La atención sobre los resultados de las elecciones en Estados Unidos se centra en el presidente republicano Donald Trump y en su rival demócrata Joe Biden, pero hay otra candidata, Jo Jorgensen, de quien poco se habla y que les ha arrebatado a ambos más de 1.700.000 votos, suficientes como para darle a cualquiera de ellos la victoria, aunque el actual mandatario es quien más los necesita.
Se trata de la libertaria de origen danés de 63 años, que por primera vez se ha presentado como candidata a la Presidencia de Estados Unidos pero que lleva a sus espaldas una larga trayectoria de activismo político.
Jugadora de hockey sobre hielo, abuela, profesora de psicología y empresaria, el perfil de Jorgensen no parece el habitual de un candidato presidencial estadounidense.
Y con ese perfil atípico, se ha convertido ahora en el centro de las críticas de algunos foros de seguidores de Trump, amantes de las teorías conspirativas, que le atribuyen la culpa de la cada vez más probable derrota electoral del actual mandatario.
Nacida el 1 de mayo en 1957 en Libertyville (Illinois), Jorgensen pareciera estar predestinada a abrazar el libertarismo, un movimiento cercano a los republicanos, aunque más radical, que preconiza el individualismo, la libre asociación, el libre mercado y la menor intervención posible del gobierno en la vida de los ciudadanos.
Su compañero de fórmula, Spike Cohen, es un político más atípico aún: se considera anarquista y propone acabar con la administración de impuestos (IRS), con la Reserva Federal, con la guerra contra las drogas y con las sentencias mínimas obligatorias.
Nieta de inmigrantes daneses, Joanne Marie Jorgensen, su nombre completo, ya se había presentado como candidata a la Vicepresidencia en las elecciones de 1996 como compañera de fórmula del aspirante presidencial del Partido Libertario, Harry Browne.
Pero los comienzos de su activismo político se remontan a 40 años, cuando votó por primera vez por el minoritario Partido Libertario de Estados Unidos y se unió al mismo tres años después.
Doctora en psicología Industrial y Organizativa por la Universidad de Clemson, en Carolina del Sur, Jorgensen se considera mejor preparada para la Presidencia de EE.UU. que Trump o Biden.
“Soy profesora de universidad y estoy más calificada que Trump o Biden para dirigir este país”, aseguró en una reciente entrevista con la radio pública NPR, en la que afirmó que “el gobierno se ha vuelto demasiado grande y (a la gente) le gustaría recuperar parte de ese control”.
“Cuando a las personas se les da libertad de vivir como quieran, trabajan duro, pero cuando son cínicos y básicamente todo su dinero va al gobierno, pierden la motivación”, resumió la política libertaria.
Antes de su carrera política, Jo Jorgensen trabajó en la multinacional IBM en sistemas informáticos, cargo que dejó para crear una empresa de servicios informáticos de contabilidad. Posteriormente cofundó DigiTech, una firma de duplicación de software con una facturación de 2 millones de dólares anuales.
Ahora, con 1.724.550 votos a su favor, la líder libertaria se ha convertido en un chivo expiatorio de los seguidores de Trump que participan en foros donde se cultivan teorías conspirativas, como 4chan, donde cualquier usuario puede publicar comentarios y fotografías sin revelar su identidad.
Los mensajes de odio e insultos contra Jorgensen se han multiplicado en estos foros a medida que las probabilidades de Trump de ser reelegido han ido diluyéndose conforme avanza el escrutinio de votos en el puñado de estados que quedan por decidirse.
Las plazas en las que la candidata libertaria ha recibido un porcentaje mayor de apoyo (algo más de un 2,5% del total de votos) han sido en Alaska y las dos Dakotas, estados en los que Trump ha ganado con facilidad.
Pero en algunos de los estados clave que quedan por decidir, como Georgia, Pensilvania o Arizona, los votos libertarios hubieran podido marcar la diferencia para el gobernante, aunque nadie puede asegurar que sin Jorgensen esos sufragios habrían ido a Trump.
CON INFORMACIÓN DE EFE
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