Desde Washington DC - Tres días después de ser internado en un hospital militar al dar positivo de coronavirus, el presidente estadounidense, Donald Trump, abandonó el centro médico para regresar a la Casa Blanca. Trump, que busca la reelección este 3 de noviembre, se quitó el barbijo para posar ante los fotógrafos en la galería que da a los jardines de la sede del gobierno.
“¡El presidente venció al virus!”, celebraban algunos de los simpatizantes que esperaban su salida del hospital militar Walter Reed. “El presidente conoce ahora el virus, Joe Biden no”, destacó una comentarista de la cadena conservadora Fox News, mientras que CNN, de línea crítica con el inquilino de la Casa Blanca, insistía en la “irresponsabilidad” del líder republicano.
Horas antes, Trump había sacudido al país al anunciar vía Twitter, su red social favorita, que regresaba a la Casa Blanca mucho antes de lo que era esperado.
“Voy a dejar al gran Centro Médico Walter Reed hoy a las 6.30 PM. ¡Me siento realmente bien! No le teman al covid, no dejen que domine sus vidas. Durante la administración Trump desarrollamos conocimiento y algunos medicamentos realmente buenos. ¡Me siento mejor de lo que me sentía hace 20 años!”. Poco después añadió que “pronto” estará haciendo campaña por todo el país y acusó a los medios de ofrecer “fake news” con encuestas que no son reales.
Trump salió caminando del Walter Reed, ubicado en el estado vecino de Maryland, a las 18:38, hora de la costa Este. Antes de subir al auto que lo llevaría al helicóptero que lo depositaría en la Casa Blanca, cerró el puño y alzó el pulgar en señal de alegría y confianza. Cuando un periodista le preguntó si se consideraba un “súper contagiador” ignoró la pregunta y siguió caminando. Minutos después el “Marine One” se elevó para un vuelo de diez minutos a la sede del gobierno estadounidense.
El demócrata Joe Biden, que lidera las encuestas con una ventaja clara, celebró que Trump esté nuevamente en actividad y haya recuperado su actividad en redes sociales, pero lo conminó a que siga los consejos de sus médicos.
Una vez en la Casa Blanca, Trump se detuvo en una de las galerías que dan a los jardines, saludó con los pulgares hacia arriba, se quitó la mascarilla, se la guardó en el bolsillo derecho, posó para las fotos e ingresó al edificio.
La decisión de Trump de poner punto final a su internación en el centro médico militar provocó asombro y debate en Estados Unidos, que registra hasta hoy 7.436.207 casos y 209.938 muertos. Esas cifras implican el 20 por ciento de todos los casos y muertes a nivel mundial y sitúan a Estados Unidos como el país más afectado del planeta.
Antes de que Trump anunciara su regreso a la Casa Blanca se conoció que Kayleigh McEnany, la jefa de prensa de la Casa Blanca, había dado positivo del virus, ampliando el número de contagiados entre aquellos que trabajan a diario en el ala oeste de la sede del gobierno. Según CNN, hay “pánico” al contagio entre los funcionarios y empleados que trabajan allí.
Los medios locales no tenían claro si Trump se aislaría en su residencia o si trabajaría en el Salón Oval y el médico presidencial, Sean Conley, admitió que su paciente, pese a haber hecho grandes progresos, podría no estar “fuera de peligro aún”.
Sanjey Gupta, jefe médico de CNN, apuntó a los tratamientos experimentales a los que fue sometido Trump. El presidente recibió, entre otras sustancias, esteroides, que según Gupta “dan energía y una falsa sensación de seguridad”.
“Estamos entrando en territorio desconocido, con un paciente que recibió este tipo de tratamientos en una etapa tan temprana de la enfermedad”, admitió Conley, que definió a Trump como un “paciente fenomenal”, pero se negó a precisar cuándo dio exactamente positivo el presidente por primera vez.
“Cuando tu paciente es el comandante en jefe,a la respuesta usual es ‘sí, señor’”, tituló “The New York Times” poniendo el acento en el limitado poder que tienen los médicos sobre el presidente, al que medios locales atribuyeron hoy una frase que pronunció insistentemente el domingo en el hospital: “Me tengo que ir de aquí”.
“¿No sería peor para su intento de reelección salir de la clínica y tener que volver a entrar por una recaída?”, se preguntó la televisión estadounidense.
Una encuesta difundida hoy por medios locales señaló que el 60 por ciento de los consultados desaprueba la gestión que hizo Trump de la crisis del coronavirus, en tanto que el 69 por ciento no cree en las informaciones que dio la Casa Blanca acerca de la salud del presidente.
El doctor Anthony Fauci, máximo infectólogo del país, se negó a comentar el breve paseo en auto que dio el domingo el presidente para saludar a sus simpatizantes, pero admitió sentirse “perturbado” por el dato de que Estados Unidos sigue sumando 40.000 contagios al día.
Y mientras Biden se remitió a “la opinión de los expertos” para decidir si participa en el debate del jueves de la semana próxima en Miami, se supo hoy que el vicepresidente Mike Pence y la candidata demócrata al puesto, Kamala Harris, debatirán este miércoles a una distancia más amplia de la inicialmente prevista y separados por una lámina de plexiglás.
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