Surgen nuevas acusaciones sobre la complicidad de Ghislaine Maxwell en los múltiples casos de abusos sexuales y tráfico de menores perpetrados por Jeffrey Epstein. Cada relato refuerza las denuncias que indican que la socialité británica no sólo era ayudante del ex financista, sino que además reclutaba menores, les indicaba cómo actuar y amenazaba a quienes intentaran denunciarlos.
El diario británico The Sun publicó el relato de Molly Skye Brown, ahora de 42 años, quien detalló como Maxwell trató de reclutarla como “modelo y masajista” cuando tenía apenas 14 años, en Palm Beach, en 1992.
La mujer comentó que ella hacía ejercicio en un gimnasio para niños en Palm Beach, Florida, cerca de la mansión del multimillonario, cuando la ex esposa de Epstein la vio por primera vez. “Estaba trabajando en un gimnasio en el condado de Palm Beach en la guardería; te daban una membresía gratuita si trabajabas allí de dos a cuatro horas el fin de semana. Estaba en la máquina elíptica haciendo ejercicio, que está junto a la ventana delantera”.
“La vi pasar y se detuvo -continuó-. Yo era la única que estaba allí. Me miró de arriba a abajo, luego entró en el gimnasio, caminó hasta el mostrador, y pude oírla decir: ‘No voy a tardar mucho, sólo quiero hablar con esta chica’”.
Maxwell se presentó como representante de modelos, le entregó una tarjeta de presentación y le dijo que “fácilmente podría pasar” como una joven de 18 años. Brown contó que en esa época estaba incursionando en el mundo del modelaje y la actuación: “Estaba empezando a dedicarme más al modelaje, la actuación, el canto y los concursos, con la expectativa de ganar algo de dinero para becas o subvenciones para continuar mi educación”.
Durante la charla, la hija del magnate Robert Maxwell le prometió trabajos como modelo de Victoria’s Secret y como masajista. Método que se repite en la mayoría de los casos. “Maxwell pintó una imagen de viajes internacionales, modelaje, masajes y oportunidades con Victoria’s Secret”. Epstein en ese entonces manejaba las finanzas de Les Wexner, el ex CEO de L Brands, la compañía matriz de Victoria’s Secret.
Ante esa propuesta, Brown respondió que prefería actuar y cantar, ya que no veía futuro en el modelaje por una displasia congénita de cadera que le impedía caminar con normalidad. “Me sometí a una cirugía reconstructiva, pero mis rodillas están dislocadas, cojeo y agencias profesionales me han dicho que nunca fui material de modelaje de pasarela. Le dije a Maxwell que realmente prefería la actuación, el canto y el teatro musical”. “Bueno, si cambias de opinión tengo muchas oportunidades como modelo”, le respondió.
“Ella era sólo una depredadora que merodeaba por las calles, no tengo ninguna duda. Ahora he tenido otros que me dicen que soy exactamente el tipo; encajo perfectamente en el proyecto”, agregó Brown en su relato.
La mujer indicó que tiempo después escuchó que la ex esposa de Epstein había estado en las tiendas del Altamonte Mall de Orlando buscando a otras chicas y entregando su tarjeta de presentación.
Brown, quien reconoció que tiene la intención de que más víctimas de agresión sexual hablen e inspiren una comunidad entre ellos, dijo que denunció a Maxwell ante el FBI el año pasado. “Me dijeron que no tenía caso”, contó.
El abogado de Maxwell no pudo ser localizado por ese medio para responder estas acusaciones.
De acuerdo con el relato hecho por las víctimas ante los investigadores, las situaciones de abuso se daban indistintamente en Nueva York, Palm Beach, las Islas Vírgenes o una casa campestre de Les Wexner, los lugares donde las pesadillas cobraban vida. Quien las instaba a satisfacer los deseos sexuales de Epstein era Ghislaine. Ella las elegía, las reclutaba, les indicaba qué hacer y muchas veces participaba del abuso. También era Maxwell la que las entregaba a los poderosos e influyentes por orden del financista.
Aquellas jovencitas que se quejaban o querían alejarse del mundo Epstein o, peor aún, se animaban a denunciar los abusos y violaciones, debían soportar la furia y amenazas de Ghislaine. Las perseguía, las acosaba telefónicamente, les recordaba que ella se iba a encargar de que su vida se convirtiera en un infierno.
Durante años -más precisamente desde la primera condena que catalogó a Epstein como un abusador, en 2008- Maxwell trató de esquivar las acusaciones en su contra y las preguntas incómodas de la prensa. A sus 58 años, cuando se buscaba conocer su opinión sobre los hechos, su versión de la historia, solo se limita a negar las acusaciones y a repetir que ella es inocente, que nunca participó de abusos ni los facilitó.
En un interrogatorio con la policía en 2016, con su ex pareja todavía vivo y en libertad, declaró que ella cumplía muchas funciones en la casa de Epstein, que había contratado muchos empleados para que desarrollaran diversas tareas en sus diferentes propiedades. Le preguntaron más específicamente si había contratado masajistas: “Esa era una parte muy escasa de mi trabajo. Contraté, ocasionalmente, masajistas profesionales para Epstein. Nunca contraté a alguien que yo supiera que era menor de edad”, respondió Ghislaine.
El pasado mes de julio la justicia norteamericana la detuvo bajo los cargos de abuso sexual y tráfico de menores. Específicamente, la acusan de: conspiración para contratar menores para viajar y participar en actos sexuales ilegales, un cargo de encierro de un menor para participar en actos sexuales ilegales, un cargo de conspiración para transportar menores con intención de participar en actividades sexuales criminales y dos cargos de perjurio.
Si bien la defensa pidió libertad bajo fianza a la espera del juicio (que se realizaría el año próximo), la fiscalía alertó de un extremo riesgo de fuga y la fianza le fue negada. Hoy Maxwell se encuentra detenida en el Centro Metropolitano de Detención en Brooklyn.
Nació el 25 de diciembre de 1961 en Maisons-Laffitte, cerca de París. Fue la novena y última hija del magnate editorial Robert Maxwell y la acedémica Elisabeth Meynard, especializa en estudios sobre el Holocausto. Fue criada en Inglaterra, en una mansión de campo de 53 habitaciones llamada Headington Hill Hall, al este de Oxford. Estudió primero en la escuela de Marlborough y luego Balliol College.
Según nuevos reportes, Maxwell estableció sus primeros vínculos con el financista a través de su padre, quien podría haber sido una de las primeras fuentes de la riqueza de Epstein y quien lo catapultó al escalón más alto en los círculos del jet set.
Epstein hizo una enorme fortuna en el mercado de bienes raíces en todo el mundo, incluyendo su mansión en el Upper East Side de Nueva York; sin embargo, nadie ha demostrado exactamente cómo pudo llegar a amasar su fortuna. Al parecer, el misterio sobre los bienes del empresario que se suicidó en la cárcel puede estar en el padre de su presunta socia y ex pareja.
Según el último episodio del podcast “Broken: Seeking Justice”, Epstein y Ghislaine Maxwell se conocieron en 1988 a través de su padre. Así lo afirmó el ex convicto Steven Hoffenberg, quien trabajó con el financista y fue el primero en afirmar que éste y Robert Maxwell hicieron negocios juntos. Al día de hoy, Hoffenberg sigue afirmando que Epstein fue el “co-conspirador sin cargos” de su esquema de Ponzi por el que fue condenado a 20 años de prisión, luego de que se lo encontrara culpable de defraudar a unos 3.000 inversores. Salió en libertad en 2013.
En 1991, poco después de la muerte de su padre, Ghislaine se fue a New York y comenzó su relación con Epstein, un camino que terminó con la muerte del financista y, más tarde, la detención de Maxwell a principios de este año.
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