El resultado de las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, tan conflictivo como la campaña misma, puede demorar bastante tiempo, aunque los candidatos se apresuren a interpretar las cifras a su favor, ante la ciudadanía o en los tribunales. Pero algunas cosas se saben ya, a partir de encuestas de salida: en los cuatro años de la presidencia de Donald Trump, los estadounidenses cambiaron sus perspectivas en numerosas cuestiones a la hora de elegir quién va a la Casa Blanca.
En primer lugar cambiaron la decisión misma de emitir un sufragio, en un país de baja participación electoral histórica. Con más de 100 millones de votos completados antes del martes 3 de noviembre, en persona o por correo, se estima que la elección de 2020 será la de mayor índice de interés popular en las últimas décadas.
Eso, sin embargo, no implicó la ola azul que se asociaba, en el discurso del demócrata Joe Biden, a la gran participación. Los simpatizantes del actual mandatario mantuvieron también un alto nivel de compromiso, según las encuestas de salida de CNN. Y si los demócratas contaban con incorporar de manera masiva a los votantes de minorías étnicas —afroamericanos, latinos, asiáticos, nativos— se encontraron con que, en realidad, la movilización extra se dio entre los blancos, que constituyen la mayoría del país.
El trabajo de CNN es un panorama del país entero, advirtió la cadena de noticias: la pelea definitiva, en cambio, se da estado por estado y en pequeñas jurisdicciones. Los datos, en cualquier caso, muestran un paisaje de la opinión en un momento de polarización en los Estados Unidos y cómo cambió desde que el presidente le ganó a Hillary Clinton.
Cómo votaron los estadounidenses según su edad
Trump perdió apoyo de los adultos mayores en comparación con 2016. Sin abandonarlo, como se podía temer porque constituyen uno de los grupos más golpeados por el coronavirus, las personas de más de 65 años redujeron un poco su voto por el presidente; el cambio más importante, sin embargo, se dio entre los votantes 45 a 64 años, que en 2016 contó entre los factores de su éxito (52%) pero se fueron con el demócrata en un 50% y dejaron a Trump en un 49 por ciento.
Y los demócratas, que cada año esperan convocar a más jóvenes, lograron que los de 18 a 29 años apoyasen decididamente a Biden: un 62 por ciento.
Sin una mujer candidata, ¿cómo cambió el voto por género?
Aunque la movilización de las mujeres aumentó mucho en los años que siguieron a la primera campaña presidencial de una, Hillary Clinton, por ejemplo alrededor del movimiento #MeToo, Biden no pudo aumentar en gran medida la base que la ex secretaria de Estado le dejó en este campo: pasó del 54% a un modesto 56 por ciento.
Acaso lo más llamativo del recorte del electorado por género haya sido que Trump perdió su ventaja entre los hombres: pasó del 52% al 49%, lo cual lo dejó muy parejo con su competidor, que obtuvo el 48% del favor masculino.
Cómo cambiaron las voces de las minorías étnicas
Otro grupo social que tuvo grandes movilizaciones desde la pelea por la Casa Blanca de 2016, las minorías étnicas, no le dieron a Biden el apoyo que se esperaba; aun si su candidata a vicepresidenta, Kamala Harris, apuntó a esos electores, los antecedentes de Biden como varón blanco parecen haber pesado finalmente. Las mujeres afroamericanas, que habían votado por Clinton en un 94%, lo hicieron por Biden en un 91%; los varones afroamericanos pasaron del 82% al 80 por ciento.
Igual de llamativo fue que Trump perdiera el apoyo de muchos hombres blancos: pasó del 62% al 58% en ese segmento que fue decisivo para su triunfo en 2016. Los latinos lo apoyaron en la Florida (básicamente la gran base cubano-americana que vive allí) pero en otros lugares, como Arizona (donde residen mexicano-americanos), no tuvo el mismo apoyo.
Cómo influyó la educación de los votantes
Acaso como una muestra la rigidez de las creencias de las personas en un ambiente de polarización, el nivel educativo de los votantes mostró que el mensaje de Biden alcanzó a los varones sin estudios universitarios que rechazaban a Clinton, pero no logró demasiado aunque sumó seis puntos (de 29% pasó a 35%): es la base de votantes de Trump.
Trump volvió a ganar el favor de este segmento, pero en un margen menor que en 2016: de 66% pasó a 64 por ciento.
Cómo actuó la mayoría silenciosa
Biden llevó a la fórmula lo mismo que, como vicepresidente, llevó a la de Barack Obama en 2008: la posibilidad de conectar —y recuperar algunos de los votos— con los trabajadores blancos, tanto varones como mujeres. Superó a Clinton entre ellos: subió el 34% de los varones sin educación a un 39%, y el 23% de mujeres sin educación a un 30 por ciento.
Trump, llamativamente por el concepto, aunque no en cifras, aumentó su incidencia entre las minorías étnicas sin educación superior, del 21% al 26 por ciento.
¿Qué llevó a la gente a votar?
En estos cuatro años hubo muchos grandes temas globales —coronavirus, cambio climático, feminismo— y otros locales —racismo, economía, impeachment del presidente— que pudieron intervenir en la decisión de salir a votar en un país donde el sufragio es optativo. Entre los votantes de Trump, la gran mayoría se movilizó hasta las urnas porque le confía el manejo económico y de la seguridad; entre los de Biden, porque lo encuentran más sensible a los problemas derivados del racismo y a los del coronavirus.
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