WASHINGTON DC - Joe Biden, el hombre que a partir del 20 de enero podría dirigir el país más poderoso del mundo, tiene ya clara su política exterior hacia América Latina: mano tendida a la Argentina y Brasil, presión redoblada sobre Venezuela -aunque reforzando la ayuda humanitaria- y una inversión conjunta con México para desarrollar Centroamérica y calmar el flujo migratorio.
“Va a trabajar con países que estén listos para trabajar y que sean ambiciosos. Los países que estén listos tendrán un aliado natural en Joe Biden”, dijo Juan Sebastián González durante una entrevista con Infobae en Washington DC. Nacido en Colombia, González cumplió funciones en el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración de Barack Obama, y es un hombre clave en la visión que Biden tiene de América Latina: fue uno de sus asesores más cercanos en la Casa Blanca y siguió siéndolo en estos últimos años.
“Joe Biden es alguien que conoce la región. Viajó 16 como vicepresidente, y como presidente seguirá involucrado, porque él fundamentalmente entiende que promover una región segura, democrática y de clase media está en el interés nacional de los Estados Unidos”, sintetizó González durante la entrevista.
- Durante décadas se habló de América Latina como el “patio trasero” de Estados Unidos. ¿Qué es América Latina para Biden?
- Está dentro del interés de Estados Unidos que la región se desarrolle. Biden siempre ha hablado de que es hora de que los Estados Unidos alineen su política exterior con las prioridades domésticas del país. Y eso va a poner a Latinoamérica y el Caribe en una posición central para la política exterior. El vicepresidente conoce muy bien Colombia, un aliado por décadas. Apoyar a la región trae prosperidad a los Estados Unidos.
- ¿Qué sería diferente, en comparación con Donald Trump, en la política exterior de Biden hacia la región?
- Desde el día uno va a tener mil cosas encima por el desastre que le deja este presidente. Joe Biden va a trabajar con países que estén listos para trabajar y que sean ambiciosos. Los países que estén listos tendrán un aliado natural en Biden. La política Trump hacia Latinoamérica y el Caribe se ha definido en una parte por una estrategia electoral en el sur de Florida sin consideración verdadera por el futuro de Venezuela, Cuba, y Nicaragua, y en otra parte por una política migratoria anti-hispana y racista para complacer la base xenofóbica del presidente. Biden es alguien que conoce la región. Su enfoque para combatir la pandemia, fortalecer la economía de Estados Unidos y asegurar que la cadena de producción sea resiliente a estos impactos es una agenda de colaboración con los países de Norteamérica. Además, bajo la administración Biden, Estados Unidos regresará inmediatamente al COP, pero nosotros solo representamos el 12 por ciento de emisiones globales. Los países de la región son indispensables para avanzar en una agenda climática internacional compartida. Por eso la política de cooperación económica y el cambio climático irán de la mano. No es suficiente que recuperemos nuestras economías a donde estaban antes de la pandemia: tenemos que encontrar causa común para construir economías resilientes contra futuras pandemias, el impacto del cambio climático, y un futuro eventual sin combustibles fósiles.
- El entendimiento con Brasil, como país más grande de la región, no será entonces necesariamente sencillo, ¿no?
- Joe Biden tiene un entendimiento sofisticado de Brasil y entiende que la importancia estratégica de Brasil para Estados Unidos va más allá de quién esté en el poder. Es el exportador más grande en el mundo de productos agrícolas, un puente natural entre el G7 y el G77. Existe una agenda global entre nuestros países. Brasil es un país importante, pero la relación sólo podrá alcanzar su potencial bajo una base de valores y entendimientos compartidos. El cambio climático es real y la necesidad de actuar, urgente. Las instituciones democráticas y los derechos humanos se respetan, y la corrupción no se tolera. Trump ha demostrado que Estados Unidos no tiene todas las respuestas y que como naciones tenemos que aprender los unos de los otros, y los desacuerdos se confrontan con respeto mutuo. El Joe Biden que yo conozco es alguien que siempre estrecha la mano, especialmente ahora que todos estamos sintiendo el impacto de la pandemia. Pero la samba es un baile de dos.
- ¿Qué tiene en mente Biden de cara al drama de Venezuela?
- No podemos ignorar que Nicolás Maduro es ahora un dictador, que ha perdido toda legitimidad por el sufrimiento que le ha infligido a el pueblo venezolano. Ya es hora que dejemos el juego y hablemos abiertamente sobre lo que está pasando en Venezuela. Es inaceptable que millones de venezolanos tengan que huir su país con tal de comer, y que Maduro se mantenga en el poder intencionalmente sometiendo a los que se quedan con hambruna y a través de ejecuciones extrajudiciales, mientras quienes están afiliados con el régimen viven en lujo y se roban miles de millones del país. El pueblo venezolano no puede vivir de los comunicados de la comunidad internacional y es hora de tomar responsabilidad. La crisis humanitaria en Venezuela es culpa de los que manejan ese país. Decir que no hay nada malo con el sistema político en Venezuela es ser ingenuo o no querer admitir la realidad.
- Trump le ha puesto presión, pero lo cierto es que Maduro sigue en el poder.
- A Trump no le importa Venezuela más allá de los votos que consiga en Florida. Por la falta de estrategia e incompetencia total de esta administración se han desperdiciado cada oportunidad para lograr un resultado democrático a la crisis actual. Las sanciones unilaterales podrán satisfacer la rabia que todos compartimos frente a las injusticias que sufren los venezolanos, pero nunca en la historia han funcionado en cambiar a un régimen en la ausencia de una estrategia diplomática que esta administración se ha mostrado incapaz de organizar.
- ¿Qué haría Biden entonces?
- Biden ha prometido Estatus de Protección Temporal (TPS) a los venezolanos en los Estados Unidos, una respuesta internacional más robusta a la situación humanitaria y un incremento en la presión multilateral sobre el régimen para que negocie de buena fe con la oposición: ya basta del uso del diálogo por Maduro como una táctica para demorar y consolidar el poder. La expectativa por parte de la comunidad internacional es que Venezuela tiene que tener elecciones justas y transparentes, monitoreadas por una organización internacional creíble.
- ¿Un Biden en la Casa Blanca recuperaría la política de Barack Obama hacia Cuba?
- Hay que reconocer que el contexto es hoy diferente. El abuso del crackdown (violencia estatal sobre los opositores) por parte del régimen cubano es igual o peor que durante el gobierno de Bush. Biden guiará su política por dos principios: los cubanoamericanos son los mejores embajadores para la libertad, por eso hay que reducir los límites a remesas y viajes. Y dos, que la capacidad de los cubanos por determinar su propio futuro están en el interés de los Estados Unidos. Cuando BIden abogaba por libertad de presos políticos en Cuba, Trump buscaba registrar su marca para hacer negocios en Cuba.
- China ha ganado muchas posiciones e influencia en América Latina. ¿Preocupa eso a Joe Biden?
- La diferencia entre Trump y Biden es que el presidente Trump habla fuerte pero ha perdido la guerra comercial con China. El déficit comercial ha crecido, ha tenido que subsidiar a la producción agrícola. Y mantuvo una cuenta bancaria secreta en China para hacer negocios en China. Biden conoce a China y a Xi Jinping, y sabe que la única forma de ganarle a China es competir mejor. Debemos invertir en nuestra propia economía y productividad. China da préstamos, pero no tiene capacidad de organizar una respuesta coordinada a la pandemia ni que la región se recupere. Solo les importa dar préstamos y ser más influyentes.
- ¿Qué espera Biden de la Argentina?
- La política tradicional entre Estados Unidos y Argentina, antes de los Kirchner, era otra. En las Naciones Unidas, Argentina era un país líder en derechos humanos, en temas de no proliferación. En los inicios de Kirchner, con (Jorge) Taiana como canciller, había cooperación. Creo que se nos ha olvidado un poco esa historia, tenemos que volver a recordar los buenos amigos que éramos Estados Unidos y Argentina.
- ¿Cuán buenos amigos eran?
- Argentina era casi un país que asesoraba a Estados Unidos sobre cómo navegar los retos en las economías emergentes. Tenemos que reconocer que la relación se deterioró bajo Bush-Kirchner y no hemos podido recuperar. Se intentó bajo Obama sin éxito. Incluso bajo la administración de Macri hubo mucho show sin nada concreto, pese a su relación con Trump. No hemos ejercido el potencial de la relación, y en mi opinión mucho tuvo que ver con dinámicas políticas dentro de Argentina.
- ¿Cuál sería entonces la dinámica con el gobierno de Alberto Fernández si Biden gana la presidencia?
- Argentina y Estados Unidos son aliados naturales, pero igual que con Brasil, tenemos que establecer una base de colaboración basada en los valores democráticos que definen la mayoría de nuestro hemisferio. Tenemos que desarrollar una agenda regional para recuperarnos de la pandemia y no una agenda ideológica. Cuando Biden llegue a la Casa Blanca no va a estar buscando rencores ni pleitos. Hay demasiado trabajo por delante y es tiempo de voltear la página y unirnos todos para recuperarnos de la crisis actual.
- Como vicepresidente de Obama, Biden vivió de primera mano gestos de impacto del entonces presidente. El discurso en El Cairo, el apretón de manos con Hugo Chávez en Trinidad y Tobago. Aquello no terminó bien, ¿qué haría Biden?
- Si uno comienza una relación pegandole a alguien en la nariz se le cierra la puerta. La diplomacia de Trump fue de falta total de sofisticación. Biden sabe que las políticas son personales, debe dirigirse a otros líderes con respeto y propuestas constructivas y teniendo en cuenta el interés de sus países. Podemos empezar de nuevo basados en ciertos derechos, respeto mutuo y con una agenda ambiciosa compartida. Alguien que amenaza con cerrar la frontera y llama a los mexicanos y a los colombianos, violadores, que le ha dicho a los colombianos que no han hecho nada, cuando su sangre literalmente riega las calles por el consumo de cocaína en los Estados Unidos... El presidente Biden va a tratar a todos los países, el más pequeño y más grande, con el mismo respeto. Cuando los hijos de Bolsonaro hacen campaña por Trump eso es una falta de respeto. O el Centro Democrático de Alvaro Uribe, con congresistas que han ido a Florida a hacer campaña por Trump.
- La oposición en El Salvador dice que Estados Unidos no está entendiendo el peligroso camino que está tomando el gobierno de Nayib Bukele, al que el embajador estadounidense apoya. ¿Cuál es la visión de Biden?
- Los embajadores estadounidenses bajo Biden, en especial en Centroamérica, van a abogar en contra de la corrupción, a favor de los derechos humanos y trabajando mano a mano con la sociedad civil. Biden ha anunciado un plan de 4.000 millones de dólares para mejorar la seguridad y promover la economía para que la gente no quiera abandonar sus países. Si los líderes de Centroamérica están listos para trabajar como en aquellos años, nosotros estamos.
- Bukele ha generado una buena relación con Trump.
- La agenda del vicepresidente va a comenzar con pasos constructivos de trabajo en común. Creo que muchos países de América Latina han aprendido a manipular a Trump. Dicen lo que él quiere escuchar y saben que a él no le importa la corrupción. Pero un buen político siempre cambia de dirección cuando ve que es en su propio beneficio.
- ¿Qué piensa hacer Biden con el muro y en la relación con México?
- Vamos a trabajar de una manera muy activa en temas migratorios. Hay que reconocer que el presidente Trump dijo que los mexicanos iban a pagar por el muro y nunca pagaron. Le quitó miles de millones de dólares al ejército para un muro que no funciona. Lo que piensa el vicepresidente es que hay partes donde se necesita muro y partes donde no se necesita muro. Pero el enfoque migratorio debe ser a ambos lados de la frontera. Debemos reformar nuestras leyes, lograr que el sistema de asilo funcione y esté alineado con nuestros valores de país de inmigrantes. Deportar a los criminales, no a los que vienen a trabajar. Los emigrantes no vienen porque quieren, vienen porque deben. Debemos invertir en la prosperidad de esos países. El trabajo con México será a nivel de aliados, porque México es un país de una importancia estratégica muy alta para Estados Unidos. Vamos a tener desacuerdos con México, pero vamos a hablar. AMLO, en su campaña, propuso invertir en el sur de México y el norte de Centroamérica. Hagámoslo.
- La visita de AMLO a Washington fue impactante. Cubrió de elogios a Trump tras todo lo que sucedió entre los dos países.
- Ha aprendido cómo manipular a Trump para no entrar en un pleito bilateral económico. Lo que esperamos es que cuando llegue Biden nos reconozcan como profesionales y adultos para la agenda conjunta.
- ¿Debe pagar México por el muro?
- Ni entre los republicanos se tomaban en serio eso.
- ¿Cuán rápidamente se verían estos cambios en la relación entre Estados Unidos y América Latina?
- Estados Unidos va a ser el anfitrión de la Cumbre de las Américas en el segundo semestre 2021, eso nos da una gran oportunidad para la recuperación de la pandemia, trabajar en cambio climático y fortalecer la historia democrática.
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