WASHINGTON DC.- Según Donald Trump, es mucho más que un medicamento: es una “bendición de dios”. Según el presidente de Estados Unidos, no se trata de algo que alivie los síntomas, sino de “una cura” para la COVID-19. Según el candidato republicano a la reelección, el Regeneron estará pronto disponible para todos los residentes en el país. Y gratis.
“Quiero que todos reciban el mismo tratamiento que el presidente”, dijo Trump en un video de cinco minutos que grabó en los jardines de la Casa Blanca, frente al Salón Oval, al que hoy regresó a trabajar tras tres días internado entre el viernes y el lunes por haber contraído COVID-19. Con ese video, Trump terminó de catapultar al primer plano a la compañía farmacéutica. Convertida en estrella, Regeneron comenzó a ser estudiada en detalle, y enseguida llamó la atención médicamente, pero también como empresa por sus vínculos con el presidente.
Según la web especializada Science, Trump recibió un “cóctel de anticuerpos” que actúan directamente contra la proteína del virus que causa el COVID-19/SARS-CoV-2. Uno de estos anticuerpos es producido por personas que se recuperaron de una infección de SARS-CoV-2. Se los “aísla y copia” la célula que lo produce. El otro anticuerpo es de un ratón al que se manipuló genéticamente. En su video en la Casa Blanca, Trump fue contundente: no considera al Regeneron una opción terapéutica, sino “una cura”.
No es lo que señalaban hasta ahora los expertos, aunque en el tratamiento de Trump hubo algo que llamó la atención: recibió una dosis de anticuerpos monoclonales tres veces mayor que la recomendada. “Supongo que tiene que ver con el exceso de cautela” que mencionó su cuerpo médico, dijo a Science George Yancopoulos, copresidente y fundador de Regeneron junto a Leonard Schleifer.
El Regeneron que recibió Trump es un “cóctel de anticuerpos”. La compañía presentó la semana pasada “datos preliminares de estudios clínicos aún en proceso que indican que los pacientes (...) moderaron la enfermedad”. No está claro aún si el cóctel es efectivo en pacientes severos, pero hay señales que marcan que podría serlo. Regeneron está llevando adelante un estudio con 275 pacientes hospitalizados, aunque aún no informó de los resultados.
Pese a eso, Trump está haciendo sentir todo su poder para que la Administración Nacional de Alimentos y Drogas (FDA) dé una autorización de emergencia para que se utilice el Regeneron en el tratamiento de la COVID-19. El Presidente dice que buscará que los residentes en Estados Unidos tengan el mismo tratamiento que él, pero los estudios de la compañía farmacéutica se realizaron hasta ahora con dosis de 2,4 gramos por paciente. Trump recibió ocho.
Fundada en 1988, Regeneron es dueña de otra compañía, VelociSuite Technologies, con la que trabaja en producir “anticuerpos totalmente humanos optimizados y ambiciosas iniciativas de investigación”, como “uno de los mayores esfuerzos de secuenciación genética del mundo”, según se presenta la empresa en su web corporativa con sede en el Estado de Nueva York.
Trump conocía muy bien a Regeneron antes de -al menos eso es lo que afirma él- pedirle a sus médicos que le suministraran el tratamiento de anticuerpos monoclonales. Schleifer fue miembro del club de golf de Trump en Westchester, Nueva York, “y su compañía recibió 450 millones de dólares en fondos del Gobierno en julio como parte del plan” para “desarrollar rápidamente una vacuna y otros tratamientos para la COVID-19”, señaló CNN.
Según su declaración de bienes ante la Oficina de Ética, el Presidente fue también propietario de acciones de Regeneron (REGN) y de Gilead Sciences (GILD), que produce el remedesivir, otro de los medicamentos que le fueron suministrados este fin de semana. Esas acciones ya no aparecían mencionadas en la declaración presentada en 2020. Las acciones de Regeneron subieron un siete por ciento el lunes, cuando Trump twitteó que dejaba el hospital donde había sido internado, llevando la ganancia a un 60 por ciento en lo que va del año.
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