El voto anticipado continúa su rápido avance en las elecciones estadounidenses, superando la marca de 10 millones de votos enviados, cuando faltan tres semanas para el día central de los comicios que disputan Donald Trump y Joe Biden.
El alza, impulsada principalmente por la pandemia y la intención de reducir el riesgo de contagios, viene siendo monitoreada por la base de datos Election Project, una iniciativa apartidaria que se construye con la información oficial de los estados que ya iniciaron el proceso. Hasta este martes, 10.555.935 de estadounidenses ya sufragaron.
Michael McDonald, profesor de la Universidad de Florida que dirige la base de datos, resaltó que el número de votantes sería aún mayor, ya que los registros completos no están disponibles para todos los estados. Aún así, las cifras vistas en los últimos días no tienen precedentes y han pulverizado los registros previos.
“El ritmo de votación es realmente destacable, con cinco estados que ya alcanzaron el 20% del total de votos de 2016”, destacó McDonald, en referencia a Minnesota, Dakota del Sur, Vermont, Virginia y Wisconsin.
Es una incógnita saber con certeza si la participación subirá o bajará con respecto al 2016, pero a esta altura del proceso menos de dos millones de personas habían enviado su voto hace cuatro años. En esa elección, 50 millones de estadounidenses votaron anticipadamente (del total de 136 millones), pero las encuestas indican que ahora un 60% de encuestados planea votar por correo o antes de la fecha principal, el 3 de noviembre.
McDonald explicó que hay tres factores para el aumento registrado: el temor a las aglomeraciones, la flexibilización de las leyes para ampliar el voto anticipado y un mayor entusiasmo de los votantes. Según su análisis, en base a la cantidad de donaciones de campaña y las encuestas sobre interés en la política, este año se podría alcanzar los 150 millones de votantes, la cifra más alta de la historia y la tasa de participación más alta desde 1908.
Entre los estados con la votación en marcha (cada uno tiene sus propias normas y plazos), hay nueve de ellos que ofrecen información sobre los votantes: el 56% de ellos están registrados como demócratas y el 23% como republicanos. Esto, sin embargo, no debe ser tomado como una proyección para los resultados de noviembre, debido a que las encuestas ya adelantaban una división partidaria entre quienes planeaban votar anticipadamente. Se espera que el grueso de los conservadores vote presencialmente el día de la elección, aunque el pronóstico podría cambiar tras el contagio del presidente.
Florida, una de las batallas claves para el colegio electoral, es el estado que más votos anticipados ha registrado hasta la fecha, con 1,6 millones de sufragios, con una tendencia similar al del resto de estados analizados: el 51% está registrado como demócrata y el 23% como republicano.
A su vez, Georgia (otro de los estados en disputa), que este lunes comenzó la votación en persona, registró larguísimas filas en algunos centros de votación, con esperas de hasta más de cinco horas. En la primera jornada se depositaron 129 mil votos.
La mayoría de las boletas no comenzarán a ser contadas hasta que se cierren las urnas el 3 de noviembre, pero los datos provisionales son analizados a fondo por las campañas. Por el momento, los demócratas siguen con atención el porcentaje de boletas enviadas (con respecto a las solicitadas), para recordar a los votantes a depositar los sobres. En tanto, los republicanos reevalúan su estrategia de apuntar principalmente a la jornada central.
Conforme más avanza la votación, menos tiempo le queda a Donald Trump para recuperar el terreno perdido en las encuestas. El primer millón de votos se alcanzó incluso antes del primer debate entre los dos principales candidatos, y cada vez le queda menos tiempo para lograr cambiar de opinión a los votantes, teniendo en cuenta que los sondeos lo ubican 10 puntos por detrás de Biden.
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