Luego de que Pfizer anunciara su intención de buscar una aprobación de emergencia para su vacuna contra el COVID-19 por parte de la FDA (administración de alimentos y drogas, según sus siglas en inglés), se aceleraron en Estados Unidos los motores para aceitar la logística y distribuirla de manera una vez que esté disponible.
Se espera que tan pronto como en diciembre, Estados Unidos tenga dosis para inocular a 15 millones de ciudadanos. Según un reporte preliminar del departamento de salud de la Florida, la prioridad en este estado la tendrían 3,5 millones de personas, en su mayoría trabajadores de la medicina, personas vulnerables por otras condiciones médicas y los trabajadores de la primera línea de combate contra el virus –bomberos, policías, etc-. No obstante, a esta altura no está claro cuántas de esas dosis va a recibir el estado.
Un reporte de las autoridades sanitarias nacionales indica que el plan de distribución está dividido en fases. La primera tanda de vacunas estaría destinada para personal de la salud tratando a pacientes con COVID 19. Se calcula que hay alrededor de 497 mil profesionales médicos en Florida. Además, en esta primera instancia, se contemplaría vacunar a personas que pertenecen a grupos de riesgo -debido a que tienen enfermedades preexistentes- y a otros trabajadores esenciales.
En una segunda fase llegaría el turno de las personas mayores que viven en hogares de ancianos y el personal que los atiende. Florida, famoso por ser el destino de retiro predilecto de los estadounidenses, tiene al menos 145 mil personas viviendo en este tipo de hogares, y 223 mil empleados atendiéndolos. En esta parte del proceso también están incluidas 2,7 millones de personas con discapacidades. Parte de estos grupos podrían entrar dentro de la primera distribución de vacunas, aunque no todos.
La tercera fase es la que incluye al público general, y no está remotamente contemplada en la primera partida de vacunas. Dependiendo de cuantas dosis se reciban, el estado deberá implementar una política de racionamiento que aún no ha sido anunciada. Como medida anticipatoria, las autoridades compraron en verano cinco millones de jeringas y agujas.
El proyecto de tres fases fue presentado a los CDC (centro para el control de enfermedades, por sus siglas en inglés). Este organismo federal es el que tendrá la última palabra acerca de cuántas vacunas llegarán a cada estado y cómo se distribuirán.
Ciertas complicaciones asociadas a la logística de distribución de la vacuna de Pfizer tienen que ver con que requiere dos dosis y que debe ser almacenada a una temperatura extremadamente baja: menor 80 grados Celsius, lo que implica que los refrigeradores normales no sirven para su conservación.
Para intentar tener una idea clara de qué hospitales podrán manipular de manera segura una vacuna de este tipo, el estado realizó un sondeo de los 314 hospitales en el estado, determinando que 274 de ellos tenían las condiciones necesarias. Todo hospital o institución capaz de lidiar con las condiciones necesarias de almacenamiento de la vacuna y necesidad de vacunación, ha quedado en Florida registrado bajo un programa llamado SHOTS, que controlan las autoridades estatales.
La distribución de la vacuna antes de que llegue a los hospitales será controlada exclusivamente por Pfizer. El laboratorio puso esa condición en sus negociaciones con el gobierno federal.
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