En gran medida, las encuestas suelen equivocarse porque en el fondo no se trata de a quién dice la gente que apoya, sino quiénes en realidad se acercan a las urnas de una u otra manera. Es por eso que en un país donde el voto no es obligatorio y donde para votar un ciudadano debe estar registrado, el proceso previo de convencer a la gente de que realice el trámite de registración es clave.
Florida es considerado el gran campo de batalla de los comicios nacionales porque aporta un altísimo número de votos electorales, 29 (el tercer número más alto en el país), y cada elección es una sorpresa. En las últimas seis presidenciales, este Estado votó por el candidato que finalmente terminó consiguiendo llegar a la Casa Blanca. Lo hizo con márgenes muy estrechos entre un candidato y el otro, alternando entre demócratas y republicanos sin un patrón fijo. Es decir que aquí todo puede pasar.
Votantes registrados
Tradicionalmente hubo más demócratas que republicanos registrados, pero eso estaría cambiando en 2020. A raíz de la pandemia, el partido demócrata estatal (siguiendo una estrategia federal), no realizó actividades de campo. Este año no se tocaron puertas de vecinos, no hubo voluntarios en las esquinas hablando de su candidato y, por ende, no hubo un esfuerzo en persona por registrar votantes a nombre del partido. Estar registrado como votante demócrata o republicano lógicamente no obliga a la persona a votar por el candidato de ese partido, pero en su gran mayoría, un votante registrado por un partido sigue la línea.
La estrategia de los republicanos en Florida fue diferente. En línea con el argumento del presidente Donald Trump de que el virus no debe paralizar las actividades, los republicanos salieron a las calles de Florida y lograron registrar un número récord de votantes. En 2016, cuando Trump ganó el estado por una diferencia apenas por encima de un uno por ciento, había 327.843 demócratas más registrados para votar en Florida que republicanos. Hoy se conocieron las cifras del 2020 y si bien los demócratas siguen teniendo ventaja, la diferencia se achicó a 134.242 votantes registrados.
Hoy en Florida hay oficialmente 5,2 millones de demócratas, 5,1 millones de republicanos y 3,7 millones de votantes independientes. La diferencia es de un 1 por ciento a favor de los demócratas, la cifra más baja en la historia del estado y una demostración más de cuan dividido está el electorado en esta región del país.
Votos ya ejecutados
Donde los demócratas están teniendo una amplia ventaja es en el número de votantes que ya enviaron su boleta por correo. Votos seguros.
Sin tocar puertas ni salir a las calles, los demócratas de Florida se concentraron en hacer una campaña a favor del voto por correo. Y parece que les ha dado resultado. A 18 días de la elección, los demócratas registrados han devuelto al Departamento de Elecciones 430 mil votos más que los republicanos de Florida. En porcentajes, el 50 por ciento de los demócratas registrados ya envió su boleta, contra un 39 por ciento de los republicanos registrados. Cabe destacar que los republicanos, encabezados por el Presidente, han realizado una amplia campaña en contra de la votación por correo. El propio Trump ha argumentado que el sistema se presta al fraude.
Si bien Florida tiene dos décadas de tradición con votación por correo, sin mayores inconvenientes, el mensaje pudo haber calado hondo y los republicanos pueden estar esperando para votar en persona. Habrá que esperar al próximo lunes, 19 de octubre, fecha en la que empieza la votación anticipada en persona para ver cuál será el ánimo de los votantes.
Cada voto cuenta
En una contienda que se espera sea particularmente reñida, se está apelando a todos los demográficos. Y los ex convictos son un grupo en disputa.
A través de una enmienda a ley de Florida aprobada en 2018, se especifica que un convicto pierde el derecho al voto y lo recupera al cumplir su condena tras haber pagado todas sus deudas con el estado. Allí está el punto más polémico, se calcula que hay unas 775 mil personas en el estado que cumplieron condenas pero que aún deben dinero a las autoridades. Los demócratas, con una gran participación de Michael Bloomberg, han donado más de 20 millones de dólares (16 de los cuales vinieron directamente del ex alcalde de Nueva York y algunos de sus amigos) para pagar esas deudas y devolverles el derecho al voto a esas personas.
La situación atraviesa un gris burocrático y a última hora de ayer el Departamento de Elecciones estatal envió un memo a las autoridades de cada condado para que no se acepten votos de ex convictos que aún tengan deudas. La duda está en qué pasará si algunos de esos ex convictos son parte de las 2 millones de personas que ya enviaron su boleta por correo.
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