WASHINGTON DC - La pregunta se escuchó esta semana en horario de máxima audiencia en la televisión estadounidense. Iba dirigida a Donald Trump, el presidente de la primera potencia mundial y comandante en jefe de sus Fuerzas Armadas. “Permítame preguntarle sobre QAnon. Se trata de esta teoría de que los demócratas son un círculo satánico de pedófilos y de que usted es el salvador. Ahora, ¿podría usted, de una vez y para siempre, decir que esto es absolutamente falso?”.
La respuesta fue importante, aunque la pregunta lo es más. Muestra por dónde se está moviendo el debate público en un país que en algo más de dos semanas debería comenzar a saber quién será su presidente entre 2021 y 2025.
Trump asentía levemente cuando Savannah Guthrie, su entrevistadora, describía con extrema economía de detalles lo que es QAnon. El presidente se escabulló, no quiso despegarse de esa teoría conspirativa: “No sé nada de eso. Sé que están muy en contra de la pedofilia. Luchan muy duro, pero no sé nada al respecto”. Y enseguida contraatacó con una pregunta a su entrevistadora: "¿Por qué no le preguntas a Joe Biden por los antifa que destruyen y queman nuestras ciudades.
Guthrie, de 48 años y nacida en Australia, recuperó para el primer plano al inasible QAnon con una entrevista en la que no le dio tregua a Trump, pero “Columbia Journalism Review”, la revista de periodismo de la Universidad de Columbia, ya le había puesto el ojo al asunto días antes.
“Trump posee un talento inigualable para conectar con el cerebro reptiliano, tentando a la gente a desactivar su mejor juicio y someterse a la simple rabia”, escribió Sam Thielman. "QAnon, antes conocido como ‘La Tormenta’, es una teoría conspirativa que presenta a demócratas de alto nivel, personalidades de los medios de comunicación y estrellas de cine como un grupo de satánicos caníbales pedófilos que cosechan un químico especial llamado adrenocromo de los cerebros de niños temerosos, a los que devoran. Una resistencia secreta a este equipo de supervillanos está siendo liderada por Trump, según la teoría. El jefe de QAnon es “Q”, una persona, o, más probablemente, unas cuantas personas, que publica anuncios en diferentes webs".
En un análisis de la aparición de Trump, CNN profundizó en los seguidores de QAnon: “Creen -sin base alguna- que el mundo está al mando de un grupo satánicos de pedófilos y caníbales controlado por el ‘Estado profundo’. Hillary Clinton, el Dalai Lama, el Papa Francisco y celebridades de Hollywood como Tom Hanks, Oprah Winfrey y otros. Según el credo de QAnon, esos poderes maléficos secuestran y mantienen en prisión a niños oara beber su sangre, que en teoría contiene una sustancia que extiende la vida. En su absurda mitología, que se toman literalmente, Trump es el superhéroe, está aquí, en una guerra secreta, para salvar a los niños de los satánicos”.
Y un detalle más: “Muchos escucharon por primera vez de QAnon con el incidente conocido como Pizzagate. En diciembre de 2016 un seguidor del culto, de Carolina del Norte, condujo hasta Washington en una misión para usar su rifle AR-15 y liberar niños supuestamente aprisionados por Hillary Clinton y sus seguidores en el sótano de una pizzería. La pizzería ni siquiera tenía sótano”.
Hasta aquí, la explicación de cómo una teoría alucinante llega a ser tema de conversación con el presidente de los Estados Unidos en una entrevista en el "prime time de la NBC. Pero el tema va más allá de QAnon, al que el FBI le puso la etiqueta de “amenaza terrorista doméstica”: las teorías conspirativas son parte esencial de la campaña que enfrenta a republicanos y demócratas.
“Trump habla en código, envía mensajes a diferentes grupos afectos a las teorías conspirativas”, dijo a Infobae Federico Finchelstein, profesor de la universidad “New School” de Nueva York y especialista en populismos y fascismo. “No quiere perder electores por ningún lado y no le importa sumar esta gente tóxica. Quiere sumar por extrema derecha y no le importa perder votos del centro”.
Durante el debate del 29 de septiembre, Joe Biden le mencionó los “Proud Boys” a Trump, y el presidente, en vez de rechazar al grupo supremacista blanco, lanzó un confuso “stand back and stand by” (podría traducirse como “esperen”) que lo persigue hasta hoy en casi cada entrevista. Que un par de semanas más tarde el presidente se enredara con QAnon permite intuir que no hay allí casualidad, sino una decisión de estrategia electoral.
Carl Cameron, ex presentador de Fox, una cadena afín a Trump, dijo esta semana que “se convirtió en algo real en vastos sectores de Estados Unidos el creer en cualquier teoría de la conspiración que circule”. Y sobre ese terreno fértil trabaja Trump con una persistencia innegable.
Según la revista de la Universidad de Columbia, los grandes medios estadounidenses han cometido el error de ignorar el fenómeno. “QAnon estaba en constante contacto simbiótico con la cobertura política sin convertirse en un verdadero objetivo de escrutinio (...). Usando su influencia bajo el radar, Q floreció”.
Tanto es así, que está cerca de hacer crecer su influencia en el Congreso de los Estados Unidos. La republicana Marjorie Taylor Greene, que ha sostenido posiciones de QAnon, tiene ventaja en la carrera para ser elegida por el décimo cuarto distrito de Georgia. Trump ya le puso la etiqueta de “futura estrella republicana” que es “fuerte en todo”.
En ese contexto, al día siguiente de que QAnon y Trump coincidieran en la televisión, muchos seguidores del grupo conspirativo mostraron su euforia.
“Este fue el mayor lanzamiento para QAnon que jamás haya visto”, escribió, apelando al lenguaje del béisbol, un seguidor de Trump en la red social 4chan. “Creo que su respuesta fue perfecta”, añadió otro en la red social 8kun, según el “Washington Post”.
Un día antes de la entrevista con la NBC, Trump había retuiteado un tweet de una persona afín a QAnon y las teorías conspirativas. Se afirmaba allí que el gobierno de Barack Obama, el anterior presidente, no mató a Osama Bin Laden en una operación militar en Pakistán en 2011. Bin Laden, sindicado como el autor de los atentados del 11 de septiembre de 2001, está vivo, y el que murió fue un doble suyo.
Cuando Guthrie le hizo notar eso a Trump, el presidente alegó que se trataba solo de un retuit, “la opinión de alguien”, que había dejado la historia “ahí”, en el ciberespacio. “La gente puede decidir”, añadió. Fue entonces que la periodista dejó la que es seguramente una de las frases más llamativas de la campaña: “¡Usted es el presidente, no es como un tío loco que puede retuitear cualquier cosa!”.
“Es absurdo”, dijo a CNN Robert O’Neill, ex miembro del comando que mató a Bin Laden. “No se puede twittear eso y decir que la gente va a sacar sus propias conclusiones. Mucha gente le cree al presidente y podemos llegar al nivel de que esto sea políticamente peligroso. El presidente sabe lo que pasó, él tiene el máximo acceso a los informes de seguridad”.
Según la web “Político”, el Partido Republicano está “forjando una nueva alianza con QAnon”, un grupo que se mueve en los límites del sistema. Sus publicaciones fueron prohibidas por Facebook en agosto y esta semana por Youtube, al tiempo que twitter combate sus hashtags. El más conocido de ellos, el #WWG1WGA (Where we go one, we go all - adonde vaya uno, vamos todos), una forma de decir que no se dejará a nadie atrásá.
A QAnon no le importa los vetos y prohibiciones: contribuyen a hacer crecer su aura de organización que lucha contra el “Estado profundo”.
Aunque a veces tenga ayuda del mismísimo “mainstream”. En Amazon se venden muchos libros relacionados con el grupo, pero la reseña de uno cuyo autor es, precisamente, #WWG1WGA, es asombrosa: “Este libro es una guía de un importante trozo de realidad que ha sido cuidadosamente escondido y desacreditado erróneamente por los medios de comunicación. Revela un extraordinario movimiento en marcha, una batalla de proporciones épicas. Lo sepas o no, estás involucrado porque el resultado de esta batalla determinará el destino de tus hijos y de las futuras generaciones tanto en América como en el mundo”.
La reseña critica a “los medios de comunicación”, entre los que se destaca el “Washington Post”, transparente en su combate contra el supremacismo blanco y las teorías de la conspiración. Lo curioso es que tanto Amazon como el legendario periódico tienen un mismo dueño: Jeff Bezos.
“El movimiento QAnon ha encontrado un hogar dentro del movimiento MAGA (Make America Great Again)”, señala “Politico”. “Una reciente encuesta de Morning Consult encontró que el 38 por ciento de los republicanos creen que al menos partes de las teorías de la conspiración de QAnon son verdaderas (...). Una encuesta de Pew Research del mes pasado encontró que el 41 por ciento de los republicanos creían que QAnon era ‘un tanto positivo’ o ‘muy positivo’ para el país”.
Según Jonathan Greenblatt, titular de la Alianza Antidifamación (ADL), QAnon “difunde el antisimetismo e inspira a sus seguidores a múltiples actos de violencia. Es absolutamente inaceptable alegar ignorancia cuando se es el presidente de los Estados Unidos”.
Greenblatt estima en “decenas de miles” los seguidores de QAnon, que son tremendamente activos en las redes sociales. “En la ADL rastreamos a estos grupos, y lo del jueves a la noche fue una gran victoria para ellos. Cuando el presidente los normaliza manda una señal, y ellos se sienten así ahora, parte del espectro político”.
El de QAnon es un fenómeno que excede a Estados Unidos, porque sus seguidores, en buena parte gracias a las redes sociales, se diseminan por todo el mundo. CNN los estima en “millones”.
En las primeras semanas de la pandemia del coronavirus que azotó este año al mundo, miles de soldados alemanes participaron de unas maniobras militares de a OTAN en Alemania, donde Estados Unidos mantiene una importante presencia militar desde la Segunda Guerra Mundial.
Attila Hildmann, conocido en Alemania por sus libros sobre veganismo y el entusiasmo con que asume cualquier teoría de la conspiración, se encontró con videos subidos a la red por fanáticos de QAnon. Hildmann, que se define como ultraderechista y nacionalista alemán se entusiasmó con lo que leyó ahí, señaló el “New York Times” en un artículo días atrás.
“El movimiento Q dijo que estas tropas iban a liberar a Alemania de Angela Merkel. Espero que QAnon sea real”.
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