La incertidumbre sobre los resultados de las elecciones presidenciales seguía manteniendo en vilo este viernes a Estados Unidos, supeditado al conteo en cuatro estados clave donde la diferencia de votos es muy ajustada para declarar un ganador.
A cada estado del país le corresponde un número de electores en el Colegio Electoral, los denominados votos electorales, y es necesario alcanzar 270 para llegar a la Casa Blanca.
Actualmente el candidato demócrata, Joe Biden, tiene entre 264 votos y el presidente republicano Donald Trump, que aspira a un segundo mandato, cuenta con 214. Los tres votos electorales de Alaska todavía no han sido atribuidos pero ningún demócrata ha ganado en décadas en este estado y no quedan muchas dudas sobre el resultado en favor de Trump.
Pensilvania, la máxima obsesión del Partido Demócrata, pasó al campo de Joe Biden este viernes a la mañana. Trump, que llegó a tener una ventaja de más de diez puntos, quedó por debajo de su rival tras el avance del procesamiento de los votos por correo. El ex vicepresidente lidera por 49,5% a 49,4%, faltando alrededor del 2% de los sufragios por contar. El jueves a la noche, Donald Trump se imponía por 50.000 votos de diferencia, pero ahora lidera Biden por 5.594.
Los demócratas tenían una idea fija desde el comienzo de la campaña electoral: reconstruir el “muro azul”, como se conoce a los estados en los que el partido ganó casi sin excepciones las elecciones presidenciales durante décadas. Tres ladrillos se cayeron de ese muro en 2016: Wisconsin, Michigan y Pensilvania. Tan segura estaba Hillary Clinton de que ganaba en los tres estados del Medio Oeste —como mostraba el promedio de las encuestas—, que ni se molestó en hacer campaña en ellos. Pero, para sorpresa de todos, Trump se impuso en el trío por un margen inferior al punto porcentual. Si hubiera ganado los 46 electores que reparten, Clinton habría sido presidenta.
Por eso, Biden se propuso retener los 21 estados en los que ganó la ex secretaria de Estado y recuperar aquellos tres. Con ese objetivo en mente, los visitó en varias oportunidades y cerró la campaña en Pensilvania, que es el que ofrece más electores (20). Por otro lado, es el estado en el que nació, en la ciudad de Scranton. Si bien vive en Delaware, siempre se proclamó como hijo predilecto del estado y decía ser el “tercer senador” de Pensilvania cuando representaba al vecino.
El recuento empezó muy mal para el candidato demócrata, con ventajas de Trump en los tres, que lo hicieron temer una repetición de la historia de 2016. Sin embargo, a medida que empezaron a pasar las horas y las autoridades fueron contando los votos por correo, el panorama cambió. Durante la madrugada, Biden pasó al frente en Wisconsin y se confirmó su triunfo por 49,6% a 48,9 por ciento. El miércoles a la mañana, se sumó Michigan, con un margen mucho más holgado del que parecía posible un día antes: 50,6% a 47,9 por ciento.
Este viernes, tras una larga noche en la que no dejaron de contarse los votos, Biden también pasó al frente en Georgia, un estado históricamente republicano, en el que Trump llevaba la delantera desde el martes. Con el 99% del escrutinio completo, el candidato demócrata se impone por 2.449.371 votos a 2.448.454.
Ni Georgia ni Pensilvania están confirmados aún, porque las diferencias son muy chicas, pero las tendencias parecen muy claras en favor del Partido Demócrata. Si sumara los 36 electores que juntan entre los dos, el ex vicepresidente, que actualmente tiene 264 —de acuerdo con la suma de The Associated Press (AP)—, llegaría a 300, 30 más de los necesarios para ganar las elecciones.
Una de las razones por las que el recuento se demoró tanto en Pensilvania es que los funcionarios electorales no están autorizados a procesar boletas por correo hasta el día de las elecciones. Es una forma de votación que se ha inclinado mucho a favor de Biden después de que Trump pasara meses afirmando sin pruebas que llevaría a un fraude electoral generalizado. Las boletas de correo de todo el estado se volcaron abrumadoramente en dirección a Biden.
De todos modos, existe la posibilidad de que la carrera no se decida hasta dentro de unos días. Si hay menos de medio punto porcentual de diferencia entre el total de votos de Biden y Trump, la ley estatal dicta que se debe hacer un recuento.
Nevada, en el oeste, aporta 6 votos electorales y es otro de los estados que podrían definir la elección. El 89% de los votos ya fue escrutado en este estado desértico que eligió a la demócrata Hillary Clinton en las elecciones de 2016.
Biden lidera actualmente con 49,4% de los sufragios contra 48,5% de Trump, lo que representa una diferencia de menos de 11.500 votos.
Por último, en el estado fronterizo con México de Arizona hay 11 votos electorales en juego. Biden encabezaba el conteo con 50,1% de los votos frente a 48,5% de Trump, con un margen de 47.000 sufragios, con un 90% de los votos escrutado.
La cadena Fox News y la agencia de prensa estadounidense The Associated Press (AP) atribuyeron en la noche del martes la victoria al demócrata, estimando que era imposible que Trump recuperara terreno.
Pero otros medios como el diario The New York Times y la cadena CNN prefirieron esperar para dar por definitivo un ganador en este estado que tradicionalmente vota republicano.
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