Nuevas sanciones estadounidenses a empresas chinas y la renovación unilateral del embargo de armas a Irán

Washington deberá lidiar con Moscú y Pekín, quienes buscarán constituirse en proveedores principales de armas a Teherán con el riesgo latente de que sistemas de armas modernos lleguen a manos de los khomeinistas

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El presidente chino Xi Jinping
El presidente chino Xi Jinping y el iraní, Hassan Rohani

Como lo informó Infobae el 17 de mes en curso, un día antes de que operara el final del embargo de armas dispuesto contra Irán por Naciones Unidas en 2007, la administración Trump dispuso unilateralmente una nueva ronda de sanciones económicas y la extensión de dicho embargo sobre a la Republica Islámica. Sin embargo, en esta oportunidad las medidas restrictivas de Washington excedieron a varias empresas sancionadas para extenderse también a dos personas físicas en China.

La relación comercial con una empresa marítima de la Guardia Revolucionaria de Irán (GRI) vinculada al proyecto de sistemas balísticos y misiles de largo alcance del régimen khomeinista de empresarios chinos dio lugar a nuevas sanciones que para el salón Oval ha quedado demostrada luego de una extensa investigación del gobierno Federal. En consecuencia la oficina del secretario de Estado, Mike Pompeo, emitió un comunicado señalando que EE.UU. decidió imponer un paquete amplio de sanciones comerciales y financieras a las empresas que han realizado negocios con la IRISL (siglas en ingles que identifican a la empresa mixta de la República Islámica de Irán) en la que el régimen teocrático es propietario del 53% del paquete accionario y el 47% restante se presume en manos de jerarcas del gobierno allegados al líder supremo Alí Khamenei.

La compañía iraní ha estado bajo una serie de investigaciones por parte de las agencias federales desde 2018 por transportar y almacenar materiales militares sensibles de alta importancia para las fuerzas armadas iraníes.

La decisión de Washington va en relación directa con el final del embargo de armas decretado en su momento por la ONU sobre Irán el pasado domingo 18 del corriente y manifiesta un mensaje firme de los EE.UU. en cumplimiento de sus políticas preventivas en materia de no proliferación como también con los acuerdos contraídos con sus aliados sunitas del Consejo de Cooperación de los Países del Golfo (CCPG) en mantener activo el embargo de armas sobre Irán más allá de la posición contraria y el desacuerdo de algunos países de la Unión Europea (UE) como de Moscú y Pekín, quienes en la semana hicieron saber al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que no reconocerán el nuevo embargo unilateral ni las nuevas sanciones estadounidenses y se consideran en libertad de comercializar con la República islámica o con cualquier país del mundo asociado a la ONU.

Al mismo tiempo, Guterres recibió una nota emitida por la oficina del secretario de Estado que lleva la firma de Mike Pompeo, indicado con claridad y firmeza la confirmación de la advertencia emitida en su momento por Washington a todo el mundo, en especial a las partes afectadas, avisando que EE.UU. será inflexible con aquellos que hagan negocios con la empresa IRISL sin perjuicio que otra compañía, iraní o no, que se relacione con el régimen khomeinista se expondrá a sanciones estadounidenses directas si se involucra en comercializar materiales o insumos militares.

Las ampliación de las medidas restrictivas por parte de EE.UU. se materializó el lunes pasado, extendiéndose y sancionando a empresas chinas que están haciendo negocios con IRISL y su subsidiaria en Shanghai, Darya Shipping Company.

El secretario de Estado, Mike
El secretario de Estado, Mike Pompeo.

Según la comunidad de inteligencia estadounidense las compañías investigadas, cuyos negocios y vinculación con los khomeinistas ha sido probada son: Reach Shipping Lines, Gracious Shipping Reach, Supreme Shipping, Reach Holding Group, Delight Shipping y Noble Shipping. Todas estas empresas fueron sancionadas oficialmente por Washington el martes pasado. En cuanto a las personas físicas sobre las que recayeron sanciones por su relacion con las empresas y el gobierno de Irán, fueron identificadas como Eric Chen y Daniel He; director y presidente de Reach Holding Group.

Tanto Chen como He, fueron sindicados como principales responsables de transferir al régimen khomeinista insumos y partes necesarias de material sensible para el programa misilístico iraní sabiendo de la existencia de sanciones anteriores. Además, proveyeron su transporte y llegada a Irán en naves petroleras usadas como porta-contenedores por la República Islamica de Irán entre 2018 y el primer semestre de 2020, según puede apreciarse en informes y el numeroso plexo probatorio fotográfico satelital que dispone la casa Blanca.

Las agencias estadounidenses han comprobado también que los directivos Chen y He ayudaron a Irán a ocultar sus actividades de búsqueda, compra y pago de materiales prohibidos dentro de China, ambos mintieron a empresas chinas y fraguaron documentos de embarque y exportación cometiendo delitos tipificados con graves sanciones por la legislación local. Se los responsabiliza también como participes necesarios en no menos de cinco operaciones en las que colaboraron de forma directa para que tales materiales prohibidos lleguen a Irán subrepticiamente falseando información obligatoria exigida por el derecho marítimo y las normas internacionales de navegación.

El dato importante para Washignton en su decisión de aplicar nuevas sanciones sobre los empresarios chinos y las compañías incluidas en el listado del Departamento del Tesoro es que tanto las personas como las empresas objeto de sanciones tienen sus activos congelados en entidades financieras y bancarias dentro del territorio de los EE.UU.

Como adelantó infobae la pasada semana, la administración Trump, se había retirado en 2018 del acuerdo nuclear suscripto en 2015 entre Irán y las potencias mundiales, al hacerlo, Washington instrumento una amplia batería de sanciones económicas para obligar a Teherán a reducir su proyecto nuclear y balístico que fue muy bien recibido por sus socios árabes e incluso por Israel quienes consideran las medidas como un mensaje estadounidense de apoyo para frenar las ambiciones nucleares del Irán khomeinista.

Los países europeos mantienen silencio y aún no se han expedido sobre esta nueva ronda de medidas restrictivas unilateral de la administración Trump. Solo Rusia ha contestado al comunicado del secretario Pompeo a través de su embajador subrogante ante Naciones Unidas, Dimitry Polyanskiy, quien fue crítico con la medida y denunció la reiteración de la equivocación de EE.UU. indicando que lo colocara en una posición de mayor aislamiento dentro de la comunidad internacional en la medida que Washignton decide posicionarse como gendarme mundial sobrepasando áreas inherentes al Consejo de Seguridad de la ONU. Al mismo tiempo, Polyanskiy reconoció que Moscú esta haciendo y hará negocios con Irán y Washignton no tiene ninguna autoridad para decirle a Rusia ni a otros países lo que puede hacer o no.

El presidente Donald Trump, recientemente estableció una relación especial con Arabia Saudita y los países sunitas del Golfo, su gestión fue vital en los acuerdos de normalización de las relaciones entre Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin con el Estado de Israel. Sin embargo, Washington no pudo reunir el apoyo suficiente para extender el embargo con el consenso de la comunidad internacional, de allí que escogió la decisión unilateral para extender las restricciones a través del embargo y la prohibición directa sobre la República islámica de Irán. En consecuencia, no se puede hablar de un éxito completo estadounidense, en adelante Washington deberá lidiar con Moscú y Pekín, quienes buscarán constituirse en proveedores principales de armas a Irán con el riesgo latente de que sistemas de armas modernos lleguen a manos de los khomeinistas, y a través de ello, la región se torne más inestable y volátil.

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