El conteo de votos continúa con lentitud en Pensilvania, uno de los estados más determinantes entre los que restan por definir en las elecciones en Estados Unidos, y se espera que los resultados demoren varios días, según lo anunciado por las autoridades locales.
Con el recuento provisorio de un estimado del 64% de los votos emitidos, Donald Trump mantiene una ventaja de 10 puntos, con tres millones de votos (54%), mientras que Joe Biden le sigue con 2,5 millones de sufragios (44%).
Sin embargo, buena parte de los votos que faltan contar son los emitidos anticipadamente, que favorecen ampliamente al candidato demócrata.
El mapa muestra con claridad las diferencias demográficas: los grandes centros urbanos (Pittsburgh, Filadelfia, Harrisburg) se pintan de azul, mientras que las zonas rurales optan mayoritariamente por los republicanos.
Las normas dependen de cada condado y algunos adelantaron que ni siquiera empezarían a contar las boletas recibidas por correo antes de terminar de reportar los votos presenciales del martes. Además, las autoridades decidieron que el servicio postal puede seguir entregando sufragios hasta el viernes, siempre que hayan sido enviados antes del martes, para atenuar los efectos de las demoras logísticas.
Según explicaron funcionarios locales, la capacidad del sistema permite contar 10 mil votos por hora en el mejor de los casos, una cifra que baja con los cambios de turno y la sanitización de los puestos de conteo. “Estamos haciendo lo mejor que podemos para contar los votos lo más pronto posible, y será con precisión”, indicó Lisa Deeley, comisionada de filadelfia.
Trump, de todas formas, se proclamó ganador y dio a entender que hay un fraude, sin ofrecer pruebas al respecto. “Millones y millones de personas votaron esta noche por nosotros y un grupo muy triste de gente está tratando de quitar el derecho al voto a ese grupo de gente, y no lo toleraremos”, insistió el presidente en la Casa Blanca, en un discurso de madrugada.
El gobernador de Pensilvania, el demócrata Tom Wolf, respondió a través de Twitter: “Todavía queda por contar un millón de votos por correo. Seamos claros: este es un ataque partidario a las elecciones de Pensilvania, nuestros votos y nuestra democracia. Nuestros condados están trabajando incansablemente para procesar los votos rápidamente y con tanta precisión como sea posible. Pensilvania tendrá una elección justa y todos los votos contarán”.
El antecedente de las primarias no es alentador: el proceso demoró semanas (aunque el margen de diferencia permitió dar al ganador antes de ello).
En total, en esta elección presidencial hubo 2,5 millones de votos enviados con anticipación. Entre estos ciudadanos, el 65% está registrado como demócrata y el 23% como republicano, lo que adelanta una desproporcionada ventaja para Biden, quien confía en que será suficiente para remontar los resultados provisionales.
En los últimos días, Trump cuestionó duramente la decisión de la Corte Suprema que dio luz verde a las disposiciones locales para seguir recibiendo votos hasta el viernes (siempre que tengan la estampa de fecha en el plazo legal).
Pensilvania es uno de los históricos “swing states” que suelen pendular entre republicanos y demócratas. En 2016, Trump triunfó en el estado donde se redactó la Constitución de Estados Unidos por una diferencia de 44.300 votos de un total de 6,1 millones emitidos. Y en 2020 el registro de ciudadanos habilitados para sufragar llegó a los nueve millones.
(Con información de AFP y EFE)
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