Estados Unidos enviará buques de la Guardia Costera al Pacífico para contrarrestar las “actividades desestabilizadoras” de China

Estos barcos de patrulla realizarán misiones de seguridad marítima, especialmente de asistencia a los pescadores en las zonas en disputa en el mar de China meridional

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La tripulación del destructor de
La tripulación del destructor de misiles guiados USS William P. Lawrence, en formación en el castillo de proa para conmemorar el octavo aniversario de la puesta en marcha del barco. El William P. Lawrence está desplegado en el área de operaciones de la 7ª Flota de los EE.UU. en apoyo de la seguridad y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico

Estados Unidos anunció el viernes el envío de navíos de la Guardia Costera al Pacífico para contrarrestar las actividades “desestabilizadoras” de Pekín en las zonas de pesca en disputa en el mar de China meridional.

Tras acusar al gigante asiático de “pesca ilegal” y “acoso” a los barcos de sus vecinos, el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, anunció en un comunicado que la Guardia Costera estaba “desplegando navíos de patrulla rápidos en el Pacífico occidental”.

Estos barcos de patrulla de la clase Sentinel realizarán misiones de seguridad marítima, especialmente de asistencia a los pescadores “en colaboración con los socios de la región que tienen capacidades de vigilancia marítima limitadas”, precisó el consejero del presidente Donald Trump.

Washington acusa regularmente a Pekín de violar el derecho internacional al escoltar con sus navíos de guerra a los barcos de pesca chinos que operan en las zonas de faena de otros países.

En julio, el ministro estadounidense de Defensa, Mark Esper, denunció una serie de “malos comportamientos” en el mar de China meridional durante estos últimos meses, acusando al ejército chino de haber hundido un barco de pesca vietnamita, “acosado” a empresas de explotación petrolera malayas y escoltado a barcos de pesca chinos en la zona económica exclusiva de Indonesia.

O’Brien añadió que los cuerpos de la guardia costera, que depende del departamento de la Seguridad Interior (DHS), valoraban destinar varias de estas embarcaciones de patrulla de forma permanente al territorio estadounidense de Samoa, en el Pacífico Sur.

El mes pasado, Indonesia protestó contra la incursión de un navío de la guardia costera china en su zona económica exclusiva, es decir, el área situada entre las aguas territoriales y las internacionales, donde un Estado dispone de la exclusividad en la explotación de recursos.

China reivindica la casi totalidad del mar de China meridional, lo que contestan varios países costeros como Malasia, Vietnam, Filipinas, Taiwan o Indonesia.

Las disputadas islas Paracel, en
Las disputadas islas Paracel, en el mar de la China Meridional (EFE)

El Mar de China Meridional: el polvorín en el Océano Pacífico

Uno de los conflictos más importantes y complejos, a la vez que antiguo, es el que transcurre en aguas del Océano Pacífico en el llamado Mar de China Meridional. Esta zona en disputa está conformada por el espacio marítimo “encerrado” entre Brunéi, China, Filipinas, Indonesia, Malasia, Vietnam y Taiwán. Podría graficarse como una versión asiática del “mare nostrum”, como se conocía al mar Mediterráneo en tiempos romanos clásicos. Aunque el Mar de China meridional es aún más grande.

El nombre del área en cuestión no debe llevar a confusiones. Se lo trata habitualmente como Mar de China Meridional pero no porque pertenezca a esa nación. De hecho, los restantes países aluden a esa parte del océano de diversas maneras. Para Filipinas, se trata del Mar de Filipinas occidental y para Vietnam el Mar del Este. Los malasios evalúan cambiar el nombre en las partes de las que disponen y, hasta los indonesios, quienes no son país litigante, denominan una parte de él como Mar Natuna del Norte, en alusión a islas que poseen en la parte extrema de la zona en pugna.

Mapa del Mar Meridiano al
Mapa del Mar Meridiano al sur de China

China y Taiwán reclaman toda la extensión del mar, lo que incluye sectores que los demás países consideran propios. Brunéi, Malasia, Filipinas y Vietnam también tienen reclamos, pero más puntuales y, generalmente, en torno a las islas Spratly y Paracel.

Como en todo conflicto territorial, los países interesados apelan a herencias históricas, lecturas parciales del derecho internacional y hacen uso de amenazas veladas y apropiaciones de partes del agua y sus recursos. Todos ellos, a la vez, utilizan el nacionalismo declarativo como una forma de unir a poblaciones heterogéneas y acentuar la visibilidad de sus pretensiones.

¿Qué tiene el Mar de la China que despierte el intenso interés de tantos países? Por sus estrechos se transporta un tercio del tráfico marítimo mundial y circula la mitad de las toneladas que transportan todas las flotas mercantes del mundo. Allí circulan materias primas (entre ellas petróleo y el gas) que consumen los países de la región. También tiene importantes yacimientos de hidrocarburos por explotar y recursos pesqueros de primera magnitud, esenciales para la alimentación de las poblaciones asiáticas.

Un conflicto militar de gran escala sería un golpe de consecuencias imprevisibles para la economía global, además, de involucrar a países con gran capacidad armamentística, incluyendo a China, una de las potencias nucleares.

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