Si bien el Presidente Donald Trump ha prometido pelear la elección, llevar la decisión a la Corte y recontar buena parte de los votos, algunos republicanos parecen estar listos para el siguiente paso.
Como ocurre siempre con un presidente saliente y una nueva administración, a cargo del partido que hasta ahora fue oposición, todos empiezan a pensar en los próximos cuatro años. Si se confirma la salida de Donald Trump y, por ende, hay un claro vacío de poder en el partido, ¿quién pudiera llenar ese nuevo espacio?
Lógicamente habrá tiempo para conocer al nuevo republicano estrella. Y muchas veces el nombre no se tiene hasta bien entrada la primaria –que comenzará recién en 2023-, pero algunos republicanos empiezan a levantar cabeza en esta nebulosa política en la que el país se encuentra sumido.
El primero, innegable, es el propio Presidente Donald Trump. Por ilógico que parezca, hay una probabilidad de que el mismo Trump llene el vacío de poder que pudiera generar su salida de la Casa Blanca. Con más de 70 millones de votos a su favor, es el segundo político en la historia de Estados Unidos en recibir este nivel de apoyo en las urnas, sólo por detrás de Joe Biden. El número récord de votantes en este 2020 hizo que nunca nadie en el pasado hubiera recibido tantos votos como estos dos candidatos. Sería inusual que vuelva a presentarse en 2024, pero Trump se ha caracterizado por hacer lo que otros no han hecho antes.
Pero hay más políticos que empiezan a asomar la cabeza. La segunda vuelta de la elección a senador en dos bancas por Georgia, que se llevará a cabo en enero, será la nueva batalla electoral en el país. Del resultado de esta elección va a depender el control del senado. Por eso veremos desfilar por Georgia a todo político con aspiraciones nacionales.
El primero en confirmar visita al estado del sur en las próximas semanas es el Senador por Arkansas, Tom Cotton. Este senador, del que se ha reportado ya que tiene un equipo explorando posibilidades en New Hampshire, el pequeño estado que sirve como prueba para las elecciones presidenciales por ser uno de los primeros estados en participar en las primarias.
El senador por Florida Rick Scott también ha anunciado una aparición en Georgia para finales de semana. Scott tiene un perfil muy particular. Fue gobernador de la Florida, ahora es senador, pero su historial es como empresario. Es multimillonario y logró su fortuna viniendo de una familia de clase media. Él mismo financió sus propias campañas a la gobernación, similar a lo que ha hecho Michael Bloomberg.
Sin anunciar aún una visita en persona, pero muy activa con el tema de Georgia en las redes sociales, la ex embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas y ex gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, es otro posible nombre. Haley cumple con todos los requisitos de un político presidenciable en el siglo XXI. Es mujer, tiene experiencia y es hija de inmigrantes. Un perfil similar al de Kamala Harris, aunque en versión conservadora. En 2019 se habló de la posibilidad de que Haley intentara competir en una primaria con Donald Trump, ella lo negó rotundamente. Si bien fue funcionaria de la administración Trump, siempre se ha mantenido muy independiente del Presidente.
También hay republicanos que al apoyar al Presidente Trump pueden estar planeando su propio camino para el futuro. Nadie puede negar que hay una base que apoya a Trump y más de uno puede querer capitalizarla.
El senador por Texas Ted Cruz ya ha intentado la nominación a la presidencia, llegando a competir último contra Donald Trump en la primaria de 2016. Nunca ha ocultado que sus aspiraciones presidenciales siguen vigentes y es lo suficientemente joven como para volver a intentarlo. Si bien no ha hablado sobre su futuro, el pasado fin de semana fue uno de los republicanos más activo en los medios de comunicación asegurando que “la prensa se ha apresurado en coronar a Joe Biden”, poniendo en duda el resultado de las elecciones.
De igual manera, el Gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha defendido a capa y espada al Presidente. Ya sea que DeSantis tenga en mira la Casa Blanca o la reelección en su estado, la base de Trump será clave para sus aspiraciones políticas.
Los próximos cuatro años serán de reconstrucción para un partido que vio sus bases tambalear con la llegada de un líder fuera de lo común como lo es Donald Trump. Si el futuro del partido republicano se parecerá más a Donald Trump, a la antigua imagen del partido o a una imagen nueva que estemos por conocer, solo el tiempo nos lo dirá.
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