformes. (Foto: Europa Press)

De acuerdo con los investigadores que hablaron con la prensa local, se cree que este sitio sirvió como un lugar de seguridad para que los tiburones más jóvenes crecieran y se desarrollaran hasta la edad adulta.

Aunque los dientes es lo que a menudo queda para conocer más acerca de estas especies, una reciente investigación estimó la longitud del megalodón es de 16 metros de largo, probablemente una cabeza redonda de 4,65 metros de largo, una aleta dorsal de aproximadamente 1,62 metros de alto y una cola de alrededor de 3,95 metros de alto.

Además, este tiburón tenía una fuerza de mordida de más de diez toneladas, según Jack Cooper, maestro en Paleobiología por la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristo, quien junto a sus colegas realizó una serie de métodos matemáticos para precisar su tamaño y proporciones y luego compararlos con otros parientes vivos con similitudes fisiológicas.

Su pesquisa, publicada en la revista Scientific Reports, también funcionó para compararlo con otros tiburones modernos y así poder ampliar el análisis de esta especie que dominó los mares en la prehistoria.

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