Florida es el estado clave para las aspiraciones del partido republicano de lograr la reelección de Donald Trump. El mandatario necesita los 29 votos electorales que garantiza el estado sureño para mantenerse a tiro de su rival, Joe Biden, a la hora de quedarse con los territorios con mayor peso electoral.
Biden probablemente se quede con California y Nueva York, que le aportarán 84 votos electorales entre ambos. Trump tiene “asegurados” los 38 votos que aporta Texas. Pero si no logra quedarse con los de Florida, la diferencia con su contendiente será difícil de remontar.
No obstante, el resultado en Florida es una gran incógnita. El estado pendular más grande del país indica, según el promedio de encuesta de Real Clear Politics, que Biden está un 1,6 por ciento por encima de su rival. No obstante, la diferencia se encuentra dentro del margen de error -entre el 3 y el 4 por ciento- por lo que se considera que ambos están en empate técnico.
Que el ganador de Florida se resolverá por un margen estrecho no es novedad. Hace cuatro años, Trump se quedó con el territorio por una diferencia de 113.000 votos. En un estado con 25 millones de habitantes, la diferencia es absolutamente mínima.
Es por esto que cada segmento de la población importa. Pero entre ellos se destacan los adultos mayores de 65 años, dado que estudios indican que uno de cada tres votantes pertenece a ese demográfico.
Las personas de la tercera edad fueron un activo fuerte para Trump en 2016. Pero el escenario parece ser distinto en 2020. Hoy, según un estudio realizado por la Universidad de Quinnipiac, Biden tiene una intención de voto del 55 por ciento contra un 40 por ciento que dijo apoyar al presidente.
Otros estudios son menos dramáticos para los republicanos, pero igual indican que se perdió terreno con este grupo. Por ejemplo, la Universidad del norte de Florida reveló que Donald Trump tendría una ventaja de diez puntos sobre Joe Biden.
No obstante, la diferencia sigue siendo considerablemente menor a los 17 puntos que sacó de ventaja sobre Hillary Clinton en 2016. Según los estudios, la pandemia del COVID-19 y la vulnerabilidad de este grupo ante la enfermedad ha hecho cambiar a muchos de opinión política. Trump parece entenderlo.
“Estoy moviendo cielo y tierra para mantener a salvo a nuestros adultos mayores (…) Otorgar tratamientos innovadores en tiempo récord y tratar de tener una vacuna disponible antes de fin de años”, prometía el presidente de EEUU a fines de la semana pasada durante un acto de campaña en Fort Myers, al centro de la Florida. Entonces, el mandatario anunció que la vacuna para el COVID-19 se distribuirá de manera gratuita a los hogares de ancianos.
Ambas campañas han pasado más tiempo en Florida que en cualquier otro estado las últimas semanas. Y ambas están haciendo especial hincapié en dos grupos de votantes: los mayores de 65 años y los latinos.
Durante 2016 los latinos fueron de los grupos que menor apoyo le dieron a Trump. Pero en determinados grupos en Florida esto podría cambiar en 2020. En todo el país, según un estudio realizado por la consultora FiveTirtyEight, Trump tendría una desventaja de 23 puntos entre votantes latinos frente a Biden. Pero en 2016 la diferencia con Hillary Clinton fue de 37 puntos a favor de la ex primera dama.
En Miami-Dade, un condado de clara tendencia demócrata, la consultora Bendixen & Amandi, determinó que entre latinos Donald Trump habría ganado unos 100 mil votos a favor, comparado con sus números en 2016.
La clave de la campaña de Trump con este grupo étnico está en lo bien que está midiendo con cubano-americanos y puertorriqueños. Según un análisis del Instituto Pew, 29 por ciento de los latinos que votan en Florida son cubano-americanos y 27 por ciento puertorriqueños. Ganar estos votos da una gran ventaja con la comunidad.
Se calcula que ya han votado cerca de 3 millones de personas en Florida entre voto por correo y votación anticipada en persona. Se siguen viendo largas colas en los centros de votación, como nunca antes se habían visto a esta altura de una elección. El 3 de noviembre está a la vuelta de la esquina y los ojos, una vez más, están puestos en Florida.
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