El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se convirtió en el último funcionario de la administración de Donald Trump en rechazar los resultados de las elecciones presidenciales y asegurar que será el actual mandatario quien comenzará el próximo período presidencial, en enero de 2021.
Consultado en una conferencia de prensa si el departamento de Estado se estaba preparando para iniciar contactos con el equipo del presidente electo Joe Biden y, de no ser ese el caso, como podría afectar eso a una transición de poder fluida, Pompeo expresó: “Habrá una transición fluida al segundo período del presidente Trump”.
Y agregó: “Estamos listos. El mundo está mirando lo que sucede. Estamos contando todos los votos. Hay un proceso y la Constitución lo detalla de manera bastante clara. El mundo debería tener la confianza de que se realizará la transición necesaria para asegurar que el departamento de estado continúe siendo funcional y exitoso como lo es hoy a partir del 20 de enero un minuto después del mediodía”.
Con estas declaraciones, Pompeo se sumó a los otros líderes republicanos que no reconocen el resultado de las elecciones, anunciado por las principales cadenas televisivas -como es tradición en el país- el sábado al mediodía. De hecho, Trump también se había proclamado ganador en los comicios de 2016 luego de que ese hecho tuviera lugar, y no al finalizar los procesos formales de certificación, que suelen ocurrir a mediados de diciembre.
Trump, por su parte, se ha negado a conceder la carrera presidencial alegando que el proceso estuvo empañado por la realización de millones de votos ilegales. Al momento el mandatario está organizando su ofensiva legal, por la cual planea llegar hasta la Corte Suprema, pero no ha habido indicios o pruebas de irregularidades en los votantes o de fraude generalizado en las elecciones.
En el grupo de aquellos que han apoyado las declaraciones de Trump también se cuentan prominentes senadores republicanos como Lindsey Graham, Marco Rubio y el jefe de la bancada mayoritaria, Mitch McConnell. En una declaración en la Cámara Alta el lunes, McConnell dijo que Trump está “100% dentro de sus derecho” a cuestionar los resultados de las elecciones y puede de esta manera considerar distintas opciones legales.
El republicano dijo que “si esta vez se hubiera producido una irregularidad de una magnitud que afectara el resultado, entonces todos los estadounidenses deberían desear que éstas sean expuestas”.“ Si los demócratas se sienten confiados en que esto no ha ocurrido, entonces no tienen ninguna razón para temer un escrutinio adicional”, agregó.
La mayoría de los otros senadores oficialistas han evitado pronunciarse mientras que, a la tarde del martes, son 4 los legisladores que han felicitado al demócrata. También lo ha hecho George W. Bush, el único ex presidente republicano que sigue con vida.
Por su parte el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, dijo que la negativa de los republicanos a respaldar los resultados de las elecciones es “extremadamente peligrosa y extremadamente venenosa para nuestra democracia”.
En contraste con esta conducta, numerosos líderes mundiales han felicitado públicamente a Biden. Entre ellos se destacan las principales potencias europeas -el Reino Unido, Francia, Alemania- y jefes de Estado que habían mantenido relaciones cercanas con Trump: el turco Recep Tayyip Erdogan y el israelí Benjamín Netanyahu, entre otros.
A la fecha han elegido no pronunciarse el brasileño Jair Bolsonaro, el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el chino Xi Jinping y el ruso Vladimir Putin, entre otros.
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